09 | Off spes.

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Las personas nunca llegarán más allá de lo que sus ojos pueden ver.

Ahí estaba él, tirado en el suelo nuevamente esperando a que las personas que lo mantenían prisionero en ese grotesco loquero -al cual ahora cientos llamaban hogar- decidieran que nueva diversión será llevada a cabo con su cuerpo. Cualquiera que se considerara cuerdo al momento de su entrada en el Manicomio Cyngnus ahora estaba sumergido en un total delirio del cual único escape era la muerte.

Esa mañana un anciano torturado en ese lugar por años había sido trasladado junto a él. El hombre parecía muy enérgico y movía sus extremidades huesudas de un lado a otro. Inevitablemente el olor a orina que cargaba el tipo terminó por esparcirse por todo el reducido lugar, aunque Seokjin podía tolerarlo, podía tolerar muchas cosas... sobre todo desde que fue internado en esa mansión atestada de mortales atormentados.

- ¿Cómo llegaste aquí, muchacho? -preguntó el anciano que ahora descansaba sentado en una esquina muy lejana a la suya, pues él se había tomado la irónica libertad de reclamar un pedacito de suelo como propio.

- Mis padres... -comenzó a hablar luego de unos segundos en los cuales no rompió su silencio- ellos me dejaron aquí.

- Interesante... ¿Por qué lo hicieron? -volvió a preguntar sin pena alguna o temor a que se le tomara como un entrometido.

- Por esto que dice aquí -dijo destapando su pecho sin ningún tipo de reservaciones, dejando a la vista del hombre la palabra que lo marcaba - Soy un desviado... - concluyó pesadamente.

Un largo silencio se instaló nuevamente entre ambos hombres, ninguno parecía tener más que decir al respecto.

Seokjin recostó su cabeza contra la pared y cerró los ojos, el decoro era un lujo que no se podía permitir en estas circunstancias, pues rara vez era capaz de cruzar palabra con algo casi igual de vivo que él, por eso hablaba con total libertar cuando se le daba la oportunidad.

- Este lugar no siempre fue así... -comentó el mayor obteniendo toda la atención de Seokjin -hace muchos años esto solo era una pequeña partícula que albergaba a unos cuantos enfermos, ¡Pero ahora míralo! La guerra sí que le ha sentado bien a este lugar... Claro que yo apenas era un chiquillo en ese entonces.

El anciano continuó desenvolviéndose entre palabras, pasaban minutos y el hombre aún continuaba relatando una poco agradable historia que fue adornada y recreada en la mente del menor, resultando así en una nueva fantasía que repetiría una y otra vez en su mente.

«La lejanía cada vez está más cerca y el azufre embriaga los sentidos...

Apenas es visible el decaído y agonizante edificio de paredes mohosas. Un triste hospital psiquiátrico que algunos llaman loquero, pareciera que las inmensas grietas ceden cada vez más, no hay salvación para los pocos moribundos que son refugiados bajo los techos con goteras.

Un pútrido olor es emanado desde una esquina húmeda y desolada, los enfermos se quejan y las enfermaras protestan en silencio, dejan salir mueca y gemidos.

Una de ellas siendo intrépida se acerca a la esquina, el suelo que pisa tiembla y resuena despegándose de la tierra, mira con ojos llenos de asco como larvas salen de debajo del pedazo de concreto despegado, se removió sintiendo como un ácido líquido subía por su garganta. Viéndose obligada a contener el vómito apartó la mirada y apretó fuertemente sus labios, bajando del bailante trozo de cemento buscó la apenas gruesa barra de metal llena de sangre seca con la que disciplinaban de vez en cuando a los que allí permanecían encerrados, usando la poca fuerza que su delgado cuerpo le otorgaba usó la palanca para levantar el suelo dejando a la vista un agujero negó lleno de miles de gusanos retorciéndose.

Manicomio 망명 ▬ BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora