¿Sabéis cuál es la emoción más importante que hay en mi vida? La felicidad que me da el escribir, unir esas simples letras en frases, frases que hacen que escriba una historia increíble, de amor, de tristeza, de melancolía o simplemente una de ciencia ficción, lo que hace que mis días sean maravillosos.
El día que me di cuenta que lo mío era escribir, fue como si una puerta se me hubiese abierto al paraíso. Comprobar cómo poco a poco voy aprendiendo a saber plasmar en un simple folio en blanco todo lo que llega a mi corazón y pensamiento esas líneas negras, que van cogiendo color donde plasmo cada emoción, sentimiento o simplemente una vida fantasiosa que me encantaría escribir y que millones de personas leerán en un tiempo y línea a línea se engancharán como si de una droga se tratara, es extraordinario.
Es maravilloso saber que una simple historia que va evolucionando gracias a mi esfuerzo y perseverancia hace que cada día tenga ganas de llegar a ser una novelista increíble, pero todo tiene un esfuerzo, y para llegar a mi meta debo escribir muchas novelas, novelas que lleguen al corazón de esas personas, personas que cojan sobre sus manos una novela mía y desde la primera palabra no paren de leer durante horas. El mundo de las letras, es impresionante, crear una historia donde tienes envuelto al lector durante un periodo largo de tiempo y no quiere parar de leer, es la mayor felicidad para un escritor.
Yo cada vez que me sumerjo en mis letras, es como si viviera en un mundo distinto al que vivimos, como si todo se volviera real, los personajes, el lugar... Mientras escribo, mi cabeza va a mil por hora, imaginando esa historia, en una historia real, en la que hay millones de aventuras que redactar y millones de sentimientos que expresar.
¿ Qué puede hacerme más feliz? Para algunos la felicidad es ver a su hijo crecer, para otros levantarse de madrugada para ir a trabajar en lo que les gusta ¿y a mí que es lo que me llena de felicidad? Pues algo muy sencillo, ponerme delante de una hoja en blanco, o delante de mi Word y teclear o escribir durante horas, sin dormir, parándose el tiempo y darme cuenta que lo que hago me llena, de tal manera, que hay mayor felicidad para mí que plasmar en letras todo lo que me hace sentir la escritura.
Cuando llega el momento en el que sea una escritora profesional, y poder dedicarme a ello durante años como una profesional, ese día será para mí como si me hubiera tocado un millón de euros, porque lo único que ansío y añoro durante hace mucho tiempo, es ganar un concurso literario o simplemente que me publiquen una novela, ir de paseo por una librería y ver en esa estantería del fondo, mi novela, grabada con mi nombre en letras de oro, ese día será el más increíble y apasionado para mí.
Los momentos más difíciles cuando me estoy dedicando a escribir, es la frustración, la impotencia y el dolor que provoca en mí el hecho de que no me salgan las ideas que me encantarían o no se me ocurre nada que decir en mis capítulos. Hay momentos que puedo pasarme días o semanas sin escribir porque nada se me ocurre o como digo a veces no me viene la inspiración o mi musa me abandonó, esos momentos son críticos para mí, porque me inunda una tristeza y una angustia que solo los escritores entienden, hacen que a veces dude de escribir, pero cuando me vuelve la inspiración y mi musa dejo de estar molesta conmigo y retomo mis letras es un sinfín de sentimientos que hacen que mis manos no paren de escribir rápidamente sin tomarme ni un minuto de respiro, es un cúmulo de sentimientos y emociones que afloran en mis yemas sobre el teclado. Me siento satisfecha de que el trabajo que hago me llene de pasión, amor, ternura y hasta una libertad de expresiones jamás contadas.
¿Cómo me siento escribiendo? En un mundo increíble, en donde no hay tiempo y en donde puedo contar lo que quiera, que nadie me va a juzgar, donde con veinte líneas puedo sacar todo lo que siento dentro de mí y embarcar a millones de personas en millones de sensaciones, hasta llegar al límite de emocionarles. Existen personas que, para desahogarse de un mal día, van con sus amigos de copas o simplemente le cuentan a su pareja lo que les ocurre. Yo hablo con mis letras, cuando tengo un día de perros, escribo todo lo que me hace sentir, y esa es mi confesión mi mejor amiga son mis letras, las únicas que no me fallan y nunca me critican, las únicas que me dejan plasmar lo que siento en simples historias de tristeza o de amor.
Las letras me hacen sentir viva. Y yo solo estoy enamorada de algo, enamorada de mis novelas, de mis historias o simplemente de aquellas que expresan el amor que en algún momento de mi vida me encantaría, aunque esto que diré es fantasioso, que mis historias se hicieran realidad, y llenaran los hogares de millones de personas, porque si yo me siento viva con ello, seguro que otras personas se sienten vivas al leer mis letras, letras que llegan al corazón, letras que emocionan o simplemente hacen felices a quien las lee, igual que a mi escribirlas me hacen sentirme completamente viva e inmensamente feliz.
NOTA: Este artículo fue publicado por la redacción de la revista Huellas de la página web http://cepafaustinaalvarez.centros.educa.jcyl.es/sitio/ lo encontrarán gratis para descargar la revista en PDF, con más relatos, poesías y reflexiones sobre el tema central "Las emociones" de otros autores que quisieron participar. Disfrútenlo.
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EL CAMINO A MI FELICIDAD: MIS LETRAS
Short StoryEste artículo fue publicado por la redacción de la revista Huella de la página web http://cepafaustinaalvarez.centros.educa.jcyl.es/sitio/ lo encontrarán gratis para descargar en la revista en PDF, con más relatos, poesías y reflexiones sobre el te...