capítulo 1

43 0 0
                                    


Tener una mansión no es suficiente...

Tener un móvil ultimo modelo no es suficiente...

Recibir dinero por todo y por nada, no es suficiente...

Tener sirvientas que hagan todo por ti no es suficiente

Ser algo reconocida no es suficiente...

Que tu padre sea el presidente no es suficiente...

Nada es suficiente. No si estás encerrada...

-Te he dicho que no Elizabeth.- dice determinadamente mi padre

- Pero si me he portado bien, he tenido buenas calificaciones.- golpeo mis mulos frenéticamente

- Ese es tu deber, además eres figura pública, no estarás por ahí dando de que hablar. Eres una niña de su casa.- golpea su escritorio

- Tu eres figura pública, no yo. Necesito salir, sentir nuevo ambiente, ver algo que no sean estas malditas paredes.-

- ¿Quieres salir? Dime ¿A que país deseas ir? ¿Quieres ir de nuevo a Paris? ¿Venecia? Dime el que quieras y estarás cuando quieras en el avión.- ofrece mi padre

- No quiero ir a ningún país papá, quiero salir con mis amigas, divertirme, vivir una vida normal.- me quejo

- Elizabeth, allá afuera hay demasiados peligros. No eres ninguna chica cualquiera, eres mi hija.- habla con autoridad

Río cínicamente.- Tu hija y a que precio.- digo amargamente. Sin mas nada que decir me dirijo a mi cuarto

Entro y tiro la puerta. Me siento impotente, necesito aventar algo, necesito escuchar algo rompiendo. Solo así me calmaria. Solo encontré unos par de maquillajes y los lancé hacia cualquier pared. Vi colores al aire y pequeños cristalinos romper. El leve estruendo me calmó la ira. Me siento mejor. Bajé para buscar mojado con que limpiar las paredes y el suelo ya que estaba todo pintado. Me si cuenta que había roto mi labial favorito. Que más da.

Odio mi vida, odio que todo sea tan monótono, tan rutinario. A veces deseo que algo en mi vida pasase, algo que me cambiase para toda la vida... que me marque. Por lo visto lo único que me marcará es esta gran soledad.

                              ....

Era fin de semana, necesitaba despejarme y escapar un poco. Fui de compras, a uno de los pocos lugares que me dejan ir y encima acompañada con dos mastodontes que no se me despegan ni para el baño, y no exagero, me vigilan la puerta. Iba caminando de lo mas casual cuando siento un leve toque en mi brazo. Era una chica, todo pasó tan rápido que no vi bien su rostro, pero alcanzó a dejarme un pequeño papelito con una nota

"Lo que hoy no se valora, en un futuro se lamenta"

Un poco aturdida, lo guardo en mi bolso. De tantas personas que hay aquí, ¿Porque tendría que darmelo a mi? Llegué a casa y lo primero que hice fue ordenar lo que me había comprado

Tocaron mi puerta

- Señorita ¿no querrá que le ordene su ropa?- Se ofrece amablemente una de las sirvientas

- Descuida, lo haré yo.- digo sin mas y cierro la puerta

De un momento a otro me encontraba en mi biblioteca personal, tenía muchos libros, todos leídos. Recuerdo que aquí mi madre solía leerme cuentos antes de la hora de dormir, para ese momento mi vida no era tan mala. Mi vida era algo pasable, hasta que murió de cáncer terminar. Todo lo que me queda hacer aquí es pensar, pensar y pensar en el pasado, un tanto en el presente y mas en el futuro. Me califico como una pensadora a muerte, no comprendo como mi cerebro no se ha fundido. Aunque a veces siento mi cansancio mental

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jun 25, 2018 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

EncerradaWhere stories live. Discover now