La posibilidad de una tercera estrella sobre el escudo de la camiseta. La pasión generalizada en todos lados. La final estaba cerca. Algún auto incendiado o vidrio roto aparecía por ahí, por ende, un par caían en cana hasta que se calmara todo.
¿Como podría estar relacionado el hecho de ganar con incendiar propiedad ajena?
Cada vez que le preguntábamos por qué lo había hecho, no sabía qué responder. Decía estupideces del tipo: "A mí me gusta incendiar autos, no me jodan". La verdad, nadie entendía por qué Martin incendiaba un auto cada vez que ganábamos un partido. "¡Es un sacrificio a los dioses! ¡Las cosas se prenden fuego cuando estoy cerca!", decía al final. Definitivamente estaba loco.
Jorge, el director del penal, consiguió un proyector para ver el último partido. Todos estábamos muy expectantes. Martin estaba esposado a una ventana y vigilado por dos grandotes.
Argentina jugó y por supuesto, Argentina ganó. Martin seguía esposado, el penal era pura euforia de punta a punta.
Martin empezó a cantar a los gritos "¡Libertad, libertad, libertad!"
Todos se fueron callando de a poco.
"¡Oid el ruido de rotas cadenas!"
Entonces sonó la alarma de incendios. El ala B estaba en llamas. Todas las puertas se abrieron automáticamente.
– Martin – alcance a decirle en medio del desastre – ¿Cómo lo hiciste?
– Ojalá pudiera explicarlo. – respondió calmado – Vos aprovechá, escapate, salí a festejar a la calle con la hinchada de tu país, como corresponde. me metí a propósito acá, para que todos ustedes tengan la oportunidad de salir a gritar el golazo.
Cuestión, ya estoy en cana de nuevo, tengo más cargos por fugarme de la prisión, pero no hay sensación como la de festejar libre, junto a miles de argentinos en la 9 de julio hasta la madrugada.

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#CheMundial - Microrrelatos
Short StoryMicrorrelato ganador del primer puesto del segundo desafío del concurso "Puro chamuyo" de @CheArgentina. Tres relatos ambientados durante el mundial Rusia 2018.