Mi Reina

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Entró a la casa, todo estaba tranquilo así es como quería que siempre se mantuviera. Elevó aún más fuertes las barreras de su cerebro. Nadie debía conocer lo que había sucedido.
-Todo bien?- la voz de Esme la sacó de su mundo.
-...si- contestó los más normal posible aunque sabía que no lo hacía.
-Gissell...sé que escondes algo...- el corazón de la chica se aceleró lo suficiente para que Esme supiera que tenía razón.- y no incumbe a tu padre ni a Aro, verdad?  
-Te equivocas.- le dijo seria.
- Igual le diré a Carlisle.- ...
-Vale.
La joven subió a su habitación, debía irse lo más rápido posible. Dejó sobre la cama su móvil, las llaves y el collar de los Volturis que Aro le había regalado siglos atrás.
Abrió la puerta del balcón, salió y la cerró con el mayor cuidado. Respiró ondo, como captando por última vez ese aire puro.
-Lena...Vamos
...
Un desesperado padre llegó a aquella habitación.
-Se fue...!!!!!- miró a Aro buscando un poco de ayuda.
-Maldita niña.
-Arthur se la llevó?
-No...- tomó el collar que descansaba sobre las sábanas y lo observó- ella se entregó.
...
Cada pared plasmaba su terror, cada sonido en aquel silencio espectral la hacian recordar todo. Sabía que iba a ser peor, solo de pensarlo sus cicatrices ardían.
-Pensaba verte aquí mañana. No en una  hora.
-Esme sospechaba que pasaba algo. Preferí no demorarme.
-Es como tu madre - aquello capto toda la atención de la chica- te conoce muy bien.
La joven solo lo miraba, sus ancias de matarlo crecían de a poco. Quería empezar a herirla psicológicamente. Algo que Gissell estaba muy adaptada.
-Estás consiente de lo que hiciste?
-A que te refieres?
-A que abandonaste a tu familia. Los dejaste sin poder alguno que los proteja. Acaso no te preocupa?
-Me diste tu palabra de no dañarlos, supongo que no debo preocuparme.
-Así es...-se quedó serio por un momento y la miró- En verdad estas dispuesta a sufrir por Aro?
-Cuando dije mi familia, los Volturis están incluidos también. Haría lo que fuera por Aro, él es la primera razón por la que estoy aquí.
-Vaya... Así que el Rey logró que lo amaran. Y...él te ama??
-Eso me dice.-  la joven se río - solo él sabe lo que siente es su hueco corazón.
De pronto la silla donde Arthur estaba sentado desapareció con él.
-Dónde?? Dónde??- el corazón de la chica se aceleró.
Miró su alrededor. La oscuridad había envuelto completamente el lugar.
-Maldito- pensó- solo me estaba distrayendo.
Como por arte de magia apareció Aro delante de ella...
-Aro?
-Está jugando con tu mente. Concentraté!!
-Pero Lena...
-Es tu imaginación.
Una ráfaga de fuego salió de su cuerpo, llevándose a Aro.
-Vale...- respiró profundo- Arthur! No tengo tiempo para esto que quieres por fin?
-No sabia que leías mentes!- Apareció detrás de ella besando su cuello.
-Alejate!!- se viró encarándolo.
-Tengo un pequeño antojo desde hace un par de semanas. Consiste en quemar un pueblo en las afueras de la cuidad. Y tú, vas a acompañarme.
-Cuánta gente vive allí?
-Ese no es mi problema, solo quiero enseñarle a un viejo amigo como son las cosas ahora que volví.
-Vale. A pesar de que tu idea me aborrece no me queda de otra.
-Lo sabes, pero...no eres una santa. Quemar familias no es tu hobby favorito pero se te da muy bien.
-Cállate.- le dijo en seco.
-No te enojes, mocosa. Solo digo la verdad.
Su risa llenó aquella oscura habitación.
La chica apareció como por arte de magia en una habitación. Agradeció que tuviera una cama y un baño. Y no que fuera una antigua celda de tortura.
