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—Yoongi, ya cállate de una vez.
Jimin estaba a nada de lanzar a su mejor amigo por la ventana de su habitación si no dejaba de hablar. Llevaba escuchando su parloteo por al menos diez minutos y lo único que entendía era: "Culos y tetas".
Bien, le gustaba que su amigo tuviera libertad sexual y todo. Sin embargo, que fuera a contarle todas y cada una de sus experiencias, lo enfermaba horriblemente. Sobre todo, cuando él era más de pitos.
Pero eso Yoongi aún no lo sabía.
—Lo que a ti te falta... —lo apunta el rubio, mientras lleva la paleta de dulce a su boca y continúa girando en la silla del escritorio de Jimin — ...es un buen polvo. —asiente totalmente convencido, a lo que simplemente suspira y rueda los ojos, volviendo a ignorarlo. No había caso con su amigo.
Aquella noche –como muchas otras– habían acordado reunirse con todos su grupo, para ir a una de las tantas fiestas de último año. Esas en las que todos se emborrachan y vomitaban prácticamente el alma.
Ah, que bonitos recuerdos les quedarían de ello cuando fueran a la universidad.
Jimin y Yoongi siempre habían sido los mejores amigos. Desde el jardín de infantes habían tenido una especial conexión, como si fueran dos polos apuestos que se atrajeran inevitablemente. Jimin siempre había sido un alumno promedio, bastante tranquilo, amante del canto y todo lo artístico y que jamás había salido con alguien. No porque no fuera atractivo, sino por decisión propia. Además le gustaba tener su propio espacio personal, teniendo en cuenta que su pegote mejor amigo con suerte lo dejaba respirar con tranquilidad.
Yoongi por su parte, era un desmadre total. Rebelde, no seguía normas y tenía tatuada la palabra Swag por cada parte de su existencia. ¡Oh! Sin olvidar que adoraba tener la razón en todo. Aunque no siempre fuera así.
La vida había juntado a este extraño par, solo para generar desastres en las vidas de sus padres y amigos. Desde romper una simple pared en casa de Hoseok, hasta chocar el auto del padre de Jimin en una "inocente" salida. Sí, una amistad totalmente tranquila y para nada nociva para el mundo.
Pero ya saben cómo dicen por ahí. Lo que no te mata te hace más fuerte, y sí estos dos amigos aún no se mataban entre sí, era porque realmente luchaban contra ello cada día de sus vidas.
—Deberías ponerte los jeans rotos —propuse Yoongi cuando ve que el pelinegro se quita por cuarta vez los pantalones que se había probado, comenzando a colapsar por no poder elegir de una vez una simple prenda.
—¿Tú crees? —contesta Jimin no muy convencido de su sugerencia, volteándose asustado cuando siente que su amigo se levanta y prontamente se encuentra tocando su piel con la yema de sus dedos.
—Se te ve mejor trasero —susurra Yoongi en su oído, bajando suavemente sus pálidas manos por toda su espalda desnuda hasta llegar a lo que era su voluptuoso trasero y empieza a masajearlo.
Ah, se me olvidaba mencionar. Min Yoongi tenía una extraña obsesión por tocar a su mejor amigo. Ya fueran pequeños roces que pasaban desapercibidos para los demás, hasta traviesas mordidas que Jimin evitaba a toda costa por los estragos que causaban en él. A nadie le gustaba andar con una erección por la vida, mucho menos causada por un odioso mejor amigo que solo pensaba con el pene y juraba ser totalmente heterosexual. Incluso podría tener el descaro de decir aquello, aun cuando tenía las manos encima de Jimin.
—¿Existirá el día en que no me toques? —se voltea frustrado Jimin, poniendo los ojos en blanco al sentir que las manos siguen tocándolo, pese a su tono de advertencia —. Yoongi, en serio. Deja de tocarme —vuelve a advertir, viendo la ladina sonrisita que le regala el rubio mientras muerde la punta de su lengua. Realmente odiaba el día en que Min Yoongi había tenido la gran idea de hacerse un piercing en la lengua. En serio lo odiaba.
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No homo, bro | YM [OS]
FanfictionYoongi y Jimin siempre han sido los mejores amigos. Pero hay algo que definitivamente los hace muy distinto a los demás. Miradas y toques discretos acompañan cada día de sus vidas, en donde estos dos han ido manteniendo su amistad pese a la tensión...