ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴜɴᴏ

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Las ojeras en sus rostros eran una de las secuelas de la falta de sueño, y por consiguiente de energía. Namjoon se encontraba dando su pequeño discurso a los miembros, como era de costumbre cada vez que finalizaban un show. El era un gran líder; inteligente, apuesto, caballeroso, perseverante, sin duda un gran modelo a seguir, los motivaba demasiado.

Jimin fijó su mirada en el moreno, analizando cada palabra, en sus manos descansaba un vaso plástico con café negro en su interior que antes había tomado de una de las mesas de backstage, Llevó un poco a sus labios y volvió la mirada a su mayor. Entre tantas palabras que salían de la boca de Namjoon solo una captó su atención, «Vacaciones».
El pelirosa se ensimismó en sus pensamientos. las vacaciones dadas cada tres meses se habían aplazado gracias a nuevas entrevistas que habían llenado su calendario, cuando su mánager les comunicó la noticia se sintió un poco decepcionado, había planeado ir a ver a su dulce madre y probar esas deliciosas galletas de avena que tanto le gustaba que preparase en cada una de sus llegadas, extrañaba mucho verla entusiasmada por saber como le habían quedado las galletas de mora, o ese pastel de naranja y lima. Amaba ver las expresiones entusiastas en el rostro de la señora cuando Jimin le comunicaba lo exquisito que estaban cada una de sus preparaciones y aún así teniendo el visto bueno de su pequeño, prometía mejorar única y exclusivamente para su solecito, como solía llamarlo.

Soltó una suave risa nostálgica, volvió a la realidad, llevó su vista al sillón a su derecha, sentados estaban Seokjin, Hoseok y Jungkook quienes luchaban por mantener sus pupilas expectantes ante la imagen de Namjoon hablando, pero sin embargo estaban a un paso del sueño profundo, Taehyung se encontraba dormido en los brazos de Seokjin, arropado con una linda sabanita de dinosaurios verdes, perteneciente a Jungkook. Esa noche hacía mucho frío, hacían unas cuantas horas que habían finalizado el penúltimo concierto de su gira y ahora solo esperaban que su camioneta negra pasara a recogerlos y los dejara en su apartamento, habían tenido la suerte de contar con que los últimos conciertos se llevaran a cabo en Seúl, por que justo ahora, para Jimin, sería sumamente mortificante pasar la noche de descanso en un hotel como lo habían estado haciendo las fechas pasadas.

-...Bueno chicos, solo nos queda esperar que nos recojan -terminó el moreno.

-¿Donde está Suga hyung? -inquirió Jungkook, tallándose uno de sus ojos con el dorso de su mano y al instante un profundo bostezo salió de su boca.

- Hace como media hora que se levantó para ir al baño -respondió Hoseok, levantándose del sillón. - Voy a ir a lavarme el rostro, tengo algo de dolor de cabeza -informó el pelinegro, caminando hacia uno de los pasillos que iba directo al baño.

Pasaron unos minutos en los que Seokjin masajeaba el cuero cabelludo de Taehyung, evitando que despertara, al mismo tiempo que Jungkook recostaba su cabeza en el hombro del mayor rendido ante el cansancio, Jimin sonrió ante la tierna imagen de sus compañeros.
Su atención fue captada por uno de sus mánager entrando si previo aviso a la habitación, informándole a los siete chicos que era hora de ir a casa. En ese mismo instante YoonGi y Hoseok salían del pasillo, el primero con una toalla de papel en sus manos, secándolas, y el más alto repitiendo la acción en su cara con otro trozo cuadrado de papel.

Seokjin despertó a Taehyung y con rapidez todos tomaron sus pertenencias, caminaron hasta la parte trasera de las instalaciones y abordaron la gran camioneta.

Treinta minutos después se encontraban en la entrada de su departamento, al llegar recibieron los elogios y felicitaciones de su equipo y procedieron a descansar. Cada uno tomó una relajante ducha y una cómoda pijama, y listos para alejarse de las preocupaciones por unas horas se dirigieron a sus cómodas camas en sus habitaciones individuales.

Todos los chicos dormían plácidamente. Excepto uno.

Excepto Jimin.

Con un cuidado innecesario el pequeño abrió la puerta de su habitación asomando su cabeza hacia el exterior, asegurándose de que las luces habían sido apagadas y por consiguiente sus compañeros dormían, se introdujo nuevamente a su cuarto y cerró su puerta con seguro, apagó de inmediato sus luces y pasó sus manos por su ondulado cabello rosa.
Se despojó de la toalla que rodeaba su torso quedando así totalmente desnudo, caminó hasta su grande cama y tomó su computadora portátil de paso.

Desde el inicio de su pubertad ninguno de los miembros gozaba de intimidad, eran tantas las ocupaciones de cada uno, que sentían que esa etapa de su vida se anuló por completo y simplemente fijaron su atención en cosas propias de su nuevo vivir. Jimin en especial, trataba de ignorar la mayoría de sus necesidades, introduciendo en su mente mejores motivos por los cuales gastar tiempo, pero se le hacía tan difícil... Era un joven muy hormonal y casi siempre perdía el control sobre sus pensamientos y acciones, y bueno, para el no era pecado una buena paja de vez en cuando. Con su ideología presente en ese momento cubrió su cuerpo con el suave edredón azul cielo, el contacto de su piel con el algodón le produjo satisfacción, tomó una de sus cuatro almohadas y la ubicó en su pelvis, siendo un soporte para la computadora, sin más, el pequeño Jimin encendió el aparato, ingresando su contraseña. Sonrió ante los caracteres que había escrito: «HyungAgustd»

Había tomado el atrevimiento de utilizar el nombre de YoonGi. Su sonrisa se ensanchó de inmediato ante el pensamiento de la posible reacción de su Hyung favorito si se enterase de tal acto, pero era algo secreto, el no tenía que enterarse de su leve obsesión.

Tecleó una palabra en el buscador: porno.

insólito, ¿no?

Mordió su grueso labio mientras conectaba los auriculares al aparato, tampoco quería que alguno de sus amigos lo encontrase en esa disposición.

Seleccionó el vídeo y de inmediato sus oídos percibieron los roncos gemidos del personaje ante a el; un chico, de al menos cinco o seis años mayor que el jalando su pene, de arriba a abajo. El pequeño cerró sus ojos concentrándose únicamente en los excitantes sonidos, llevó su mano hasta su miembro y comenzó con suaves caricias, su boca se encontraba medio abierta, soltaba suaves jadeos, siendo consciente de que no estaba solo.
Su entrepierna comenzó a ganar volumen, su pulgar presionó la hendidura de su glande proporcionándole placer en niveles indescriptibles, aumentó la velocidad de su mano y de un momento a otro sus imágenes mentales se vieron interrumpidas por un personaje en especial.

-S-Suga...Hyung... -jadeó para el mismo.

Imaginó las manos del mayor tocando tu pecho, halándole el cabello tan fuerte que sus lágrimas desbordaran sus ojos, sintiendo el respirar del mayor en su cuello.

Y no es como que antes no hubiese hecho lo mismo pensando en YoonGi, aunque, la primera vez que su mente lo traicionó de esa vil forma, evitaba el contacto con su Hyung, se sentía culpable y le daba tanta vergüenza mirarlo que por un tiempo fue así, distante. Pero eso ya había pasado, Jimin aprendió a superarlo y se enfocó en las sensaciones que sintió aquella vez, la curiosidad y ansiedad carcomiendolo y no dudó en hacerlo voluntariamente, e instantáneamente, YoonGi se había convertido en material para sus pajas, afianzando la adoración que le tenía.

Lo imaginó, sudado por el esfuerzo, sus cabellos pegados a su blanquecina frente, sumándole los sonidos de fondo en del vídeo y eso fue todo.

Jimin sentía su orgasmo pisarle los talones, sintió su vientre contraerse involuntariamente mientras aceleraba el ritmo, finalmente, sintió esa explosión de placer en su zona baja y consigo, tiras de semen manchando las azules sábanas.

Su cuerpo estaba más sensible que nunca, el roce con las telas era malditamente desesperante, y grande fue su sorpresa al percatarse de que su miembro estaba tan firme como cuando empezó a pensar en Yoon, llevó su mano hasta este, dispuesto a repetir el proceso, pero en el instante en que su mano rozó su miembro una sensación desesperante lo atacó, no quería su mano, quería algo más.
Con desespero se levantó de su comodidad y caminó rápidamente hasta su clóset, de lo mas profundo sacó una camisa negra que su Hyung había estado buscando por semanas, aspiró su olor, su Hyung lo hacía sentir tan bien, volvió a su cama y apartó el computador, tomo con una de sus manos una almohada y la ubicó en medio de sus piernas, empezó a restregarse contra esta. El material esponjoso y suave lo hacían querer más, lo dejaba con ganas.
Aspiró con fuerza la prenda del mayor sin parar sus suaves movimientos.
Una descabellada idea arrasó en sus pensamientos, detuvo sus movimientos y recompuso su posición en el colchón, sonrió malicioso, cegado por el placer, abrió nuevamente su clóset de par en par, sacando una caja pequeña de lo más profundo, sonrió. Esta noche sería inolvidable para el, y anheló que también lo fuese para Min YoonGi.

Night Of Desire ➺ yoonmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora