¡BOOM!
Se escuchó otra bomba, no muy lejos de donde el soldado Johnson se encontraba. Con ésta serían cuatro, cada explosión se oía más cerca que la anterior. Johnson se encontraba, junto con el resto del pelotón, en las trincheras estadounidenses de Afganistán luchando por su vida. Estaban preparados para salir al ataque en cualquier momento. Cuando los enemigos se acercaran lo suficiente los aplastarían como a moscas, o al menos ese era el plan del capitán. Él los había convencido de que todos volverían a casa para estar con sus familias, pues para los soldados estadounidenses no había nada imposible.
A Johnson le pareció una eternidad la espera, hasta que, por fin, el centinela dió la voz de alarma, anunciando que los otros ya estaban muy cerca.
El pelotón, compuesto por una veintena de hombres, salió de su escondite armas en mano y, como había predicho el capitán, eliminaron al enemigo rápidamente y sin ninguna baja.
Luego de completada la misión, se dirigieron al campamento, entraron a su tienda y, como la tarea había sido un éxito, el soldado propuso ir a buscar al capitán, que tanto apoyo les había dado, y abrir la botella de vino que le había regalado su esposa antes de irse de Estados Unidos, para que recordara su hogar. Desde que lo asignaron al pelotón número cuatro, tuvo la intención de compartirla con sus compañeros, y celebrar juntos sus victorias. Sus compatriotas recibieron la idea con vítores y sonrisas, al fin algo de descanso después de toda la tensión que habían sentido durante los últimos meses.
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Una Historia Que Contar Parte 1: LA BOTA
Short StoryHistoria corta sobre lo que sucedió años atrás, cuando las tropas de Estados Unidos fueron enviadas a Afganistán para luchar contra los grupos guerrilleros Afganos. El soldado Johnson pertenece al pelotón estadounidense número cuatro y esta es su h...