Día sin Suerte - PARTE ÚNICA -

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Midorima parece estar teniendo el peor día de su vida, el día de hoy su signo había sido décimo en el ranking de Oha-Asa, y para empeorar la situación no había conseguido el Lucky Item para ese día. ¡¿De dónde se suponía que sacaría un trébol de cuatro hojas siendo que están en pleno otoño?!

Antes de salir de su casa, su hermana le había desarreglado el cabello en "venganza" por haberle sacado una liga el día anterior (Lucky Item de ese día). Esperó a que Takao fuese a buscarlo en el Rickshaw como siempre, olvidando el hecho de que el pelinegro le había comentado que hoy faltaría a la preparatoria ya que no se sentía bien. En el camino a la escuela un auto le había salpicado agua sucia en los pantalones y para peor, estaba por llegar tarde. Maldiciendo su suerte se encaminó a su salón, si no se apresuraba llegaría tarde a sus clases y el profesor de Literatura no lo dejaría entrar.

Al llegar a la entrada, el profesor le cerró la puerta en la cara con una mirada de reproche que gritaba "largo". Cansado por la situación soltó un largo suspiro, éste no iba a ser un buen día.

Fue al gimnasio decidido a practicar sus famosos tiros de tres puntos, fallando la mayoría de ellos.

Midorima estaba harto. Agarró sus auriculares y los conectó a su celular, debía volver a escuchar las predicciones de Oha-Asa, esperaba encontrar algo que aligerase su día. Le puso Play a la grabación encontrándose con que le quedaban los últimos segundos de la grabación sin oír.

"Pero no todo será malo hoy Cáncer, aunque estás antepenúltimo en el ranking diario, tendrás una grata sorpresa de parte de alguien que amas ¡no te desanimes!"

MIDORIMA'S P.O.V

La grabación debe estar mal, no hay alguien a quien ame.

Pero Oha-Asa nunca se equivoca. ¿Es que acaso hay alguien a quien que amo?

La imagen de unos brillantes ojos zafiro hizo su aparición en mi mente, pero eso no sería posible, estamos en época de exámenes y su preparatoria está lejos de la mía; no es que ame a Kuroko ni nada parecido.

Salí de mis pensamientos al oír la campana que indica el inicio del receso ¿Cuánto tiempo había pasado divagando sobre cosas sin sentido nanodayo? Acomodo mis lentes con la mano izquierda y me encamino nuevamente al salón de clases para acomodar mis cosas en el pupitre, me quedo en mi asiento evitando salir. Con la suerte que tengo este día podría llegar a perder las clases siguientes si lo hiciera.

El receso termina y mis ruidosos compañeros ingresan al aula seguidos del profesor de Matemática. Las clases transcurren normalmente, sin sucesos desafortunados entre medio, la campana vuelve a sonar indicando el final de las clases, me tomo mi tiempo en guardar mis útiles y me encamino a la salida, hoy fue un día agotador.

Al salir por las puertas de la preparatoria mis ojos se abren como platos, frente a mí se encuentra un chico de tez clara, ojos zafiros y cabellos celestes con su usual rostro inexpresivo. Siento mi corazón latir rápidamente cuando me dirige la mirada y se acerca a mí.

-Buenas tardes Midorima-kun.-me saluda educadamente haciendo una pequeña reverencia, una de las cosas que me gustan de el.

-Buenas tardes Kuroko.- le respondo el saludo y hago la pregunta que tengo en mente desde que lo vi en la entrada.-¿qué haces aquí nanodayo?

A los ojos de cualquiera pasaría desapercibido, pero ante mis ojos pude ver un pequeño sonrojo formarse en sus mejillas, mientras buscaba algo dentro de su bolso, lo miré curioso, hasta que lo vi sacar un pequeño envoltorio de uno de sus cuadernos.

-Hoy Midorima-kun está casi último y es otoño, así que pensé en traer esto.- dijo mientras extendía el pequeño envoltorio que contenía un muy bien cuidado trébol de cuatro hojas. Si antes estaba asombrado, ahora lo estaba aún más, lo miré incrédulo.

-¿Cómo lo sabes?- pregunté sin saber que más decir.

-Esta mañana desperté mas temprano de lo usual y vi el programa de los horóscopos.-Kuroko me explicaba mientras jugaba con el dobladillo de su campera, parecía nervioso- según eso hoy estoy primero en el ranking de la suerte y la recomendación era que me confesara a la persona que me gusta, así que pensé en traerte el trébol.- terminó pareciendo avergonzado por sus acciones.

Cuando por fin termino de comprender sus palabras, un sonrojo invade mis mejillas y trato de disimularlo acomodando mis lentes. "Kuroko acaba de confesarse, yo le gusto" era lo único que ocupaba mi mente, y sin siquiera pensarlo las palabras "debería invitarte por una malteada de vainilla por haber traído mi Lucky Item Nanodayo" escapa de mis labios y el me sonríe. Toma mi mano y entrelazo nuestros dedos. Parece ser que hoy no es un día tan malo después de todo.


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