Siempre fuiste tú

63 7 24
                                    



Terminaba una reunión más, habían pasado varios años, era más madura, más sagas y audaz. Pero el largo y agotador trabajo seguía allí, sin importar cuantas veces subiera su rango político.

Ser admitida como mujer entre los oficiales, había sido un gran logro. Pero ahora se preguntaba que sería de ella misma, la familia Kou ya no le exigía un matrimonio concertado, Ryuuki se había casado hace dos años atrás y gobernaba muy bien el país. Después de que su inquieto amor hacia ella,  acabará siendo olvidado y se transformará en la más profunda amistad.

Pero que pasaba con ella, todo lo que le quedaba era su importante cargo y la compañía fiel de sus amigos, su padre, Seiran. . . Que era el para ella, la duda la invadió ¿Qué era realmente?

Esas mismas dudas la llevaron a caminar por los pasillos del palacio, su mirada parecía perdida. Aunque ella no lo notaba, era seguida por el hombre que la confundía en ese momento.

Seiran la seguía desde hace algunos minutos, había visto en su rostro algo preocupante. Parecía perdida en su propio mundo, distante. El deseaba saber que pasaba por su mente, ser su ayuda y dejó su propio predicamento para saber a donde se dirigía con tanta impaciencia.

Una vez la vio detenerse, supo que debía ser cuidadoso.  La vio entre los cerezos frente al lago y avanzó algunos pasos, pero para cuando estuvo más cerca, no pudo evitar quédar embobado. En estos años Shurei se había vuelto más bella, su cuerpo había madurado, al igual que su personalidad.

Un fuerte latido hizo sucumbir su pecho, por inercia tocó sus mejillas. Estaba seguro que su cara ardía, no podía pensar en ella y no sentir que la necesitaba, que ya no podía reprimir o fingir que no amaba a esa mujer más que a su vida misma.

¿Seiran? - su cantarína voz lo llamaba una vez mas - ¿Estas bien? - ella había acortado el camino y ahora tocaba sus mejillas.

Oo. . ¡Ojou sama! - perdió todo control y tembló ante su contacto - No.. no, debería hacer esto.

El silencio fue su mejor jugada, en ese instante temblaba y su habla era realmente pésimo. Shuurei lo vio extraño y alejó su mano de su rostro.

No es bueno que me evadas, dime que pasa ¿ Estas enfermo? - sus ojos parecían preocupados por el.

Lo lamento, seguramente fue el calor. . . ¡ No se preocupe! - trató de sonreír y distraerla - Debo irme, me esperan - vio a Shuurei por última vez al despedirse.

Ella volvió a su oficina, no había mirado a nadie y es que había tenido la dicha de encontrarse en una hora muy poco concurrida. Cosa que le alivió al cerrar la puerta y descubrir un amplio sonrojo. Que pasaba con ella, sólo después que el se había marchado, lo había notado. Lo había acariciado como nunca en el largo tiempo de conocerse, se sentía nerviosa.

¿Qué es esto? Jamás había sentido esto, ni por Ryuuki cuando era su concubina. . . - tomó su cabeza y alboroto levemente su cabello

El amor nunca había sido un tema primordial en su vida, era torpe en esas cosas y lo noto por primera vez durante su travesía por el poblado de Sa. Pero ahora era diferente, tenía claro que Seiran era importante, pero jamás a que grado.

La noche llegó y colocándose manos a la obra se propuso preparar la cena, su padre estaba allí comentando detalles de su día. Ella oía y distraía sus pensamientos al cocinar, agradecía no haberse topado con Seiran y es que de verdad no se sentía ella misma  cerca de el, desde hace algunos días lo notaba.

La cena pasó con normalidad, pero en su interior se sentía incómoda. Por lo que no durmió durante esa noche y las siguientes tres noches que vinieron, evitando llegar a casa y trabajando arduamente en su oficina. Cada vez que su padre, Seiran o algún amigo preguntaba, ella decía que había mucho por hacer y de algún modo era cierto, pero no era algo que no pudiera solucionar en menor tiempo.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Nov 06, 2018 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

  Siempre fuiste túWhere stories live. Discover now