Salida a la feria

906 44 1
                                    

Halbarry                             

   Sábado por la tarde, el rubio forense Barry Allen desordenaba su habitación con ropa esparcida en cada rincón del cuarto, se ponía y quitaba cada conjunto que después arrojaba a algún punto, cada tanto tomaba alguna de las prendas y volvía su mirada al espejo para analizar su apariencia. No fue hasta casi el anochecer, cuando el sol se ocultaba y daba paso a la luz de la luna, que finalmente quedo conforme con algo simple pero mas cómodo y acorde a él.

   Estando listo salió corriendo de su hogar tomando un taxi que lo llevo a un parque donde se encontraría con su novio, de solo imaginarlo la emoción le llenaba, hacia meses que no le veía, puesto que este había salido del planeta en una misión, hasta que esa misma mañana le llamo avisando de su llegada y pidiéndole encontrarse.

   Hal Jordan, su castaño novio que de solo verlo le llenaba de mimos y le recordaba cuanto lo amaba, él no era siempre así de cursi, ere mas del tipo bromista coqueto, solo cuando llevaba tiempo sin verse era cuando mas empalagoso se ponía.

   Y esa noche seria una de esas ocasiones, al llegar a su lugar de encuentro, algo tarde como de costumbre, y ubicarlo sentado a lo lejos en una banca, reconociéndolo fácilmente por su chaqueta de aviador aunque tenia la cabeza echada hacia atrás, fue que se encamino hacia él. Este al sentir la mirada sobre él y escuchar los pasos acercarse, alzo el rostro y al verlo se levanto cual resorte apresurando su encuentro acortando la distancia.

   —Barry — dijo emocionado al estar a su lado — te he extrañado tanto.

   Rodeando el cuerpo del rubio en un fuerte abrazo Hal lo levanto apenas la corta distancia que separaba sus rostros para unir sus labios en un beso, no era uno profundo o largo pero demostraba su amor, y en seguida continuo con varios por todos lados, desde la nariz, frente, mentón y mejillas llenaba a Barry de besos que le hacían reír y cada que podía correspondía al contacto.

   —También te he extrañado mucho Hal, ya esperaba esta salida.
   —Pues que esperamos vamos a tener una cita inolvidable por la que me amaras aun mas.

   Con una risa de parte de Barry y un ultimo contacto sobre sus labios, Hal rodeo con un brazo los hombros del rubio y ambos tomaron rumbo a la costa, yendo hacia la feria, el lugar de su tan ansiada cita. Desde lo lejos se escuchaban los gritos y risas, las luces brillaban iluminando todo a su alrededor y el olor a comida dulce y frita se alcanzaba a notar desde la entrada.

   Al ingresar todo fue una ida de emoción y diversión, de pasar por algunos puesto de comida y golosinas para tener un tipo de cena, compartiendo de sus diferentes porciones, incluso Barry le dio a Hal una cucharada de helado en la boca, aunque al final el rubio termino quitándole gran parte de lo que el castaño compraba. Al estar llenos iniciaron con un recorrido lento, entrando a la casa de los espejos, burlándose de sus propios reflejos, subir a los carritos chocones y competir, haciendo una persecución que solo era de ellos, ignorando a los demás jugadores.

   Después de un rato de descanso entre juegos hicieron fila para poder subir a la montaña rusa, a Barry le encantaba esa atracción, era su favorita, de iniciar con el recorrido lento, subir a la sima y al llegar a la primera bajada, con la velocidad sentir el viento chocar contra sus rostros, y la adrenalina de un paseo agitado, disfrutando de la atracción entre risas y gritos. Al bajar, sosteniéndose entre ellos y riendo por sus apariencia y cabellos alborotados, se sentaron en una banca para recuperarse.

   —¿Te estas divirtiendo? — pregunto Hal recostado en el hombro de Barry.
   —Claro que si, no lo dudes — estirando su mano por detrás del castaño acaricio con suavidad su cabello en un intento por peinarlo — ahora ¿Qué deberíamos hacer?
   —Pues aun no te he ganado ningún regalo.
   —¿Y que esperas? — pregunto entre risas — Vamos.

Algunos One-Shots DCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora