epílogo

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Después de recibir la caja Mark se arrepintió, le dolió ya que sus sentimientos eran ahora de amor hacia ese chico.

Pudo haberlo tenido, pero no pudo. Era tonto por haber dejado pasar eso, se arrepentía de ello.

Trato de encontrarlo, fue a su apartamento pero al llegar se encontró con la noticia de que se había mudado. Y al tratar de contactarlo nunca podía, las llamadas nunca entraban.

Fue a buscarlo a su universidad, pero este ya se había marchado de ese lugar. No había ninguna de pista de hacia dónde había ido, y se arrepentía de ello.

Lo extrañaba, y mucho. Quería encontrarlo, quería estar con el, quería repetirle muchas veces lo mucho que lo amaba y lo mucho que se arrepentía por haber sido un tonto. Pero ya era muy tarde.

En uno de sus intentos fallidos de encontrarlo, se canso y fue a la heladería en la que fueron la primera vez que lo invito a una cita. Sentía un vacío en su corazón, un dolor inexplicable.

Cuando iba a recibir su helado, miró hacia la puerta y a través del cristal vio pasar a un chico que hizo que su corazón palpitara fuertemente.

Creyó que había sido su imaginación, pero prefiero salir corriendo desesperadamente y ver si era quien él creía.

Pero aquella imagen solo logró dejarlo más roto, su amor con una enorme sonrisa tomando de la mano de otro chico. El no podía verlo, pero Mark si podía verlo a el.

Como había dicho en las cartas, mañana vería a otro el. Había cambiado mucho, y para bien. Ahora era mucho más atractivo, y se veía muy feliz con su nuevo amor.

Ahora lo único que podía hacer Mark Lee, era arrepentirse de haber sido un tonto con DongHyuck.

S. O. R. R. Y. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora