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"Iluminas mi vida incluso cuando esta oscuro, tu coloreas mi mundo incluso cuando estoy triste"

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Perdido, simplemente perdido, era la definición de Lee Taeyong ahora mismo. Perdido sin nadie a quien amar, sin nadie que le alegrara los días grises.

Pero el simple hecho de entrar en una relación le aterraba. Su fatídico pasado le atormentaba. Dos veces se había enamorado, dos veces el destino le había traicionado.

El ahora castaño había decidido empezar a estudiar simplemente para mantener su cabeza distraída con otra cosa. Seguía acudiendo al psiquiatra a causa de su depresión y ansiedad, mientras que la primera había disminuido bastante, la segunda parecía haberse agravado, sobre todo ahora con los estresantes estudios.

Pero no pasaba nada si quitabamos las relaciones amorosas Taeyong parecía tenerlo todo bastante claro y encaminado hacia un futuro libre de depresión y amarguras.

Y si, parecía, porque el castaño se había topado con un nuevo inconveniente en el camino, por lo menos el lo veía así en un principio.

Esa pequeña y a la vez hermosa piedra con la que se había tropezado esta vez, era un chico que asistía con el a clase de canto con una voz infernalmente angelical.

Kim Dongyoung, o mejor dicho, el nuevo dolor de cabeza de Taeyong.

Era imposible seguir con tu vida como si nada cuando has escuchado la voz de Kim Dongyoung o como todos le llamaban Doyoung. Su voz te dejaba huella, una profunda y dolorosa huella para Lee.

Al principio lo intentaba ignorar, tanto a él como a sus propios sentimientos. Pero después de un tiempo se dio cuenta de lo inútil que era intentar evitar lo obvio, a sí que ahora simplemente se dedicaba a observar la enorme belleza del pelinegro, dándose cuenta de su adorable similitud con un pequeño conejo, cosa que hacía a Taeyong sonreír como un completo tonto enamorado.

Pero nunca habían tenido una conversación, como mucho se habían dedicado un par de miradas quizá un hola. Y el castaño no quería, no quería hablar con el menor porque sabía que iba a caer aún más por él y sabía que eso podía acabar mal, como las otras veces que se había enamorado.

Y se hubiera reído a carcajadas si alguien le dijera que acabaria teniendo a su amor platónico enredado en sus sábanas un sábado por la mañana todo por un estúpido error en una lista.

Llegaba el trabajo final y el profesor había decidido emparejar a sus alumnos, mala idea hacerlo a las 3 de la mañana, no se esperaba que corregir los exámenes de sus alumnos le llevará tanto tiempo. Una confusión de caras y de nombres hizo que el profesor de canto escribiera Lee Taeyong al lado de Kim Dongyoung.

La cara de Taeyong parecía un cuadro al escuchar su pareja para el trabajo final. Y se desfiguró más cuando vio al pelinegro acercarse a él con su brillante sonrisa. Las mejillas del castaño se colorearon de inmediato.

"¿Lee Taeyong?"

La voz del menor se escuchó mucho más hermosa de lo normal.

"Si..."

"Soy Kim Dongyoung, aunque me puedes llamar Doyoung, parece que seremos compañeros de trabajo"

Se presentó el más alto sin saber que el mayor sabia perfectamente su nombre.

"Si..."

Contestó Taeyong intentando lo hacer mucho contacto visual.

"¿Es lo único que sabes decir?"

Preguntó Doyoung aún con una sonrisa.

"Lo siento... Es que soy bastante tímido"

Contestó el castaño rascándose la nuca.

"Oh ya entiendo, tranquilo, no muerdo"

Soltó el menor con una adorable carcajada a la vista de Taeyong.

Quedaron aquella misma tarde para empezar el trabajo cuanto antes, sin saber que después de aquel viernes no se volverían a separar.

Doyoung llegó a casa del castaño sobre las 5 de la tarde y se pusieron a trabajar sin perder un solo segundo.

"Yo creo que tenemos que poner esto"

Dijo Kim señalando la pantalla del portátil.

"No creo que sea necesario"

Contesto Taeyong echando un vistazo rápido para después seguir escribiendo en su libreta.

"Si que lo és"

Insistió el pelinegro.

"No, no lo és"

Siguió el mayor esta vez sin siquiera despegar la vista de la libreta.

"Quieres hacerme caso"

Dijo Doyoung pegando ligeramente el brazo de su compañero de trabajo.

"Y si me haces caso tú a mi"

Contestó el castaño esta vez si mirando al menor directamente a los ojos. Segundos después el más alto se atrevió a hablar.

"¿Porque eres tan hermoso Lee Taeyong?"

Dicho esto los labios de Doyoung se atrevieron a hacer contacto con los del contrario. El menor al darse cuenta de su imprudente acto.

"Lo siento... Yo no..."

Pero las palabras del pelinegro fueron calladas por los labios del castaño.

Por fin la felicidad había llegado a la vida de Lee Taeyong y de una forma hermosamente peculiar, de la mano de Kim Dongyoung.

light of my life ∘. ɞ taedo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora