Capitulo Tres

50 6 2
                                    

Santiago

Me arrepiento de haberle abierto la celda a aquella prisionera que encontramos en el hoyo, era una chica de ojos marrones y pelo largo, liso y castaño, aparentemente de unos veintiuno, tal vez veintidós años de edad, no más de un metro setenta de altura y piel semi morocha, con una actitud que a los cinco minutos de estar con ella me daban ganas de yo mismo darle un tiro por la cabeza. Luego de un largo debate que tuve con mi compañero de celda Lautaro, al que hora también tenía ganas de matar por el simple hecho de hacerme creer que liberar a aquella chica iba ser una buena idea, decidimos abrirle la puerta a Belén y hacerla parte del grupo. Lautaro es un joven de veintiún años, delgado, con ojos café, pelo negro rizado y corto, tez morena ni tan oscura ni tan clara, sino más bien un nivel intermedio, bastante inmaduro y con una personalidad algo desequilibrada digamos, la cual tiene arranques de compasión y a veces de violencia, sinceramente no lo entiendo, no sé cómo fue capaz de asesinar y después no sentirse culpable ya que se apiada de cualquier persona en cualquier situación, cada loco con su tema. Él era el único preso con quien me llevaba bien en la cárcel de donde nos trajeron, o por lo menos con el único que no tuve problemas en los cuatro meses que estuve allí dentro esperando la transferencia, ya que los demás eran uno más estúpidos que otros, simples delincuentes encerrados por grandes robos, violaciones, femicidios y estafas, nada que exaltara a alguien como yo, que desde que tengo memoria he vivido rodeado de maleantes y asesinos a sangre fría, que disfrutaban el simple hecho de ver cómo la gente se retuerce de sufrimiento cuando le llega la hora, y que me han enseñado el arte de matar como si fuera un hobby normal en la vida de cualquiera. Me he criado en uno de los peores barrios de la ciudad, donde moría gente todos los días y los medios de comunicación no se atrevían a entrar por el miedo de no salir de allí, donde las pandillas tenían sus "mini-guerras" a plena luz del día ,y donde debías saber defenderte por tu cuenta o cualquier día podrías no volver a despertar...creo que eso me ha hecho distinto a los demás delincuentes o asesinos, el simple hecho de que yo estoy acostumbrado a que la muerte me esté acechando en cada momento, como un depredador a su presa a la espera de una oportunidad para atacar. En mi mente pienso que morir no estaría tan mal, al fin y al cabo solo estamos de paso, la hora le llega a todos en el momento que menos te los esperas, así que, para que hacerse mala sangre pensando si vas a morir hoy o mañana? Por qué aunque sepas que lo vas a hacer, es algo inevitable en la vida. Eso es algo que me han repetido una y otra vez mis pares a la hora de matar a alguien, ya sea por ajuste de cuentas o el hecho de ser una venganza, y eso es lo que me ha mantenido vivo todo este tiempo. He matado alrededor de unas cien personas, algunas junto los miembros de mi pandilla y otras por el hecho de que su simple presencia me molestaba, y aún con ese gran número de asesinatos, solo me han detenido una vez por herir a un oficial en un tiroteo...lo hubiese matado de haber tenido más balas, pero el destino jugó en mi contra. Cuando me atraparon me metieron a una celda en la comisaria con un tipo que había estado robando partes de un coche y se quedó atrapado dentro del auto, todo un estúpido. Cuando estuve adentro, el guardia no pudo evitar reclamarme lo que le hice a su compañero

-¡Maldito bastardo! Jack está internado gravemente por tu culpa, desgraciado. Te hare la vida imposible en cuanto le pase algo a mi compañero. No duraras una semana en prisión

-Podre no durar una semana en prisión, pero tú no durarías ni cinco minutos contra mí-le dije en tono de burla intentando provocarlo.

-Te crees muy hombre no? Sin un arma solo eres una rata de alcantarilla que no sabría ni luchar con una anciana, sin un arma no vales de nada...poco hombre.

-Disculpa, como dijiste? Creo que te escuche mal...

-Ja, eres sordo también? Eres una miseria humana, un cobarde, un don nadie para el mundo-en eso me paré y me puse detrás de mi compañero-mira nada más, me tienes miedo por eso te alejas -Entonces le di una sonrisa por debajo, con la cabeza gacha...

Biohazard: Sobreviviendo A La Pandemia💀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora