Kaneki Ken

Es un adolescente con alas rotas. con el alma remendada a pedazos y con un corazón que late con aire caliente.

Sabe que el fin esta cerca, no hay marcha atrás, todo a lo que se ha aferrado, miserablemente, lo ha perdido. Cada propósito, cada escalón que ha formado con sus sueños resquebrajados, lo llevan a la cúspide de la infamia, de la mentira.

Sabe que no hay una meta, sabe que todo lo que encontrará es vacío, es el crujir de la verdad, de la desolación y la ventana a la soledad que siempre visualiza a la distancia y que no nota, por sobre todas las cosas lo cerca que siempre ha estado de la misma.

Perderá todo.

De nuevo, de nuevo, de nuevo.

Todo se pierde, todo lo ganado se desmorona en sus manos, todo el peso sobre su espalda se dispara conforme la gravedad. Conforme la falta de alma y corazón y los fragmentos que ha recogido a su paso y las verdades que ha ocultado en la memoria.

Kaneki ken, no vislumbres la felicidad. Esta, no fue hecha para ti.

No toques lo que secaras, no ames lo que perderás, no te aferres a lo inexistente y mira tu realidad. Tu triste y vivida realidad donde el poco amor que te han dado lo rechazas, donde el camino se cubre de espinas y se entierran en cada paso que das.

Tus gritos de dolor quedaran escritos en lo que mas amaste, en lo que eres, en lo que fuiste y en lo que nunca pudiste ser.

Kaneki, deja de esforzarte, la ruleta a dado su veredicto y la reina-la puta reina. Ha echado sus cartas.

La felicidad no se gana, solo se concede, egoístamente, sin miramientos.

Vomita la penumbra y cae ante la oscuridad, que te aguarda con los brazos abiertos a la espera de tu ultimo aliento.

Fin.

Se nota que no tengo mucho que hacer.