Señorita de pelo castaño.
Sus trillados ojos, resplandecían con el sol, en un atardecer de las horas más bajas, tenían un claro color dulce, meloso, perfecto. Era de esos rostros finiquitados, con densos contornos, estrechos, y bien esculpidos, difíciles de olvidar en el tiempo, trascurridos, cinco segundos de traspasar tu mirada fría y enloquecedora, con mi alma inocente, podía estar segura, que me había enamorado. Tu voz, era una tonada en las notas más graves e inexactas de la música, un sensual aroma invadía tu cuerpo, y la imaginación de sentir tus caricias, sobre las mías, me traía locura y éxtasis en un segundo.No me importaba, recién haberte conocido, pues creía ciegamente en el amor a primera vista, y no bastó, con conocerte un poco, para tachar de insano, a este amor prohibido. Estabas con tus amigas, mientras te observaba a lo lejos detalladamente, reída, casual, con tus blancas perlas a resaltar y deslumbrar el mundo, con aquel vestido rojo, más arriba de la rodilla, ceñido, marcando todos esos atributos sensuales que te había regalado la vida, en tus zapatos altos de tacón, te veías mayor, resaltaba aquella edad que no tenías pero que tanto te gustaba presumir, y yo desde lejos, no entendía, por qué tanta prisa con crecer, con dejar atrás lo bella que era la juventud, tu juventud. ¿Por qué nacimos en épocas diferentes?, me preguntaba, con confusión, estaba entre la dicha, la gloría, y la ilusión y desesperanza, eramos gotas de agua y aceite, añejas, mientras tu más joven, yo más viejo. ¿Por qué no coincidimos en la misma era?, en donde enamorarnos hubiese sido un juego de niños, donde sentir el deseo de tu lengua pidiendo la mía solo fuera un delirio de este amor, una consecuencia de dejarnos llevar por la pasión, pero tengo que despertar de ese fulgor de tus labios, que me atraen y atrapan, dando vueltas sin cesar, soy un viejo, para tu altura, y aunque seas chica, y mediana, nunca te fijarías en este carro sin llantas, que solo podría ofrecerte una serenata, unas rosas o una cena, llevarte a la cama y despertar sintiendo tu cuerpo al lado mío, si deseas desnudo, sin el mínimo placer de lujuria, solo por tenerte ahí, abrazándote, en la noche fría, y contemplando esa figura, la cual sería mía, mi niña, una niña tierna y carismática, por la cual he dejado el alma, si lo vendo, por un año, dos, o diez menos, para regalarte una copa, una excusa, para quitarte la ropa. Sueno insulso, y brusco, si te digo, que con vos en otros sueños te he tenido, tendida bajo mi brazo, con tus labios, en los míos, con tu cuerpo encima, y unos versos de cariño. He tenido, los sueños más eróticos, bajo fantasías sexuales, impuras, haciendo de ti, impurezas que a tus padres no les encantaría. Señorita, permita me decirle, que es usted hermosa, que con esa fija belleza, me trae loco, me ha sacado del quicio, y me tiene escribiendo versos así desde hace quince noches, donde solo al cerrar los ojos la he podido tener. Me siento al descubierto, si leyese usted una de mis cartas, porque soy su maestro. Perdón, si le sueno perverso, al decir que por pensarla me he mantenido con desvelo, las noches de insomnio aumentan si no la tengo. Señorita, perfecta. Doña arquitecta de mis sueños, manzana prohibida de los altos montes, de aquellos verdes pastizales que traen a mi mente recuerdos de infancia donde usted podría haber sido mi amiga, podría haber crecido al lado suyo, y no habría problema alguno si de besarle quisiera. Muchacha caprichosa, de la cual me he hecho muy amigo, a la que le regalo miradas mientras esta con ellas, o con ellos, deseoso de ser yo, quien le acompañe en esos momentos, cuando ríe, cuando canta, cuando mueve su cintura al compás de la música, cuando llora, o cuando está en esa tristeza prolongada, la cual tanto atormenta. Darle calor si de invierno se trata, o darle frío si en verano nos encontramos. Usted, que me trae componiendo letras a canciones sin melodía, le dedico este cliché poema, donde con monotonía le relato todo lo que por usted siento. Y aunque le deje un anónimo, algún día, tomaré valor y sé que entre mis brazos la podré tener.
Anónimo.