Este es mi cuarto relato, estará un poco extenso pues para que comprendan tengo que explicar muy bien las cosas. Mi abuelito de joven era muy tomador y osado, y era muy común que se burlara cuando alguien le contaba experiencias paranormales. El rancho donde vive es separado por un arroyo, la parte donde está el campo de fútbol y que es por donde vive el, en el fondo; y la parte donde está el panteón y la entrada, la cual cuenta con un falso ( que es tipo portón de madera, entrada al rancho). Bueno el acostumbraba ir a tomar a un estanquillo allá en la parte de la entrada, y en una de esas ocasiones tomando con un compadre se desvelaron hasta las 3 am, su compadre se despidió y mi abuelo se fue unos 5 minutos después. Esa noche a el no le pasó nada. Al día siguiente se encontró a su compadre golpeado, con rasguños y moretones y antes de que mi abuelo preguntara que le había pasado, su compadre le dijo: “Ya ni la chingas, ayer después de salir del estanquillo iba a cruzar el arroyo y me paró el duende, me hizo muchas travesuras, me amarró con zacate y me tiró desde el puente al arroyo ( dicho puente tiene aprox. 2 metros de alto y el arroyo no está hondo) y cuando ibas pasando por el puente te grité y no me hiciste caso”.
Mi abuelo solo le dijo que no escuchó nada, después se carcajeó y le dijo seguramente estabas muy borracho, que chingados te va a andar parando un duende y si existiera me hace los mandados. Esa fue su gran equivocación. Poco después quizás una semana el tuvo que salir en su caballo a la ciudad a vender su cosecha (pimienta), aprovechado que estaba la feria se entretuvo allá, regresando a altas horas de la madrugada. Al llegar a el falso de su pueblo vio que alguien estaba sentado sobre el, era un ser pequeño, ropa muy fina, sombrero y zapatos, y tenía el camino lleno de espinas y ramas, creando una barrera difícil de pasar. Acto seguido el ser le comentó: “Así que tu eres el que no cree en mi, y según tu te hago los mandados”. Mi abuelo no comprendía las cosas hasta que recordó lo que le dijo a su compadre, bajó de su caballo y le dijo a mi si no me chingas, como pudo le intentó dar un fuetazo a el duende, pero éste se desvaneció y mi abuelo no supo donde quedó hasta que escuchó una carcajada volteó y vio al duende arriba de su caballo, y este muy alterado. Mi abuelo sólo cuenta que después de eso el duende lo perdió entre en monte con todo y caballo, lo amarró a un naranjo y lo azotó por un largo tiempo, en el cuál nunca dejó de recalcarle que era verdad lo que le pasaba y que nunca más lo volviera a retar, porque le iría mucho peor. Lo dejó ir pero sin su caballo, mi abuelo como pudo encontró camino y fue a la casa, llegó todo sangrado y con la camisa desgarrada, con una cara pálida y desencajada, no podía creer lo que le pasó, con una voz quebrada y lágrimas en los ojos de dijo a 2 de sus hijos, 8 y 6 años (de los cuáles el mayor es mi padre) que fueran a buscar al caballo. Mi papá me cuenta que cuando llegaron a el falso ahí estaba el caballo, pero demasiado inquieto y con miedo.
Mi abuelo les contó de esto después, porque si les hubiera dicho en el momento ni locos hubieran ido por el caballo. Creo que desde ese día tiene un cierto respeto por lo inexplicable o sobrenatural, pero fue a un alto precio. Buenas noches.