Mystical Fanfics

Cosas que odiar.

Luna odiaba muchas cosas o simplemente no le gustaban, odiaba los grupos grandes de gente, las personas demasiado confiadas, las dramáticas, odiaba ser el centro de atención, que le dijeran el famoso "te lo dije", detestaba los colores chillones y que le dieran que tenía que hacer...

Pero sobre todo ese cúmulo de cosas que a Luna le parecían irritantes...

Ahí estaba Erin, alzándose orgullosa y mostrando todo lo que a Luna odiaba cómo si se tratase de un gran pavo real enseñando sus plumas y sacando pecho.

No es que tomara importancia a lo que la otra chica hiciera con su vida, pero parecía un mal chiste.

Erin, la chica popular, la divertida, la que nunca falla, la sociable, la buena... Y para colmo, de entre todos los humanos que podrían haber en la tierra, una de las únicas cinco personas que pueden defender el mundo del caos.

Habría asegurado que ella ayudaría a los de cuarto con la broma de la obra, pero cuando sin motivo alguno le contó sobre la existencia de esa estúpida traición y le explicó que querían impedirla, no iba a mentir; pensó que le mentía a la cara, pero no resultó ser así, Erin verdaderamente quería ayudar a Hana.

Y aunque la obra y escuchar a Hana cantando "popular" no era un entretenimiento tan horrible cómo esperaba, no podía evitar mirar a la mystical del plano físico todo el rato, como si esta la hubiera hipnotizado.

Puede que aunque en el fondo no odiara a Erin, sólo quizá puede que en lo más profundo de su alma estuviera agradecida por ese pequeño incidente el día de la lluvia (Aunque casi muere ensartada por un paraguas, apreció que la chica simplemente no la dejara correr bajo la lluvia desconsolada).

En el preciso momento en el que ese pensamiento llegó a su mente, fue cuando sintió una punzada de dolor, un rechazo similar al que sentía cuando su abuela sólo hablaba con Gala acerca de las Mystical.

Erin era la encarnación de "todo lo que no le gustaba" y estaba segura de que hizo lo que hizo por pena o obligación, estaba segura de que ese sentimiento de... Digamos... "Cercanía" no era recíproco, para Erin solo era una borde con ropa hortera o cómo ella diría para no ofenderla...

Estrafalaria.

Antes de que se diera cuenta, la obra había acabado y todos aplaudieron, incluyendola a ella misma y a Erin. Le sorprendió bastante ver que Iris aplaudía con tanta dedicación, si seguía a ese paso estaba segura de que se le caería una mano, sólo le faltaba un enorme cartel dónde pusiera "Esa de ahí es mi mejor amiga".

Al levantarse y poner rumbo hacia los bastidores, se quedó unos metros por detrás, viendo desde lejos como Nora y Erin se paraban a hablar con cualquier persona, quedándose embobada mientras miraba a esta última siendo sorprendida por Iris a causa de esto... ¡Maldita e hipnótica Erin!

-No piensa tan mal de ti, hasta diría que de manera algo tierna.-

Al escuchar la voz de la peliazul sintió que todo su orgullo se esfumaba y cómo su corazón prácticamente se le salía del pecho, maldiciendose a si misma por olvidar que había una telepata sentada a su lado todo el tiempo.

-No diré nada puedes estar tranquila... Pero que sepas que lo del cartel sería más estilo Hana.-

Y sin darle ni tan sólo un segundo para recuperarse del susto e intentar recoger los pequeños trocitos de su orgullo, Iris marchó hacia los bastidores sin desviarse u pararse, dejando a la rubia con la gran duda de si la otra sería fiel a su palabra o diría algo.

Ese día Luna aprendió dos grandes lecciones...

No pensar cosas como esas cuando tiene a una telepata cómo Iris al lado.

Y segundo...

Puede que odiara muchas cosas, pero estaba segura de que Erin no estaba dentro del Pack.

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Se que no escribo cómo una profesional, seguramente esta historia éste llena de clichés e incluso cabe la posibilidad de que sea un horror de fanfic, pero bueno... Se aprende cayendo, espero que si eso llega a leerlo alguien que se haya entretenido y disfrutado a pesar de la gran plaga de faltas ortográficas que tiene que tener.

¡Nos veremos en el próximo fic!