-No quiero matar gente.
-Te jodes.- Lena le contestó saliendo de su cuerpo y sentándose en el suelo en frente de Gissell.
-No me queda de otra, si no lo obedesco me matará o peor aún, irá por los demás.
-Si lo sabes, no te quejes. Eligiste el suicidio, ahora te aguantas.
-Que mal humor!!
-En verdad no. Estoy ansiosa por ir a ese pueblo, quiero divertirme.
-Y si vas tú, y yo me quedo aquí???
-Miedosa. Me a vergüenzas
-Me da igual.
Lena suspiró dejando un hilo de humo en la habitación. Entró en su huésped sabiendo que la noche entera sería una tortura.
Gissell lloró, demasiado, hasta quedar completamente dormida.
Por la mañana despertar en aquel lugar fue como disparo. Solo le venían recuerdos malos, la atacaban cada vez más y apenas llevaba unas horas allí.
-Pensé que no ibas a parar de llorar anoche.
-Vete.- le contestó viendo como aquella sombra en una esquina tomaba la forma de Arthur.
-Vamos Gissell, debes recocer que aún no me he comportado tan malvado como suelo ser. No me trates así.
-Acaso esperas que te de un abrazo de buenos días o un saludo generoso? Llevarme bien contigo no está en mis planes.
-Planes? De cuando acá alguien con los días contados hace planes. Me sorprendes mocosa.
-Acaba de matarme de una vez. Esta espera me sofoca.
-Lo sé, por eso lo hago. Antes de matarte voy a disfrutar todo lo que me puedas proporcionar. Y según lo que leí en la mente de Aro... es mucho.
-Asqueroso!!! Primero me suicido.
-Ya veremos. Ah...a las nueve iremos a quemar el pueblo. Por si pensabas dormir.
La joven lo miró con desprecio.
-Esta vez si te va a violar.- le comentó Lena.
-Quémame.- la miró
-es una orden?
-No, una suplica.
-Viniendo de ti me extraña...
A las nueve Gissell respiro el aire de un bosque cercano a aquel pueblo. Era húmedo y parecía que le hablaba.
-En verdad me habla a mi.- Lena dentro de su cabeza le aclaró.
-Vale...Comprendo.
-Sabe a lo que vinimos.... Dice que nos matará si quemamos algo.
-Vaya... Al menos se va a deshacer de Arthur, no?
-...Supongo.
Arthur se puso al lado de la chica. La miró con la malicia que lo hacía siempre.
-Sucede algo?-Le preguntó habiendo ya intentado invadir en la mente de la chica sin resultado alguno.
-No.
-Empienza ya.
-Debo concentrarme. Dame solo un minuto.
Tiempo, necesitaba tiempo más que nada.
-Lena!!!! Que hago???.- pensó dejando su vista perdida en el pueblo.
-Quémalo, yo me encargo del viento si hace algo.
-Estás segura??
-Si, quiero divertirme.
Gissell subió hasta la copa de un árbol, desde allí se contemplaba el pueblo entero, no eran más 30 casas.
La palabra "familia" la torturaba cada vez más.
Respiró profundo, preparándose para acabar con cientos de personas.
De pronto fue arrojada contra el techo de una pequeña tienda por una gran ventolera.
-Parece que tenemos un problema.- oyó la voz de Arthur desde un techo.
-Es un espíritu. No podemos luchar contra él.
-Claro que si.- Arthur estaba demente.
-Nos matará, estas loco. Vámonos.
Ambos se adentraron en el bosque. Alejándose del pueblo.
El espíritu los esperaba, había tomado una forma "humana" sin embargo no tenía ningún huésped.
-Vayanse de aquí. O me veré obligado a desintegrarlos.
-Nos vamos, nos vamos.
-Quedate quieta mocosa.
-Acaso piensas desafiarme??
-En verdad si. Con el único espíritu que he luchado  es el que la niña lleva dentro y es bastante débil.
-Débil?- le dijo Lena saliendo del cuerpo de la chica.
-Que decepción para tu padre. Que vampiro de cuarta te diga eso.
-Vampiro de cuarta? Soy el primer vampiro existente en esta tierra, y mucho más poderosos de lo que tú eres, te lo aseguro.
-Arthur cállate.- Gissell le susurró.
Como si fuera poco el padre de Lena iba hacia ellos. Gissell no pudo evitar sentirse ahogada. Estaba a una distancia prudencial de la humana sin embargo el calor le llegaba con creces.
-Humana vete de aquí. - le dijo sabiendo que la afectaba.
-Estoy...bien- dijo respirando con dificultad.
-Ella no se va.
Gissell y Lena se miraron, acaso esta seria la oportunidad de deshacerse de Arthur?
-Lena porque ibas a quemar el pueblo?.
-Es una historia un poco larga, papá.
-Tu hijita cumplía las ordenes que yo le di a Gissell y por lo tanto a ella.
-Que?
-Callate imbécil- El enojo de Lena era evidente
- Tu hija obedece fielmente a esta humana.
El padre de Lena miró a Gissell, sus ojos brillaban de un rojo intenso.
-Lo sabía- se escuchó aquel susurro salir de la boca de un decepcionado padre.
-Eso no es así - Gissell intervino- somos un equipo, nadie le da ordenes a nadie.
Clark, el padre de Lena, la miró con aún más desprecio de lo que normalmente lo hacía.
-Acaso me ves cara de estúpido?
-No- le contestó envuelta en miedo.
-Ah por cierto- Arthur se hizo sentir- Ese pueblo lo voy a quemar ahora.
-Claro que no- le dijo el espíritu del viento aún más enojado que hace un rato.
-Me lo vas impedir? Tú?
-Vete de aquí vampiro, y llévate a la humana. No la quiero volver a ver cerca de mi hija.
Gissell y Lena se observaron, eso no podía estar pasando, era más que evidente que Gissell dependía de Lena y ahora más.
-Olvidalo fueguito. Necesito de tu hija para quemar ese pueblo.
-Que parte de que no te iba a permitir hacerlo no entendiste. No vas a matar ningún humano. Quien eres tu para decidir su sentencia?
Arthur sonrió, de su cuerpo unas sombras comenzaron a elevarse cubriéndolo.
-Ven, vamos a averiguarlo.
Lena sostuvo la mano de su padre que iba a enfrentarse a Arthur.
-Yo no soy débil- se safó de su agarré- como tú.
Lena no podía evitar preocuparse, sabía lo rápidas y venenosas que eran las sombras de Arthur mas su padre era inmortal, no debía temer.
Gissell trató de alejarse pero sin éxito. Arthur utilizó una extensión de las sombras en forma de tentáculo para envolver a Gissell por el cuello. La arrastró hasta ponerla cerca de él. La joven trataba a duras penas de safarse de su agarre. Le estaba haciendo daño y ahora le lastima más debido a que Lena no estaba dentro de su cuerpo.
Lena pretendía ir a ayudarla, cuando su padre ni siquiera le dejó dar un paso.
- Ni se te ocurra. Ahora no me interesa si la mata.
-Papá!- Lena insistió, fue fulminada por una mirada llena de desaprobación.
-Fueguito me dijiste que no me ibas a dejar matar a ningún humano. Ella lo es, no piesas salvarla.
-Técnicamente no lo es.
-Ah no? Entonces porque pasa esto.
Hizo que el mismo tentáculo atravesará a Gissell por la espalda. La sangre comenzó a esparcirse rápidamente por todo el suelo del bosque. Gissell se vio obligada a arrodillarse por el dolor que sentía.
-Má...talo- Balbuceó malamente por culpa de la sangre que se le acumulaba en la garganta, observando al padre de Lena directamente a los ojos- por...fa...vor
En ese momento Clark recordó, que este Arthur era por el cual Aro había ofrecido su vida.
-Gissell- Lena no pudo evitar alarmarse- tu sangre!
Se volvía poco a poco más oscura. Ya estaba casi negra cuando el padre de Lena le lanzó una ráfaga de fuego contra Arthur. Este la esquivó.
Lena se acercó rápidamente hasta donde estaba Gissell mientras su padre y el viento luchaban contra Arthur. Quería ayudarla mas sabía que si la tocaba terminaría quemándola.
-No puedo entrar, lo siento.
-Lo se, no qui...ero que tu pa...dre se enfade más contigo- escupió sangre- Ayúdalo, hay que aca...bar con Arthur.
-No me importa lo que él diga. No voy a dejar que mueras aquí y menos pudiendo evitarlo.
-Lena- Gissell sonrió aliviada.
Lena entró en el cuerpo de Gissell. La joven logró levantarse.
-Me encargaré de cerrar la herida, no uses mucho poder por ahora.
-Vale.
Gissell observó como habían logrado acorralar a Arthur. Lanzó varios ataque cargados de fuego hacia él.
El padre de Lena la miró de reojo.
Arthur logró romper la barrera de fuego que Clark había hecho. Sus sombras se extendieron para acabarlos.
-Lena olvida la herida. Voy activar el último, no pienso perder esta oportunidad.
-No!- para cuando Lena pensaba impedirlo, ya Gissell había puesto la mano en su estómago y girado el sello.
-De que te mato, te mato- dijo mirando a Arthur.
El cuerpo de Gissell se rodeó por llamas azules. Corrió aún más rápido de lo que era capaz. Alcanzó a Arthur y lo tomó por el cuello.
-De donde saliste,mocosa?
-Del infierno.
Su cuerpo se prendió en llamas junto con el de Arthur. Este la volvió a atravesar con los tentáculos pero la ira que consumía a la joven ahora era mucho mayor. Pisó con un pie el suelo y justo debajo de su pesadilla salió una ráfaga de fuego ascendente.
Le hacía daño sin embargo no lo acababa de desintegrar.
-Muere, muere, muere!!! - Gissell estaba usando todo su poder tal como se lo había dicho a Aro.
-Gissell aún así, no pasa nada!!!!- le gritó Lena en su interior.- Papá!!!
Gissell observó al padre de Lena pidiéndole ayuda con la mirada. Este rodó los ojos y luego sonrió.
Un chasquido se oyó salir de los dedos del Dios del fuego.
Aquella columna de fuego que tenía en su interior a Arthur, se encendió aún más. Trató desconcertadamente de escapar pero Gissell no se lo permitió, apretó más su cuello.
En apenas segundos, el cuerpo completo de Arthur se volvió cenizas delante de los ojos de la joven.
-Se terminó- Dijo la chica mientras el fuego a su alrededor se desvanecía.- Ya todo se terminó.
-Eso quisieras...- Clark seguía muy enfadado.- Lena!!, ven ahora.
Lena salió del cuerpo de Gissell nada más oír su nombre, la joven la miró arrodillada en el suelo debido a lo rápido que había salido.
-No vuelvas a buscar a mi hija. Nunca más y si osas hacerlo otra vez la que se convertirá en cenizas vas a ser tú o mejor...Aro. Quedó claro???
-Por supuesto.
-Vámonos.
-Adiós- fue lo único que escuchó de Lena.
-Adiós.
...
Gissell se quedó en el suelo recostada a un árbol. Ni siquiera sabía dónde estaba. Ni cuál era ese bosque, ni ese pueblo.
Miró su pulover, tenía cinco agujeros hechos por los tentáculos de Arthur. La sangre había sido devuelta a su cuerpo por Lena.
- Debería estar muerta.- se dijo recordando que abrió el último sello a sabiendas que su cuerpo no lo soportaría.
-Ni móvil, ni carro. No tengo nada para volver a casa.
Se levantó, tomó aire y se dirigió al pueblo.
...
Ya una vez allí, habían algunas personas abriendo sus negocios a esa hora de la madrugada.
Gissell las observó, trataba de leer sus mentes...hasta que recordó que Lena se había ido.
-Maldición, a actuar como un humano normal.- pensó mientras caminaba hacia el señor que estaba entrando a una tienda.
-Disculpe.- llamó su atención- me puede decir en donde estoy exactamente.
El señor de no menos de 40 años la miró detalladamente, se había quedado embelasado con la belleza de la joven.
-Etto...
-Si?... Estás en mi...tienda- dijo algo nervioso.
-Eso ya lo se, necesito saber...como llegar Forks.
-Vaya...-se sorprendió-allí es donde vives?-la chica asintió- queda muy lejos de aquí. Cómo llegaste a este pueblucho?
-Me perdí...en un...campamento escolar. Si eso- mentía fatal pero al menos hacía el intento y el señor parecía creerle.
-Y tus cosas?
-No lo sé, desperté de pronto cerca del pueblo.
-Puedo alojarte en mi casa si lo deseas.
Para Gissell esa petición dejaba más que abierta las posibilidades de que fuera violada.
-No. Necesito saber como llegar a mi casa desde aquí.- exigió- Tiene un teléfono.
-Pues...sí.- le dijo dándoselo.
La joven marcó el número de Aro.
-Si?- se alegraba tanto de oírlo, que no pudo evitar derramar unas lágrimas. Él estaba bien, estaba vivo.-Quién es?
-Soy yo.
-...Mi amor...dónde estás?
-En un pueblo...pero no se exactamente.
-Y Arthur? Estás bien?
-Muerto. Al fin. Estoy bien luego de oírte. Necesito que vengas a buscarme.
-Por supuesto que iré. Cómo llego?
La joven observó al señor que le traía un mapa de la zona.
-Bueno...tengo un mapa del lugar pero no...no entiendo nada.
-Olvídalo, yo rastreo la llamada. Mantente cerca del celular. Te amo.
-Yo más. Ya debo colgar.
-Vale. Un beso, espérame.
Gissell colgó, no pudo evitar volver a llorar. Al fin oía su voz. Necesitaba a su maestro más que a nada.
-Todo...bien?
-Si, gracias.- se limpió las lágrimas- Si pudiera quedarme aquí hasta que me vengan a buscar se lo agradecería.
-Haz lo que desees.- le sonría cual adolescente ve entrando a la guapa de la clase.
Gissell se sentó afuera de la tienda. Sus ojos celestes contemplaron poco a poco como amanecía. Sintió un dolor en la parte anterior del antebrazo. Cuando lo observó tenía una leve quemadura.
-Qué es esto? - se quedó analizándola.
Se levantó para buscar un baño. Cuando entró en él, cerró la puerta con llave.
Examinó de nuevo su brazo y la quemadura había tomado....forma?
Gissell tardó algunos minutos en reconocerla.
-El sello- se dijo.
La observó un rato más y parecía volverse una cicatriz... Ya no era una quemadura sino una marca. Su cuerpo seguía igual de maldito. Ella definitivamente no era humana.
-Qué me está pasando?- se echó agua en la marca y esta al instante se evaporó.
Los ojos de la chica se volvieron platos al ver semejante escena.
-Todo bien?- oyó desde afuera la voz del señor.
-Sí.
Salió algo desconcertada, usó unas vendas del botiquín del baño para taparse la cicatriz por suerte no se quemó.
-Oye quieres ganarte algo de dinero?
-No, soy millonaria.
El señor la miró sorprendido.
-Lo decía...para que atendieras la tienda. Pero...veo que...
-Bueno no tengo nada que hacer. Te ayudo entonces, pero gratis.
-Perfecto.
La chica se puso detrás del mostrador, y el señor pudo ver las vendas.
-Qué te sucedió ahi!? Cuando llegaste no lo tenías.
...inventa algo...inventa algo...inventa algo..
-Soy...emo... Y aveces me corto.
-Vaya...no sabía. Mi hijo también lo es. Está el día entero escuchando rock. Y con sus cosas. Es un buen chico, pero no he visto que se corte.
-No todos lo...hacen.- salvada!!!
-Vale.
Le explicó levemente donde estaban lo precios de cada cosa.etc, etc.
...
-Vas a venir conmigo a buscar a tu hija sí o no???- le gritó Aro.
-Sí!!! - le fue devuelto el grito por Carlisle.
-Está en el quinto mundo. - ambos entraron en el carro.- por lo menos ocho horas a coche.
-Te dijo que Arthur estaba muerto entonces.
-Sí, pero su voz sonaba débil, muy débil y no era porque había llorado.
-Qué habrá pasado con Arthur?
-Ni idea. Sea lo que sea parece que está hecho cenizas.
-Me preocupa mucho Gissell. Salió de la casa sin decir nada y a los días llama que está en un pueblo a kilómetros de aquí. Y Arthur muerto. Habrá sacrificado algo para matarlo?
- No lo sé, al menos tú y yo seguimos vivos. No sé que otra cosa pudiera ser...
...
La mañana pasaba rápidamente. Gissell se entretuvo atendiendo a los clientes que para su asombro no eran pocos. A los hombres los dejaba bastante bobos, mientras que en las mujeres provocaba cotilleos de todo tipo.
-Me has dado mucha suerte hoy
-Porqué lo dice?
-Las ventas aumentaron considerablemente sobre todo la masculina.
La joven río ante los comentarios del dueño de la tienda.
-Hola...
-Hola.- se limitó a contestarle a un joven vestido completamente de negro que había entrado en ese momento.
-Eres nueva en el pueblo?
-No, estoy de paso.
-Qué pena! Y qué te trae por aquí?
-Me perdí, solo eso.
El chico cogió un pomo de agua de la nevera y fue tomándoselo hasta que llegó al mostrador otra vez.
-Quieres?- le brindó
-No- la joven sintió su nueva cicatriz arder.
-qué me esta pasando??? Solo me brindó un poco de agua! Ni que fuera bendita.- pensó desconcertada.
-Debes pagarla- le dijo con la vista perdida en su brazo, que trataba de mantener lejos de la mirada del joven.
-No, tranquila. Mi padre es el dueño.
-Ah ya! Oye me prestas tu celular un momento debo hacer una llamada.
-Claro, toma.
Volvió a marcar el número de Aro.
-Sí?
-Donde estás?
-yendo por ti. En verdad estás lejos.
-Cómo están los demás?
-Bien, tu padre está aquí, por si quieres...
-Pónmelo.
-Hola querida.
-Papá!!! Qué alegría escucharte.
-Igual mi niña, estás bien?
-Algo así. El padre de Lena me prohibió verla. No sé como estoy sobreviviendo.
-Vaya...y tu cuerpo...?
-Tengo una marca del último sello en mi brazo y cada vez que estoy cerca del agua me duele- comentó eso aún más bajo de lo que ya estaba hablando.
-Abriste el último sello???- Carlisle se oía muy estresado.
-Sí, estoy bien, excepto por eso.
-Estás demente, te dijimos que no lo hicieras.
-No tenia remedio....- sintió la llamada caerse- Papá?...Demonios.
Colgó y le devolvió el móvil al chico...
Ya era casi mediodía y se estaba desesperando. El señor le brindó algo de comida y la acepto enseguida.
-Le gustaste mucho a mi hijo! - le comentó mientras veía a la joven comer- qué pena, que te vengan a buscar tan pronto!
Pronto... Pronto? Llevaba muchas horas encerrada en esa tienda por órdenes de Aro.
-Y tú tienes pareja? No quiero que él se ilusione tú teniado alguien al lado.
-Bueno...
Recordó que su "novio" había sido asesinado por Aro y que este aunque pasará todo lo que pasará nunca dejaría de ser solo su maestro. Pareja... Acaso podría llamarle a Aro así. No, él se lo dejó bien claro, el rey de los no muertos no puede estar con una humana. Su corazón quería estallar en mil pedazos. Aunque él le dijera que la amaba, nunca la aceptaría.
