Capítulo II

35 5 6
                                    

Mis pulsaciones se aceleraron en menos de un abrir y cerrar de ojos, mis manos temblaban y sentía como mis rodillas se debilitaban por cada paso que daba, lo visualicé todo en cámara lenta, la puerta sonaba cada vez más, cuando llegué a pocos centímetros de la puerta mi respiración cesó al igual que el sonido que hacia la puerta.

Por un lado sentí un gran alivio el hecho de que no hubiera abierto esa puerta, podría haber ocurrido una catástrofe pero por otro lado me mataba la curiosidad por saber quien era la persona que había golpeado la puerta, no he tenido una vida muy interesante si no contamos aquella vez que por poco no incendio la casa entera al preparar una tarta para mi abuela.

La noche del mismo día no paré de preguntarme quien podría haber sido, sonaba pesado el hecho de que solo pensara en eso pero ¿en que más podía pensar?

El día siguiente fue muy aburrido, mi ánimo estaba enterrado y no tenia muchas ganas de avanzar con la lectura así que decidí ver que estaba haciendo Julie, ella era una estudiante en prácticas que estudiaba medicina, era una de las pocas personas que conozco y sin duda alguna ella es mi mejor amiga, tiene más o menos mi edad, y viene prácticamente todos los días a verme, ella está estudiando mi caso por lo que necesita pasar mucho tiempo conmigo, y la verdad es que nos lo pasamos muy bien juntas, no lo niego, sólo porque tenga una vida aburrida no significa que sea aburrida, puedo ser muy graciosa cuando me lo propongo y no lo pongo en duda, después de varias maratones de películas y series Julie tuvo que irse.

Me disponía a arreglar todo el desastre de palomitas que habíamos dejado en el sofá cuando sonó la puerta.

Detrás De Mi PuertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora