No mires hacia atrás con rencor

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Parentlock

El despacho era espacioso e incluso algo acogedor. Muebles de caoba adornaban cada rincón del lugar, al igual que pisos y paredes, todo de madera reluciente.
Los asientos donde se acomodaban John y Sherlock también eran de caoba. Lo único que denotaba una gran excepción al espacio era la silla de plástico entre medio de la pareja. Una niña de 14 años de edad la ocupaba en una posición relajada y comoda; brazos y piernas cruzados, apoyada contra el respaldo y con ojos cerrados.
- Rosemound Watson-Holmes.
- Ese es mi nombre, Señor Director.- Contestó desafiante pero con mucha parsimonia, haciendo que John recordara las contestaciones de un tal Sherlock Holmes. Éste último sonrió al pensar lo mismo que su compañero.
- ¿Sabe usted Señorita porqué la he citado a usted y a sus padres?
- Obviamente.
- Pero sus padres aún no lo saben...
- ¿Quién ha dicho qué no?- Objeto el más alto con su característico tono egocéntrico, Rosie río por lo bajo abriendo sus ojos clavando la mirada en el Dirigente de la Institución. John, por su parte volteó su cabeza sin disimulo hacia Sherlock lanzandole una mirada de advertencia. Él la receptó borrando automáticamente su sonrisa.
- Disculpe Señor Director. En realidad, no sabemos la causa de porqué nos citó. Quiero suponer que Rosemound no se ha metido en problemas está vez. ¿Verdad?
- Lo cierto es, Señor Watson, que sus suposiciones son incorrectas.
- Ves pero no observas, John.
Susurró por lo bajo su compañero. Ocasionando otra risa por parte de la niña, a lo que el Rubio ignoró olímpicamente.
- La señorita Watson-Holmes, ha agredido físicamente a una compañera de su clase ocasionandole varias lesiones físicas.
John abrió sus ojos de manera que parecían salirse de órbita.
- ¿Rosie...?
- Sé que es una noticia desalentadora. Pero me veo obligado a tomar medidas sobre el asunto...
- Antes que nada me gustaría saber la justificación de éste incidente.- Objetó Sherlock con decisión pasando la mirada por ambos adultos hasta llegar a la de su hija.
- Gracias papá. Sí, tengo unas cuantas justificaciones.
- Rosie, nada justifica la violencia...
- ¡Tú fuiste soldado papá!
El silencio reinó por unos segundos en el despacho. Rosie resopló sonoramente y John habló:
- Te escuchamos, hija.
Rosie pasó la mirada por cada uno de los presentes, se detuvó un momento para observar a Sherlock y éste le asintió con ganas.
- No es la primera vez que me molestan... -Comenzó la niña bajando su mirada hacia sus pies estirados- Ella y un par más. Pero siempre ella comienza todo. Me grita cosas que solo personas sin cerebro podrían decir...
- ¿Cosas cómo qué Rosemound?- Inquirió interesado el Director. La niña se tomó su tiempo y siguió:
- Idiota, sin madre, come libros, sabelotodo, nerd, antisocial, psicópata, desgraciada, fenómeno... asesina...
- ¿Asesina?- John mostró cara de asco ante todas estas palabras.
- ¡Si! ¡Dice que yo ayudo a mí papá Sherlock a poner todos esos cadáveres y así armar las escenas del crimen!- Rápidamente Rosie limpió una lágrima que resbaló involuntariamente de su mejilla. Sherlock mordió su labio inferior intercambio miradas cómplices con John, ambas de impotencia.
- Y eso no es todo...- Rosie continuó con voz quebrada pero cargada de odio, levantó su mirada hacia el Director intimidandolo.- Hoy colmó mi silencio... Se burló de mis papás, dijo que yo era así de rara, por que ellos eran dos hombres que daban asco y que somos una familia anormal que no merece existir...- Ella no aguantó más y cubrió su rostro con ambas manos. John y Sherlock inmediatamente se incorporaron de sus respectivos asientos y acudieron a su hija; John se arrodilló a su altura y la abrazó fuertemente, Sherlock hizo lo mismo mientras acariciaba su espalda. En eso, el Director se puso de pié y habló:
- Queda absuelta de todo castigo condicional su hija, Señor Holmes y Señor Watson. Iré inmediatamente a hablar con los padres de la otra niña. Con su permiso.- Se acercó lentamente a Rosie y acarició su cabello. John susurró un "Gracias" y Sherlock simplemente se limitó a asentir. El Dirigente salió de su despacho.
- Haz sido muy valiente Rosie.
Animó John limpiando sus lágrimas.
- Lesiones fisicas Debo de suponer que le diste una buena lección.- Comentó divertido Sherlock, ocasionando un risa por parte de ambos.
- Antes de lastimarla creí por un segundo que la iba a matar, pero lugo caí en la cuenta de que no valía la pena. Es mejor que esté viva así nos ve triunfar.
Sus padres sonrieron confundidos.
-¿Triunfar en qué?
- En el amor que nos tenemos los tres.
Ambos hombres besaron las mejillas de su hija, uno de cada lado, orgullosos de su niña y del amor que cada vez era más fuerte que cualquier mal que interviniera en sus vidas.

One-Shots. Johnlock 💕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora