"Emma"-Jemma

Capitulo 2.

-"¿No te cansas de humillarte?" Preguntó Rodri por lo bajo mientras terminaba de copiar lo que decía en el pizarrón.

-"¿A qué te referís?" Pregunté.

-"Que le pongas los puntos a Emma, por mas que te guste, la mina te trata mal"

-"¿Me estás jodiendo? Vos sos el menos indicado para decirme esto. ¿Te suena de algo el nombre sol?" Pregunté refiriéndome a la mejor amiga de Emma, la chica de la que Rodri estaba enamorado y la misma mala persona que la chica que me gusta a mi. Eran simplemente inseparables, las dos bien vestidas, siempre. Tenían el encanto que a todo chico y chica podría llegar a gustarle. Pero como personas eran simplemente una mierda.

Mi amigo ignoró lo que dije, si así se le podía decir que ya no tenía nada que contestarme.
El timbre sonó anunciando un cambio de hora y cambio de materia. Ahora tocaba gimnasia. La materia que menos me gusta dentro del colegio y la que más me gusta fuera.
Es simple la explicación. Los deberes que debemos realizar en esas horas para los hombres es lo máximo, casi como una aventura por compararlo con algo. Y las mujeres es algo como "extrema seguridad". Nos tratan como si fuera que pasar una pelota es algo extremadamente peligroso para nosotras.

Cómo cada clase pedí permiso para retirarme y volver al aula. Al llegar la encontré allí sentada en un banco,casi apartada de todo el mundo, su cabeza permanecía escondida en algún lugar de sus brazos los cuales estaban apoyados en las extremidades de aquella mesa.
Me acerqué sigilosamente mientras mi cuerpo temblaba.

-"¿Te molesto?" Me exalté al escuchar tal pregunta.

-"N-no" contesté nerviosa.

Emma levantó su cabeza. -"Hola" dijo. Su cara estaba toda hinchada y sus ojos parecían cansados de tanto llanto. -"¿P-pasó algo?" . Emma me regaló una leve sonrisa. Tragué saliva. -"Tomás me pasa" contestó. -"No quiero aburrirte"

-"No me aburrís" Contesté.

-"Sentate" Dijo mientras daba dos golpecitos contra una silla que se encontraba al lado de ella. Le hice caso y me senté. -"Me enteré que me engaña, y me sentí una mierda, no se capaz no le doy todo lo que el se merece"

-"¿Y que se merece ese tarado?" La interrumpí. -"Perdón" Dije luego.

-"Una chica mejor que yo"

¿En serio? Mi cabeza proyectó la cara de Tomas con odio. No podía creer que estaba escuchando eso. ¿Existiría una mejor chica que Emma? ¿Más perfecta que ella? Imposible.

-"M-Mira si el no te sabe valorar es porque no merece nada". Contesté tímida.

-"Pero igual se sigue mereciendo una mejor chica que yo" Volvió a repetir.

-"No" Contesté.

-"¿No?"

-"No creo que exista" Respondí.

-"¿Que hacen acá?" Preguntó la directora justo cuando entró al aula.

-"Emmm..."

-"Nos sentimos mal" Respondió Emma.

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-"Espera Juani" Escuché por detrás mientras iba caminando hacia mi casa. Me di vuelta y la vi a Emma corriendo hacia mi. Frené con torpeza.

-"Quería hablar con vos" Me dijo.

-"D-Decime" Contesté para luego tragar saliva.

-"¿Estás ocupada ahora?" Preguntó

-"No,no"

-"Preferiría ir a algún lado, no se a tu casa si no te molesta, ¿Que decís?"

-"Bueno vamos" Contesté.

Caminamos calladas,pero la observé en todo el camino y me puse a pensar que era la primera vez que pasaba tanto tiempo cerca de ella. Por ahora la veía tranquila sin necesidad de hacerme ninguna maldad, como siempre solía. En una oportunidad Emma me miró. Yo la miré. Y seguimos caminando. Se sentía tan bien estar cerca suyo, podía oler su perfume, sentir su presencia. De tantas veces que la miré ya me se sus rasgos de memoria y se que cada uno de ellos me gusta, en silencio.

-"Llegamos" Dije.

-"¿Esa es tu casa?" Pregunto para luego largar una carcajada.

-"¿Q-qué?"

-"No se.... ¿Le falta pintura?" Dijo.

-"No todos tenemos la plata que vos tenes" Dije atacante.

-"Bueno perdón si te jodió, no lo dije con mala intención"

-"A veces no te das cuenta, pero herís a la gente" Es la primera vez que me ponía a enfrentarla, se sentía raro y no me gustaba pero era como defenderme a mi misma por primera vez.

-"Eh bueno flaca, cálmate yo te venia a decir algo lindo y la te cagaste" Contestó para luego dar media vuelta y dirigirse lejos. Mi voz no salió como para intentar pararla. Simplemente me quedé ahí parada, pensando que capaz, nunca podría llegar a saber lo lindo que Emma tenía para decirme.