El Escape

La Llamada

Gritaba, llamándome para que fuese junto a él en ese mismo instante. Muy angustiado por lo que podría haber pasado bajé la escalera lentamente mientras que él seguía gritando. Cuando vio que me acercaba, me miró muy furioso y con los cachetes enrojecidos.

- ¿Por qué tardaste tanto? ¡Agarra el teléfono German, es tu amigo el sin vergüenza! -

Gritaba y gritaba, mientras me acercaba el teléfono bruscamente y en cuanto lo agarré, sin verlo venir, me dio un manotazo en la mejilla tan fuerte que me dejó la marca de su mano y rápidamente se fue por el pasillo hacia su habitación.

Cuando me puse el teléfono en el oído escuchaba gritos del otro lado y también sonidos que no pude identificar. Luego de un rato hubo un profundo silencio y empecé a hablar por si alguien me contestaba, y así sucedió. Tomás me respondió con una voz entre cortada pero se le entendía.

- ¿Estas bien Tomi? -

- Estaré mejor esta noche... ¿te acordás de lo que habíamos planeado, no? -

Estuve tan concentrado por todas las actividades que nos habían enviado de tarea, que me había olvidado por completo de que habíamos planeado huir de nuestras casas.

- Perdóname por haberte llamado al teléfono de tu casa, espero que no te haya ocasionado problemas pero es que no tengo tu número y no se lo pedí a nadie porque... bueno vos ya sabes. -

Y le entendí perfectamente ya que me ocurría lo mismo. Empece a buscar mi celular en los bolsillos, para decirle el número, pero cuando lo encontré me dí cuenta de que uno de mis graciosos compañeros había puesto un chicle, sin que me percatara. Luego de haber limpiado el celular y le diera el número él me repaso el plan que teníamos.

- Estate preparado para cuando te envié el mensaje -

- ¡Si! -

Y cortamos.