𝓙𝓾𝓼𝓽 𝓪 𝓬𝓻𝓾𝓼𝓱 | 𝓓𝓪𝓷𝓲𝓮𝓵 𝓢𝓮𝓪𝓿𝓮𝔂

dos

Por favor deja tu voto y comenta<3

╰❤╮

Estábamos en nuestra última clase del día: deporte.

-Okey, a terminado la clase.-Grita la profesora con su fuerte voz.

Todos nos encaminamos a las duchas.

-¿Cómo estuvo la academia de básquetbol ayer?-Le pregunto a mi amiga cuando estamos en camino.

-Mh, nada mal.-Dice encogiéndose de hombros.-Y adivina quién es capitán del equipo masculino, por tercera vez consecutiva.-Mack me dice rodando los ojos.

Daniel, obviamente Daniel.

-¿Quién?

-Jorge.

-¿Qué?-Digo sorprendida, era imposible. Luego ella rie.

-Es broma. Daniel, Daniel es el capitán.-Ruedo los ojos.-Es un buen capitan.

...

El perezoso de Jonah había faltado a clases hoy, así que por segunda vez en la semana me voy sola a casa. Pero a diferencia de la vez anterior, preferí irme caminando.

Ya había caminado aproximadamente unas 3 cuadras desde la escuela.

Voy con mis audífonos puestos y la música a todo volumen. Iba tan concentrada en mis propios pensamientos sin fijarme en lo que ocurría a mi alrededor, y tampoco me importaba.

Cuando una canción aburrida suena, saco mi celular del bolsillo de mi hoodie para cambiar la canción.

Cruzo la calle, aún con mi vista fija en mi celular y en el mismo momento en que lo hago, una bicicleta pasa a una velocidad considerablemente rápida haciendo que cayera hacia atrás-al asfalto-, apoyando todo el peso de mi cuerpo en mis manos.

-¿Estás bien?-Me froto los ojos con mis manos, quería llorar por el impacto. Pero luego todas mis lágrimas se secan cuando veo quien está delante mio.-Oh, Noelia.-Dice Daniel sorprendido. Me pasa mi celular que había caído a un lado mío, lo recibo y lo guardo.-En serio lo siento, no te vi.

-Estoy bien.-Logro decir.

Luego el se agacha delante de mí, toma mi manos y ve las palmas de estas. Las cuales, a causa de la caída, estaban con rasguños y algo de sangre.

Su toque, aún siendo el más mínimo, provoca que se me erice toda la piel.

Veo como saca un pañuelo del bolsillo de su chaqueta y me mira pidiéndome permiso. Asiento nerviosa y el seguidamente limpia delicadamente la poca sangre que había en mis manos.

-En serio lo siento.-Se disculpa otra vez.-¿Segura que estás bien?, ¿No te duele nada?

-Segura.-Le digo sonriendo, intentando controlar la sangre que subía a mis mejillas.