Capitulo 1

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Era miércoles por la mañana, el sonido de la lluvia me había despertado, sinceramente amaba este tipo de días, donde sólo se escucha la lluvia, todo el cielo está nublado y las calles se inundan hasta la banqueta, si fuera por mí me quedaría en la cama todo el día pero no me puedo dar el lujo de andar faltando, apenas es la segunda semana de clases y si falto la maestra de matemáticas me bajara puntos.
Empecé a retorcerme y estirarme entre las sabanas para que se me quitara un poco lo adormilada, me senté en la esquina de mi cama y comencé a pensar en cosas súper bobas y absurdas, estuve así un buen rato hasta que mire el reloj que está en mi tocador y era tardísimo.

T/n: ¡DIOS, ES TARDÍSIMO!.

Rápidamente me levante de la cama y fui a cambiarme. No tuve ni siquiera tiempo para desayunar, solo salí corriendo hacia la calle. Había salido tan rápido de mi casa que olvide el paragüas, pero ya no había tiempo para regresarme, así que solo seguí corriendo por la lluvia hasta llegar al instituto. Iba corriendo empapada por los pasillos pero una voz me detuvo.

Camil: T/n, espera ¿A dónde vas tan deprisa?

T/n: ¿Cómo que a dónde? tenemos clase de matemáticas.

Camil: Ay t/n- dijo mientras reía -si serás tonta, acaso no recuerdas que la maestra dijo que hoy no daría la clase.
La mire incrédula y confundida por unos instantes.

Camil: ¡Tenemos la primera clase libre!- exclamó eufórica ya que a Camil no le gustaba la clase de matemáticas y no sólo porque fuera mala en ellas si no porque la maestra no le agradaba en lo absoluto.

T/n: ¡Dios mío, que tonta soy!.

Me lleve las manos a la cara mientras bufaba molesta.

Camil: Ven aquí- se acercó y me abrazó -qué te parece si vamos a la cafetería por unos batidos ¿eh?-.

Asentí con la cabeza y nos dirigimos hacia la cafetería, la verdad siempre he sido muy olvidadiza, si no fuera porque tengo la cabeza pegada ya la hubiera perdido.
Caminamos hacia la cafetería, pasamos por un largo pasillo lleno de casilleros grises y aburridos hasta que llegamos. Pedimos nuestros batidos en la caja.

T/n: ¿Aún te gusta el batido de chocolate?

Camil: Pues claro es el mejor sabor.

T/n:Si claro, pero no tanto como el de moras.

Las dos reímos y nos fuimos caminando hacia el jardín trasero.
Al llegar nos sentamos en una banca debajo de un gran roble, era nuestro lugar favorito de todo el instituto y comenzamos a platicar.
En eso los chicos del equipo de soccer pasaron y se pusieron a entrenar en la cancha que estaba justo frente a nosotras, Camil me estaba contando sus enredos amorosos del verano (como siempre) y yo solo fingía prestarle atención mientras me concentraba en el partido de entrenamiento de los chicos. Me gusta mucho el soccer, de hecho, si pudiera estar en un equipo lo estaría, pero desafortunadamente solo está el equipo de hombres y obviamente no aceptan mujeres, según el entrenador para eso está el equipo de porristas, pero no me inscribiría para nada en él, ya que aparte de que no se dar vueltas de carro ni nada por el estilo soy algo penosa y torpe cuando se trata de actuar en público.

T/n: Auch!- dije cuando sentí la mano de Camil golpear mi nuca.

Camil: ¿Me estás ecuchando?.

T/n: Por supuesto que sí.

Camil: A ver, ¿qué fue lo que dije?

T/n: ...

Camil: ¡Vez! No me estás escuchando, ¡nunca lo haces!- dijo gritando y muy enfadada-.

T/n: Camil, claro que te escucho... Bueno solo cuando hablas de chicos no, pero es que es muy aburrido cuando hablas de eso, aparte ¡cada mes te gusta alguien diferente!.

Camil: ¡Pero esta vez es diferente!- gritó renegando -¡está vez puedo sentir ese clic que se tiene cuando te gusta alguien de verdad!.

Me limité a hablar y solo le rodé los ojos en señal de que estaba cansada de sus enredos amorosos, no es que yo sea mala amiga, es solo que Camil siempre está hablando de chicos y a veces eso llega ser estresante.
Las dos nos quedamos calladas el resto del tiempo que nos quedaba libre. Ni ella, ni yo, dijimos ni una sola palabra, solo observábamos el partido de entrenamiento de los chicos.
Todos jugaban bien, pero había un chico que jugaba genial y me percaté que era Jimin (el chico más popular de todo el instituto) solo rodé los ojos y reí lo más disimuladamente posible pero Camil se percató de mi sonrisa.

Camil:¿De qué te ríes?.

T/n:¿Eh?.

Camil:Mmmm..... ¿Será un chico de la cancha?- dijo entrecerrando los ojos.
No le respondí nada y solo rodé mis ojos.

Sonó la campana y las dos nos dirigimos a nuestras clases, sólo que esta vez yo tenía biología y Camil tenía español. Entre y lo primero que hice fue sentarme en un lugar de los de hasta atrás, tal vez seré una buena alumna pero odio sentarme hasta al frente.
El maestro entró y poco a poco se fue llenando el salón.

Maestro:Buenos días alumnos, por favor habrán su libro en la página de ayer y si no terminaron tiene diez minutos para hacerlo porque lo voy a revisar hoy.
Saqué mi libro y me puse a contestar lo que me había faltado, pero justo antes de que terminara una voz familiar llamó la atención de todos.

Jimin: ¿Puedo pasar?.

Maestro: señor Park, ¿porque llega tan tarde?.

Jimin: Tenía practica y apenas se acabo.

Maestro: Pase rápido y pregúntele a sus compañeros que están haciendo.
La verdad, Jimin será guapo y lo que sea, pero creo que soy de las pocas que no sienten nada por él, normalmente las chicas de la escuela lo siguen a todos lados y tratan de llamar su atención pero ese no es mi caso ya que para mí Park es solo un chico popular más, de hecho, para ser sincera no me cae muy bien. Siempre llega tarde a todos lados para llamar la atención y sólo le importan las chicas y la popularidad, o al menos así es desde mi punto de vista.


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Espero que les guste, este es nuestro primer fic.
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Créditos:
Andrea y Vanechu.
<3

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