Lo mire, estaba tan guapo con esa sonrisa que se le formaba sin que él se diera cuenta. El me miraba con curiosidad y de repente pensé "Mujer precavida no sale lastimada", me recordé a mí misma pero por más que trate, no pude contenerme y lo besé dulcemente. Ese beso provoco una chispa de electricidad que bajo por mi columna vertebral y se alojó en mi estómago. Sentí como un millón de descargas eléctricas viajaba por todo mi cuerpo y caí en la cuenta de que lo amaba. Estaba enamorada de el desde siempre, aunque no lo quisiera creer. Aunque de tan solo pensarlo me doliera la cabeza pues yo no quería estarlo. Tuve bastante experiencia en eso del amor y pude comprobar por mi propia fuente que eso es una mierda. Pero por más que lo negaba, ese sentimiento crecía más y más. Lo amaba. Así de sencillo. Y ya no podía hacer nada para impedirlo.