-Yo...- "ya sabes lo que pasará a tu próximo noviesito" esas palabras del vampiro fueron recordadas al instante.- tengo a alguien. No es formal pero existe en mi vida.- no podía poner en riesgo la vida del joven.
-Ya veo...debe ser muy afortunado.
-Vámonos. - no lo vio entrar pero aquella orden fue suficiente como para darse cuenta que nunca la aceptaría.
-Fue un placer, gracias por todo. Despídame de su hijo.
Aro observó al hombre que permanecía enfrente de él. Lo miraba desde lo alto con aquel aire lleno de soberbia. Permitió a Gissell salir primero de la tienda. Le abrió la puerta de atrás del carro para que entrara.
Una cálida sonrisa de Carlisle recibió a su hija. Aro se montó y arrancó el carro.
- A qué se refería ese tipo con qué: debe ser muy afortunado.
-Mi pareja.- se limitó a contestarle.
Aro se quedó dubitativo, acaso la joven estaba jugando con él, deseaba que se enfadara? Se estaría refiriendo a él?
-Ya tienes?- le respondió muy frío.
-No, solo mentí.
Carlisle los observó como se hacían daño mutuamente. Le parecía innecesario, sabía que Aro deseaba estar al lado de su hija pero le frenaba que ella fuera humana. Y Gissell no soportaba la idea de vivir con las costumbres asesinas de Aro.
-Te dije que no abrieras el último sello y lo hiciste.- la regañó su maestro
-Da igual lo que me digas ahora. No tuve opción.
-Me desobedesiste como de costumbre.
-Hay un tema que me...urge hablar contigo.
-Qué pasó ahora?
-Lena se ha ido, para siempre. Su padre me tiene amenazada que si la busco te mata. Pero...se supone que vuelvo a ser humana. Sin Lena, simplemente soy una humana que conoce la existencia de los vampiros.
-Y eso qué tiene? Igual lo eras antes de Lena meterse en tu cuerpo.
-Qué me ibas a matar hasta que Lena me salvó.
Aro comprendió para su desgracia. No la iba a matar, acaso estaba loca. Si llevaba unos días sin ella y se estaba volviendo insoportable existir. La amaba, y lo sabía, no soportaría perderla.
- No te voy a matar mocosa.
-Estas incumpliendo con una ley que tú mismo pusiste.- lo estaba probando.
- Gissell cállate de una vez.- su padre le dijo alterado- acaso quieres morir? Porque la insistencia?
-Carlisle cálmate! Ella tiene razón. Pero soy el rey y puedo hacer lo que me de la gana. Sobre todo contigo que eres mi aprendiz.
-Es bueno oír eso.
-Quieres que te convierta? - le propuso Aro observándola por el retrovisor.
-Tal vez- le respondió seria.
-Sería lo mejor- dijo Carlisle.
-Porqué lo dices?
-Si no tienes a Lena, cómo pretendes seguir inmortal?
-Buen punto- sonrió Aro.
-Creo que no tengo más remedio.
-Gissell, con Arthur...como pasó todo.
-Bueno el padre de Lena fue quien verdaderamente acabó con él, apareció el espíritu del viento, logró retener gran cantidad del poder de Arthur. Abrí el sello. Arthur terminó en cenizas.
-Amor, después cuéntamenlo por orden y todo detallado.
-valeee.
-Qué tal si te recuestas un rato, debes estar cansada.
-Pues si papá, agotada a más no poder.
Gissell procuró dormir las próximas horas del viaje. Ya una vez en la casa el sol había bajado completamente.
Aro despertó a la joven.
-Cariño...vamos.
Salieron del auto. Luego de charlar y contar todo lo que sucedió a su familia. Se dio un baño muy largo. Se cambió de ropa, al fin se deshacía de aquella huella de Arthur.
La marca en su brazo parecía desaparecer poco a poco. Un alivio para la joven.
