Yerra en el campo

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Un fin de semana largo en Argentina debido al 25 de mayo, día de la patria, con mi familia decidimos ir al campo de mi tío ubicado en la provincia de La Pampa. Apenas estuvimos tres días, pero valieron la pena. El 25 de mayo no solo festejábamos con los peones del campo nuestra independencia, sino que también aprovechamos para participar de un espectáculo que se realiza todos los años en esta época: La yerra.

La yerra se le llama a la operación donde los testículos de los terneros son cortados para que no pasen a ser toros. Esto no es un proceso doloroso, al contrario, me sorprendió no ver una expresión de dolor o incomodidad en los terneros. ¿Por qué se hace esto? La carne de toro es más dura al comer, por lo tanto, no se vende. Se descubrió que realizando esto, los animales pueden seguir viviendo perfectamente y cumplir con su función:alimentar al hombre. 

Así fue como en la helada mañana del 25 de mayo nos levantamos con mis 5 hermanos, mis padres, primos, tíos y compañía del campo para ver el show. Pasamos por un camino de tierra marcado por las huellas de las camionetas y allí nos encontramos con el amplio pasto verde que caracteriza al campo. Nos dirigimos a las tranqueras que dividían tres terrenos de derecha a izquierda. En el primero se encontraban todos los terneros, y pasaban de a uno al segundo terreno. Allí estaban los peones (los trabajadores del campo) esperándolos con sus lazos listos para agarrarlos de las patas delanteras, y con un cuchillo bien afilado para cortarles el miembro. Luego de esto, se levantaban y pasaban al tercer terreno, el segundo corral.

Fue fantástico ver cómo cada hombre levantaba el brazo, hacía giros con el lazo en el cielo y luego lo bajaba a una fuerte velocidad para amarrarle las patas delanteras al ternero. Había como diez peones intentando agarrar solo un animal. No es cosa fácil. Se requiere de una estrategia, de mucha habilidad. Ellos llevan años practicando, no sale de un momento para el otro. Es más, ya se los veía a los niños del lugar practicar con sus lacitos jugando entre ellos imitando las acciones de sus padres y mayores.

Como venía diciendo, cuando el animal es agarrado cae sobre el suelo removiendo toda la tierra y a veces suele hacer una pirueta antes de caer. Esto forma parte del show. El animal no quiere ser agarrado y hace lo imposible para ello, se tira al suelo, se estampa contra las maderas del corral, corre como si su vida estuviera en peligro. Pero sabemos que no es así. Una vez que se lo agarró y cayó, se acercan todos los peones a sostenerlo para que no escape, estos animales tienen una fuerza impresionante. Mientras es sostenido, uno le corta los testículos y se los lleva en la mano. Así nomás.  El ternero no hace ni mu. Aseguro que no siente nada de dolor en absoluto. Lo que se corta es una capa finita de piel grasosa que conecta al testículo con el cuerpo. Tengo que admitir que me dió mucha impresión ver cómo lo hacían, se me removía el estómago. Pero verlo tantas veces se hizo una costumbre.

Una vez que pasaron los veinte terneros fuimos a comer el asado que nos estaba esperando junto con un plato típico que no puede faltar: el locro. Tampoco faltaron como picada los huevos de los terneros... Así es, nos los comimos bien cocidos y calentitos. De nuevo me daba una repugnancia terrible tener que probarlos pero si iba a escribir sobre esto no podía no hacerlo. Los probé, y puedo decir que se parecía a probar paté, era una carne chiquita, suave de sabor y de textura, se deshacía en la boca. De no saber que provenían de los mismos terneros hubiera comido más, igualmente, todos estaban felices comiendo "sandwichito" de bolas de ternero. 

Ese fue mi día desconocido en la yerra, pretendo volver y estar atenta a más detalles y descubrir algún secreto más de esta aventura para contar. 

Yerra en el campoWhere stories live. Discover now