【Diario de una psicópata】

Tag|Historias de terror

Bienvenidos al inframundo de nuevo, mis queridos demonios. Vengo con un tag al que me nominó AtsukoAnpan y se trata nada más ni nada menos que de historias de terror. Consiste en contar una historia de terror de tu país o de Japón, pero como tengo "dos nacionalidades" y amo Japón pues vamos a hacer tres xD (soy única y detergente ok? XD)

Comencemos por la primera, esta leyenda es del país donde ahora mismo vivo:

La casa de las tres cruces

Primero habréis de saber que la Casa de las Tres Cruces es el nombre el cual aquí se conoce a la casa de la cima de la colina de la entrada de Torrelavega, tras el pabellón deportivo Habana Vieja. Actualmente la construcción está completamente en ruinas, y ya nadie vive nadie en ella, pero hasta hace poco (por lo que me han contado) estuvo habitada por un anciano que perfectamente podría ser el de la leyenda.

Se puede llegar a ella por el camino que sube hacia el Casino, junto a un pequeño arroyuelo y una casa abandonada. Tan sólo hay que seguirlo, y, en caso de duda, preguntar.

Era una noche de luna llena, y un autobús que regresaba de una excursión escolar tuvo un accidente en mitad de la autopista, cuando ya casi había llegado a Torrelavega. (Concretamente cuentan que sucedió en el túnel que atraviesta la colina en cuya cima está situada la casa de las Tres Cruces, aunque, por entonces no se llamaba así, ya que las cruces fueron posteriores)

Aparentemente nadie estaba herido, y los profesores y los niños hicieron un sorteo para ver quién subía a la casa de la colina, ya que no había ninguna casa en los alrededores aparte de ésa (en la actualidad es como un mini-pueblo, hay casas casi hasta la cima), y las gentes de Torrelavega decían que en ella vivía un loco psicópata que mataba niños, y que, por cada víctima nueva que cobraba, pintaba una cruz en la puerta con tiza o hacía una con dos palos y la clavaba en el suelo de su terreno. Por supuesto, como era un loco psicópata, el jardín y las puertas estaba cubiertas de cruces.

Subieron tres niñas, de diferentes edades, y llamaron a la puerta. Les abrió un hombre anciano y las chicas le explicaron el problema y él las dejó llamar por teléfono.

Entraron en la casa y el hombre las guió hasta el salón, donde estaba el teléfono. Cuando las niñas se dieron cuenta de que la línea estaba cortada y de que el hombre las había engañado, él las mató.

Considerando la muerte de estas tres niñas como un asesinato digno de recordar, mandó forjar tres cruces de metal de unos cuatro metros de altura y las colocó en el límite de su parcela de terreno, de modo que desde Torrelavega se pudieran ver con claridad. Por supuesto, las cruces eran blancas.

Tras el asesinato, descendió el camino de la colina y mató a todos los niños y profesores del autobús, mutilándoles primero con su hacha de cortar leña.

Bueno, ahora vamos con la segunda, del país que me vio nacer:

La muñeca china

A finales de 1500, una niña de unos 7 u 8 años llamada Marisa había conseguido una nueva mueñeca china. Cuando Marisa y su familia se mudaron, dejaron la muñeca china en el sótano y una noche cuando la niña estaba durmiendo la muñeca china empezó a decir "muñeca china, muñeca china va a matar a sus padres". La niña pensó que era su imaginación, y al día siguiente se encontró a sus padres en el armario colgados y desollados vivos con los pies sumergidos en ácido. A la noche siguiente su tía, que había estado cuidando de ella y su hermano, cuando la niña iba a la cama oyó la muñeca china decir "muñeca china, muñeca china va a matar a tu tía" otra vez ella pensó que era su imaginación, pero al día siguiente la carne de su tia fue destrozada y al igual que sus huesos. A la noche siguiente de la China Muñeca dijo que "muñeca china, muñeca china va a matar a tu hermano ", pero ella estaba muy cansada como para prestar atención y al día siguiente la cabeza de su hermano fue cortada. Esa noche oyó a la muñeca china decir "muñeca china muñeca china ha matado a toda su familia y ahora muñeca china, ¡te va a matar!" y la muñeca china apuñaló en el corazón de la niña
Ahora la muñeca china está maldita y lo que pasó con la pobre Marisa y su familia va a pasar con quienes sean dueños de la muñeca china.

Y finalmente llegamos a Japón :D

Jikininki

Musõ Kokushi, un sacerdote, que pertenecía al zen, un movimiento sectario dentro de la religión budista. Este monje viajaba solo por la región de Mino, una provincia montañosa donde no había nadie que lo guiara. Buscando refugio para pasar la noche, encontró, en lo alto de una colina, una pequeña ermita. Al acercarse se dió cuenta de que estaba habitada por un monje anciano, a quien rogó cobijo durante la noche. El anciano lo rechazó y le indico la dirección de una aldea en un valle próximo en donde encontraría refugio.

Una vez el monje llegó a la aldea, fue recibido por el jefe del poblado, quien lo acogió amablemente. Se fijó antes de ser conducido a su pequeña habitación, que unos 40 hombres descansaban en el aposento principal. Poco antes de medianoche, un joven entra al cuarto de Musõ, le hace una reverencia y le comenta que su padre ha muerto, y que las personas que estaban en la sala principal son los vecinos que estaban velando el cuerpo.

Le habló que tanto su familia como los vecinos partirían en poco tiempo a la aldea vecina, pues después de hacer las ofrendas pertinentes, sus costumbres les obligan a dejar los cadáveres solos. En la casa donde queda el cadáver suelen suceder cosas extrañas… Aconseja a Musõ ir también a la aldea vecina, en donde encontraría buen alojamiento.

Musõ lamentó la muerte del padre del joven y sintió que no se le fuera informado antes, pues habría administrado el servicio al difunto antes de que todos partieran. Decidió velar toda la noche al difunto y suministrarle el servicio adecuado.

El sacerdote, una vez solo y después de realizar los rituales y plegarias correspondientes al cadáver, lo veló durante la noche. No había rastro de ningún peligro ni ruido extraño en toda la noche. De pronto una extraña figura de gran tamaño entró sigilosamente y, en ese mismo instante, Musõ se vio privado del habla y del movimiento. La figura comenzó a devorar el cadáver rápidamente, además de sus ofrendas, para luego marcharse.

A la mañana siguiente el sacerdote esperó a los aldeanos delante de su casa. Al entrar los aldeanos no mostraron sorpresa al no encontrar el cadáver, pues no era la primera vez que sucedía. Musõ contó lo que había visto, pero a nadie le sorprendió, pues coincidía con las historias que ya conocían. Entonces Musõ preguntó:

-¿El monje de la colina no suele realizar los servicios fúnebres para vuestros muertos?

Los aldeanos se sorprendieron y respondieron a Musõ que no existía ningún monje, y mucho menos una ermita, pues hacía muchas generaciones que ningún monje reside en esta comarca. Musõ no respondió y quedó en silencio. Se despidió de los aldeanos y se dirigió a la colina en donde había visto al monje. En cuanto Musõ encontró el sitio, el anciano lo invitó a entrar a la ermita.

El anciano comenzó a disculparse con Musõ, quien le dijo que no hacía falta disculparse por no haberle dado cobijo. El anciano respondió que la avergonzaba que lo hubiera visto en su verdadera forma, pues fue él quien devoró el cadáver y las ofrendas aquella noche. Le contó cómo se convirtió en un jikininki, pues no realizaba los rituales por los que se le pagaba como monje, porque solo le interesaba el dinero. Le pidió a Musõ que realizara un sacrificio Ségaki, una ofrenda especial budista celebrada en honor a los espíritus hambrientos; con el objetivo de liberarlo de su espantoso castigo.

Cuando el anciano hizo esta solicitud, él y la ermita desaparecieron, dejando a Musõ de rodillas en un pastizal delante de una antigua tumba, propiedad de un fallecido sacerdote.

***

Y bueno, ya está reto completado :D admito que estas no son las historias más terroríficas pero a mi me gustan mucho :3

Y dicho esto nomino a.....

Goldmer
LenitaShiller
idoiavd

Y pues dicho esto, bye bye mis almas atormentadas :3

Sakura Aino