-Vienes?- sintió la voz de su vampiro en el balcón de su habitación.
-Si.- caminó esta allí. Él la abrazó por detrás, se detuvo a aspirar el delicioso olor de su amada.
-Quiero confesarte algo...
-Dime- la joven se volteó para mirarlo a los ojos.
-Estoy completamente divorciado- la joven rió levemente.
-Eres libre entonces?
-No, nunca lo he sido. Estoy atado a ti.
-Pero...no somos pareja.
-Eso es solo una etiqueta, como novios o mejores amigos. Lo que siento por ti no es normal.
-Y te das cuenta ahora.- sonrió tiernamente.
-Me afectó lo que me dijiste en el carro.
-El qué?- le dijo tratando de recordar específicamente a que se refería el vampiro.
-Lo que le dijiste a ese tipo de tu pareja.
-Yo solo le dije que había alguien en mi vida, pero que no era una relación formal. Estoy en lo correcto o no?
-No, no lo estás! Tú eres mi mujer. Y soy muy afortunado de estar a tu lado. Qué quieres que haga oficial nuestro casamiento . Pues lo hago. Nadie te va a separar de mi lado.
La joven estaba boquiabierta. Aro estaba haciendo una confesión y de las grandes. Pero la joven temía otra vez. Y si era mentira y solo quería reírse en su cara?
-Aro...deja de hablar estupideces, no me voy a casar contigo.
-Qué? Porqué no? Estoy tratando de ser el príncipe azul que tanto deseas y me rechazas. Quiero que estés a mi lado para siempre. Por favor.- colocó sus manos en la nuca de la joven. Logró leer más de lo que debía- No es mentira. Solo he sido feliz a tu lado...lo sabes.
-Eres la persona más cruel del mundo.
-No, no, no. Estoy dispuesto a cambiar por ti. En verdad. Quiero hacer las cosas bien. Estoy arto de que me veas así. Podemos irnos lejos, comprar una casa en cualquier otro país y vivir solos tú y yo... Si quieres...acepto lo de...tener...un hijo.
-Sé que eso no te haría feliz, y sería muy egoísta de mi parte. Qué más quisiera yo que estar contigo para siempre. Que nada nos incomode, formar una familia. Pero tu no eres asi. No quiero cambiarte. Solo...quiero que me ames.
-Y lo voy a hacer, lo que sea pero quedate a mi lado. Y siempre he querido tener un hijo tuyo solo que no te lo...decía para que no te antojaras. Vamos a formar una familia.
-Maldito- murmuró- Porqué? Porqué me estás diciendo todo esto ahora??
-Recuerdas cuando te dije: que odiaba como deseaba ser contigo y la impotencia de no poder. Estoy arto, nunca había sentido esta necesidad de...amar. Tú has logrado que yo desee ser feliz, eso nunca me había importado.
-Lo del casamiento es enserio? - dijo levantando las cejas.
-Claro, si no quieres, supongo que te insistiré un poco más luego.
Ella lo abrazó muy fuerte, lo amaba y deseaba ser feliz a su lado.
-Te amo- la joven le dijo entre sollozos
-Y yo a ti, querida.
El vampiro aprovechó el abrazo para poner su veneno en la sangre de la chica.
Ella apenas se quejó estaba adaptada a las mordidas de él. Solo que esta la dejó en un letargo.
- Mi hermosa aprendiz, para cuando despiertes ya te habrás convertido en mi reina.

-Fin-

Ok...💔 Este es el final del fanfic....no sé si les gustó??? 😣🔫
si quieren que lo continúe o algo, digánmelo porfis 😳
Gracias a los que han estado pendiente de la historia, nunca pensé que gustara 😕
Si quieren puedo comenzar a subir la historia de como Aro y Gissell se conocieron...👍😒 Ustedes digánmelo y lo haré.
Siento si alguien se sintió ofendido por algo y las faltas de ortografía🙇🔫
.
.
.
-cruel-
Gracias por su tiempo.

MaestroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora