♤ Capítulo único: PARTE 2 ♤

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La tarde pasó entre platicas de mis tías y primas, tíos y primos tomando cerveza, los menores durmiendo luego de muchos juegos y terminó con casi toda la familia ebria, bailando y cantando karaoke en la noche, yo simplemente me la pasé platicando con mis primos.

Ya era de madrugada cuando todos decidieron irse a dormir, despedimos a los que se irían a otro lugar para pasar la noche, cuidando que alguien que no estuviera tan ebrio tomara el volante, los que nos quedaríamos aquí, fuimos a las habitaciones asignadas, ayudando a subir a los tíos para que no tropezaran por el exceso de alcohol en sus sistemas.

Cansando, entré a la que sería mi habitación por esta noche, dejándome caer en la cama unos minutos. Me quité la ropa, quedando en boxers y me acomodé para poder dormir, cosa que no tardé en hacer.

Entre mi inconciencia sentía movimiento y calor corporal cerca de mí, por un momento pensé que seguía durmiendo y lo que sentía era parte de mi sueño, pero cuando sentí algo apoyarse entre mis piernas, realmente abrí los ojos asustado. Esperé a acostumbrarme a la oscuridad de mi cuarto y cuando lo hice, vi un bulto entre mis piernas, por debajo de las sabanas.

Rápidamente me destapé, destapando también a lo que fuera que estuviera escondido entre mis piernas, y al descubrirme, pude ver una figura. Enfoqué mejor la vista y lo que había ahí, o más bien, quien estaba ahí, me sorprendió.

- ¡Jimin!, ¿¡Pero qué haces aquí!?... ¡Así!-. Exclamé. El niñato estaba entre mis piernas, mientras él se mantenía en cuatro con los brazos apoyados en mis muslos.

- Oh, ¿pues no es obvio?-. Mencionó inocente, acariciando sobre mis boxers.

Inocente mis bolas.

No supe que responder por lo que me quedé en silencio viendo como se acomodaba en mi entrepierna, no tardé en imaginar al menor en situaciones más que subidas de tono.

Él se dio cuenta de que mi miembro empezaba a reaccionar y me miró pícaro.

-Oh, Jungkookie

Pensé en quitarlo de encima y mandarlo a dormir, pero reflexioné:

No gano nada corriéndolo de la habitación. Más bien, ganaba teniéndolo aquí porque, vamos, tengo a mi primito carita linda justo entre mis piernas más que dispuesto a abrirme las suyas, ¿por qué desperdiciaría una oportunidad así? Y no iba a mentir, le traía ganas.

Ahora que lo veía mejor, iba con sólo un short de pijama corto (muy corto) y una camiseta de tela ligera que le quedaba algo grande. Sus ojos resplandecían con una mirada lujuriosa y pícara entre la oscuridad.

Así que simplemente me relajé y me acomodé en la cama con los brazos bajo la cabeza, esperando su próximo movimiento, sonreí. Él lo tomó efectivamente como una invitación y procedió.

Sin más que una mirada, deslizó sus manos sobre mi bóxer que tenía puesto y acarició mi miembro apenas despierto que lentamente se erectaba. Lo acarició así un par de veces y entonces bajó la prenda dejando a la vista mi pene ya algo duro.

Se relamió los labios viéndolo y con una mano lo empezó a masturbar; reprimí un gemido, pues a comparación de lo que pensé, lo masturbaba rápido y jugaba con la punta, apretando la uretra y estirando un poco la piel, causando estremecimientos en mí.

Lo vi morderse el labio y lo acercó a su boca.

Le dio una lamida a la punta y suspiré. Lo lamia de arriba a abajo y viceversa, bajó un poco y chupó uno de mis testículos, haciéndome jadear, repitió la acción y volvió a subir para chupar un poco la punta, dejándome con ganas de más. Empujé las caderas hacia arriba metiéndolo sólo un poco y él se separó sonriendo.

°No había sillas° - KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora