Poema sin nombre

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Y de nuevo el viento arrasa la colina, revolcando todo a su paso.
El sol se ha ido, la neblina llega y confunde.
Las flores que antes florecían, ahora son arrancadas sin descaro.
La colina se ve sola y devastada.

El viento sopla, arrastra, sopla, revuelca, sopla, acecha, sopla.
La neblina cuega, es bruma, no releva nada.

Estoy celosa, furiosa.
No entiendo que me sucede.

¿No se supone que debo olvidarlo?
Fuimos cercanos, pero ¿lo suficiente?

Por un simple arrebato lo evité.
Es cierto, hubo algo ahí.
Pero lo que existía, se fue.

Y de una manera realmente tonta me doy cuenta que tal vez, solo tal vez, existe algo más.

Pero, si lo admito, tengo miedo a que ellas se enojen.
Tengo miedo a que él me rechaze como yo lo hice.

Si existiera la posibilidad, no llegaríamos a nada serio, mis límites establecidos por los superiores no me lo permiten.

Supongo que aquí es donde aplica el dicho "uno sabe lo que tiene hasta que lo pierde".
Es muy confuso, no se si estoy en lo correcto al pensar eso, o mejor olvidarlo.

Y traté de "arreglarlo", lo intente, pero no resultó como suponía.

Y es aquí, en la noche, con las baladas de los 90's en donde mi cabeza se llena de preguntas. Donde las madrugadas marcan cada pensamiento y los recuerdos pasan con cada minuto.

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