Razón virtuosa para vivir

7 0 0
                                    

Me hallo corriendo en medio de aquel crudo y penetrante silencio como si de un vulgar ladronzuelo me tratara. Ya no alcanzo a escuchar los murmullos, ya no veo a los niños corriendo por la calle sin cuidado, ya no sé a cuántos grados estamos porque lo único que siento es cómo se me hiela la sangre de las venas. No hay nadie más, sólo estoy yo.

¿Qué ha pasado? Lo recuerdo todo, y sin embargo, no entiendo nada. Es decir, camino por las mismas calles que siempre y los carteles, edificios, farolas y árboles están en su lugar y aún así, a pesar de que todo sigue igual, todo ha cambiado: las calles han sido abandonadas, los edificios han sido arrasados por el polvo, los carteles están destrozados, las farolas apagadas y los árboles se han quedado calvos al ser despojados de sus brotes.

Lo último que recuerdo es haber estado caminando mientras una oleada de pensamientos me invadía y me inducía a abandonar esa falsa a la par que apaciguadora ilusión, ¿y por qué? Porque no quería escuchar más carcajadas vacías, más comparaciones. Porque no quería ver como conocidos, amigos y parientes de toda la vida se traicionaban entre sí a causa de sentimientos egoístas como la codicia y la envidia. Porque no quería escuchar los silenciosos gritos de aquellos miserables que adelantaban la visita del tan temido ángel harapiento. Porque creía que la sociedad, el mundo entero no servía para nada. Las cosas buenas han sido parcialmente erradicadas, pero aún así, no me alegro de que todos hayan desaparecido, de que todo esté roto. Pero ¿qué pasa? ¿Es acaso este el llamado desierto de lo real? ¿Estará el mundo así porque yo así lo quise? No. En ningún momento deseé esto, yo sólo quería correr, saltar, llorar, respirar, descansar, sentirme libre, amar, conocer y lo más importante: vivir. Porque la vida no espera. Y quiero volver a vivir aquel sueño donde no tenías méritos si no estabas por encima de otro, como si tu derecho a estar vivo, a existir, se perdiera.

La impotencia me domina a medida que mis pasos se pierden agotados por las solitarias calles. Creía que la ilusión no me poseía, que simplemente me envolvía pero resulta me llenaba aún sin resplandecer. ¿Qué voy a hacer sin ella? ¿Qué puedo hacer para hallarla? ¿Cómo se las apañó para deslizarse de mis brazos? ¿Qué fue lo que hice para hacerla pedazos? ¿Acaso le habré secado el corazón con tanta negatividad o se habrá cansado de que ser parte de un ser incapaz de seguir sus pasos? Que incertidumbre, Deseo fervientemente que regrese a mi lado porque hoy, más que nunca, me siento atrapado y desolado en esta ya muerta vida porque siento que lo que una vez fue un placer espantoso, ha resultado ser una dulzura horrenda.

Oh, gloria triste, conservación sin fin, no te alejes caminando en el aire. Porque tú, mi ilusión, eres mi única razón virtuosa para vivir.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jun 27, 2018 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Pedes in terra ad sidera visusWhere stories live. Discover now