G U K K I E.

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Hola Gukkie... No sé si dejes esta carta junto con todas las demás que te he escrito en el olvido.
Esta es la decimoctava carta que te escribo... Y junto con las demás, seguramente sin respuesta.

Oh Kookie, hoy me he puesto a revisar nuestro álbum, aquel en el cual están todos los momentos inolvidables que vivimos tu y yo... Desde que empezamos nuestra relación en la secundaria hasta la última vez que nos vimos en la playa de Busan...
¿Sabes?, me di cuenta que las últimas dos páginas por llenar del libro están vacías, vacías como estoy yo ahora mismo y desde hace 3 meses desde que te fuiste.

Aún me duele Kookie, aunque dijiste que fue por nuestro bien y que yo podría olvidarte fácilmente y seguir con mi vida... Mentiste. No he podido seguir con mi vida sin ti, no me he podido acostumbrar al vacío de mi cama todas las mañanas, no he podido sonreír sinceramente sin recordarte a ti y tu hermosa sonrisa haciendo que de nuevo mi corazón se sienta ultrajado y roto, no puedo pasar por ningún lado de Seúl sin vernos agarrados de la mano. No he podido sacarte de mi mente Jungkook. Y me está matando.

Pero tanto como quisiera olvidarte no quiero, soy masoquista conmigo mismo, porque sigo haciéndome daño recordándote y mandandote cartas sin respuesta.

Por otro lado, me enteré que estás saliendo con una persona. Espero que Taehyung si pueda superar tus expectativas y puedas llegar a ser realmente feliz con él, cosa que según tú, jamás pudiste hacer conmigo.
Sé que soy egoísta Kook, pero quisiera que las hermosas sonrisas que le dedicas a él fueran para mí. Pero eso no pasará, no de nuevo, ¿Verdad Kookie?.

He tomado una decisión sobre mí.
Mis padres murieron, y los únicos amigos que tenía eran los tuyos, los cuales no volví a ver después que tu te fuiste.
Jeon Jungkook, primer y único amor de toda mi vida, espero que seas feliz junto a Taehyung y tus padres lo acepten como no lo hicieron conmigo. Quiero que seas realmente feliz Jungkookie, no como conmigo, que no lo eras.
Sé que realmente no te va a afectar que me vaya Gukkie, pero yo sólo quería darte mi último adiós, mi último "Te amo".

Te amo Jeon Jungkook.
Después de dejar esta carta en tu buzón como todas las otras, regresaré y daré mi último respiro antes de apretar el gatillo.

Te amo, adiós.

Firma: Park Jimin.

...

—Kook, es otra carta de Jimin... —Dijo el castaño extendiendo el sobre hacia su hermano, quien yacía perdido en sus pensamientos y con su rostro húmedo debido a las lágrimas, cosa que ya era costumbre desde hacia tres meses atrás.

—Gracias Jin, por favor déjala en la mesa —Dijo ahora el pelinegro secando con las mangas de su suéter sus mojadas mejillas pálidas.

El hermano mayor de el pelinegro salió de la habitación, dejándola como la había encontrado. En una oscuridad absoluta.

Jungkook fue hacia su mesita de noche y encendió la lámpara que se encontraba en la misma.
Agarró la carta, la desdobló y comenzó a leer.

..."Te amo, adiós.

Firma: Park Jimin".

El pelinegro golpeó la mesa y rápidamente se paró de la silla con los ojos rojos e hinchados de llorar.

—No Jimin... No. ¡Jimin!.

Rápidamente salió de su habitación y tomó el primer paraguas que encontró para cubrirse de la lluvia que empezaba a caer del oscuro cielo esa noche en Seúl.

—Jungkook, ¿a donde vas? —Preguntó el castaño quién lo miraba con curiosidad y un toque de preocupación al ver a su hermano en ese estado.

—Jimin... Jimin, yo, el, adiós —El pelinegro salió rápidamente cerrando la puerta tras de él, dejando a un confundido y preocupado hermano en casa.

Jungkook corría a todo lo que daban sus pies, nisiquiera abrió el paraguas que llevaba en su mano y por consecuencia ahora estaba empapado, pero eso ahora poco le importaba al pelinegro, lo que le importaba ahora era llegar a la casa de su ex novio y evitar que cometiera una locura, la cuál si ocurría, no se lo perdonaría jamás.

El pelinegro llegó con su ropa empapada y sin aliento a la entrada de su pequeño ex compañero.
Sin pensar en nada tocó la puerta todas las veces que pudo, esperando y rezando por no haber que llegado demasiado tarde. Pasaron dos minutos, no había respuesta alguna y Jungkook estaba a punto de derribar la puerta, pero esta se abrió unos segundos después dejando ver a un chico con su rostro demacrado.

Analizó el rostro de su ex novio totalmente sorprendido, su rostro estaba pálido, con unas grandes manchas negras abajo de sus ojitos color azabache los cuales estaban hinchados e inyectados de un color rojo. Su cuerpo estaba delgado, muy delgado. Volvió su vista hacia sus ojos los cuales estaban vidriosos de las lágrimas acumuladas en estos. Bajó su vista otra vez, en su pequeña mano izquierda, un arma.

—Jung- —El pelinegro le arrebató el arma y la tiró lejos, acto seguido pasó sus brazos alrededor de la cadera del menor atrayendolo hacia él— ¿Qué estás haciendo?.

—Perdóname Jimin —Dicho esto pasó su mano por el mentón del menor haciendo que lo mirara a los ojos y luego unir sus labios, un beso que revolvió las entrañas de los dos, haciendo florecer de nuevo el amor que anteriormente los dos compartían antes de que el pelinegro se fuera.

Jungkook entró y cerró la puerta tras de él, luego volteó y vio a su pequeño Jimin sollozando con sus dos pequeñas manos en su carita.

—Jimin... —Jungkook se acercó al pequeño rubio y retiró sus manitos para que lo viera a los ojos— Perdóname bebé, perdóname por favor —lo atrajo hacia el y lo abrazó, lo abrazó como deseó hacerlo hacia tanto tiempo, necesitaba tenerlo en sus brazos nuevamente, respirar su embriagante olor, besarlo hasta que sus labios estuviesen hinchados y rojos, necesitaba tenerlo de vuelta.

—Jungkook yo... Tú... Pensé que estabas con-

—No Jimin —interrumpió al rubio— No estoy con él, no había podido sacarte de mi cabeza. Necesitas saber que jamás me aleje de ti por intención propia, debes saber que irme fue lo más doloroso que haya hecho jamás sólo por las estúpidas amenazas de mi padre diciendo que te haría daño si no te dejaba. Pero ya no le tengo miedo Jimin, al recibir tu carta todo mi mundo se vino abajo y supe que fui el mayor idiota del mundo al dejarte, y que si cometias ese error jamás me lo perdonaría. No dejaré que nadie te haga daño, jamás, no me volveré a ir bebé. Por favor perdóname y dame otra oportunidad de estar junto a ti que es lo que más deseo —confesó el pelinegro.

Jimin se quedó mirando sus ojos por unos instantes, en busca de algún signo de que le estaba mintiendo, pero no era así, el lo estaba diciendo con sinceridad.

—No...

—Pero... Jim-

—No puedo creer que esto esté pasando realmente, ¿estoy soñando Gukkie?

—No bebé, estoy aquí contigo, no me iré de nuevo —sonrió.

—Te amo Gukkie, te amo mucho —El pelinegro sonrió y lo besó, lo besó con dulzura.

—Yo también te amo mi Mochi.

DECIMOCTAVA CARTA - ONE SHOT KOOKMIN.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora