El día anterior había estado muy ansioso —o nervioso— pensando en que su vida estaba a un pie de cambiar completamente, de que ya no podía depender de sus padres nunca más, y que en cambio, ahora tenía que volverse responsable si es que quería tener un buen futuro.
Aunque a decir verdad, ese miedo lo estuvo atormentado todo lo que duró su último año en la secundaria.Taehyung lo habría notado porque desde el momento en el que puso un pie en su casa se había puesto en la cabeza llevarlo a un bar cercano con la idea de emborracharlo y quitarle toda la tensión. No le quedó otra opción más que aceptar, aún sabiendo que el dolor de cabeza no iba a cesar ni con una aspirina. Pero sea como sea, lo había pasado genial. Había tenido sexo con un castaño que se encontraba en aquel bar...(el cual era demasiado bonito para ser real).
No recordaba como comenzaron a hablar, pero lo que sí se acuerda es que se llamaba Min Yoongi y tenía 22 años, además de que había sido bastante difícil haber logrado convencerlo de ir a su departamento a follar. Sabía que no iba tener la posibilidad de encontrarse con alguien como él nuevamente, y es por eso que arremetió contra él como todo un león a su presa.
Era como si Min tuviera un tipo de carga magnética que hacía que no pudiera dejar de mirarlo. Quizás lo que le había atraído de él tenía que ver con su piel pálida que parecía ser muy suave a su tacto, o fueron sus ojos rasgados los que lo habían hipnotizado con sólo mirarlo. No tenía idea.
Yoongi no le había dicho más que su nombre y su edad, y Jungkook tampoco había insistido en seguir preguntado por miedo a que terminara huyendo de él.
Por suerte no lo hizo, y a pesar de que se veía como un hombre difícil y fuera de su liga por ser alguien tan maduro hasta ebrio, Jungkook notó que Yoongi tampoco logró resistirse a él.De todos modos, valió la pena el tiempo que perdió intentando llevárselo a la cama porque había sido increíble. Estuvo tan bien que, de hecho, borracho y todo todavía recuerda detalladamente cuanto lo había disfrutado. Y hasta todavía tiene presente los gemidos de Yoongi porque, dios, eso había sido malditamente caliente.
— Mierda —protestó.
Tan solo recordarlo hizo que comenzara a crecer un gran bulto en sus pantalones sin haber podido controlarse. Se estaba pareciendo al Jungkook en plena época de pre adolescencia cuando se comportaba precozmente al ver una porno.
No sabía por qué su cuerpo estaba reaccionando de esa manera por alguien que ya no iba a ver nunca más en su vida. Al parecer su cerebro no estaba siendo razonable como se supone que debería serlo, y por el contrario, provocaba que su cuerpo sintiera las hormonas en pleno apogeo.
Había tenido varias relaciones a pesar de su corta edad. Hubo más mujeres que hombres ya que las mujeres solían ceder más a sus coqueterías, pero al fin y al cabo nunca había tenido una erección al pensar simplemente en alguien.
Es probable que la locura ya estuviera haciendo efecto en él.
Al final decidió levantarse de una vez para luego ir a darse una ducha fría y dejar que el dolor de cabeza mermara en él. Además, si seguía pensando iba a llegar al límite de necesitar ayuda de su mano y no estaba dispuesto a perder alguna clase. Bueno, al menos no por ahora.
Con el simple hecho de haber amanecido con una erección del tamaño del muro de Berlín lo había puesto de un humor de perros. Por lo que esperaba que las cosas cambiaran con el transcurso del tiempo porque definitivamente hoy se había despertado del lado equivocado de la cama.
***
No sabía si él era tonto, ¿o es que estaba en un micro mundo y no se había dado cuenta? El lugar era enorme, y sentía que si hacía un paso había posibilidades de que iba a perderse.