epílogo

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No solía reunirme con JungKook tantas veces como quisiera, pero comprendía que era debido a la apretada agenda de mi chico de lindos ojos, no me molestaba pero si entristecía ocasionalmente. Si pudiera, me daría el lujo de viajar a Seúl cada semana, pero la realidad era que no tenía suficiente dinero ni tiempo por la universidad. Lo más deprimente, es que en el transcurso del año sólo he podido viajar tres veces a su ciudad para salir a citas, lo máximo que me he quedado han sido dos semanas.

Y acepté la relación sabiendo eso, que lo máximo de veces que lo vería serían unas seis veces al año. Viendo el lado positivo, eso es mucho mejor que no verlo más que una vez por año, o sólo en las giras cuando visite mi país: nunca.

Mi madre me ha ofrecido pagar mis estudios en Corea con tal de no verme tan mal, pero no he aceptado. ¿Me he arrepentido? Claro, ¿A quién no le gustaría estar todo el tiempo con su pareja? Pero yo no quiero que mi madre se desviva más por mi, ella ha hecho más que suficiente. 

Admito que es agotador el ir a la escuela, trabajar por la tarde, llegar a mi casa y ayudar con los quehaceres, además de hacer tareas y proyectos. Difícilmente podía dormir tres horas y si, podría dormir un poco más pero la diferencia de horarios entre Corea y mi país era bastante, así que debía desvelarme un poco para poder hablar con mi dulce chico. 

El no sabe que estoy trabajando para visitarlo pronto y es mejor que no lo sepa, es parte de una sorpresa en la que he trabajado mucho tiempo. Pero afortunadamente, este es mi último año de universidad, lo que significa que tendré más tiempo para trabajar y ahorrar. 

Siendo muy optimista y esperando algún milagro, podríamos mudarnos a Estados Unidos para así ahorrar un poco de energías en los vuelos, dinero en los boletos de avión y aspirar una mejor calidad de vida. Así que debo trabajar cuanto pueda para hacerlo lo más pronto posible. 

Me puse muy nerviosa cuando me di cuenta que JungKook estaba intentando marcarme mientras caminaba por los grandes pasillos del aeropuerto, el único lugar que pensé en el momento para esconderme, fue en los baños de damas.

— JungKook, uhm, ¿Hola? —lo escuché reír.

— ¿Hola? ¿Esa es la forma de responderle a tu novio? Me siento muy decepcionado.

— Uh, lo siento. Me tomaste por sorpresa, jagiya. 

— Perdón por llamar en horas de clase, pero quería oír tu voz antes de irme a dormir. 

— ¿Horas de clase? —pregunté, cubrí mi boca cuando me di cuenta. Es lunes, claro que debería estar en clases, estúpida. 

— ¿No asististe a clase, linda?

—rasqué mi nuca nerviosa— Lo que pasa es que hoy han suspendido clases, así que estoy ayudando a mi mamá con las labores de casa. —reí nerviosa.

— Me he quedado en la parte de suspensión de clases, bonita. Pero está bien, que bueno que hoy has descansado un poco más. —sonreí aliviada, la barrera del idioma me ayudaba en estas situaciones.

— Perdóname, sigo aprendiendo tu idioma... Tampoco sé hablar bien inglés y quiero aprender Coreano, pero... —una vez más, rió. Ah, su risa me hacía sentir renovada.

— Ambos lo intentamos.

— Te llamaré más tarde, ahora mismo estoy algo ocupada. Descansa, te amo.

— También te amo, bonita. Suerte con lo que sea que estés haciendo, me avisas cuando estés disponible.

— Claro, descansa —di un beso en el micrófono del teléfono, y seguido de eso escuché risas.

JungKook está completamente enamorado, miren su rostro, ¡Está ardiendo! —ese era NamJoon, seguido escuché la risa de SeokJin e inmediatamente después JungKook colgó.

JungKook debía verse adorable con las mejillas rojas.


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Apenas llegué a Corea, me dirige al edificio de la empresa donde trabajaba JungKook. Gracias al gafete que me había entregado, pude pasar sin problemas en la entrada, ni siquiera entendí que me dijo el de seguridad pero como me señaló el ascensor, entré y el picó el número del piso. Con traductor, libreta de apuntes en mano y un escaso coreano aprendido, pude entender algunos nombres que estaban pegados a las puertas, "연습실" era la sala de prácticas... O algo parecido.

Toqué dos veces y segundos después me encontré con un TaeHyung decaído. Su camisa estaba empapada de sudor y parecía que estaba a una coreografía de desmayarse, así que entré de golpe y me acerqué a él para ayudarlo. 

— ¿Min? ¿Qué haces aquí? —me separó de él y en ese momento noté lo rojos que estaban sus ojos, había llorado recientemente.

— La verdadera pregunta es, ¿Qué sucede, TaeHyung? ¿Puedo ayudarte con algo?

— Ah, Min. Si tan sólo supieras... 

Escuchar a alguien hablar sobre amor siempre me ha hecho sentir incómoda y ajena, pero al escuchar a TaeHyung expresarse sobre alguien con tanta admiración y nostalgia, me hizo sentir envidia. Y coraje.


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Continuará...

"Sé que pronto será lo último, pero no puedo dejarte ir.

No hables, no me dejes, sólo abrázame tranquilamente"

hold me tight; kth #2

hold me tight; kth #2

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© Cartas a mi ídolo; jjk [book #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora