Época 1940:
By: Jorge Sabillón (Jslam)
El señor Smith se está arreglando para su cita con su ejercito en el
Hotel New Palms Palace, sale de su casa, lanza una moneda al aire..
observa y ha sido cara, significa que hoy se declarará a su querida Elena.
Por la calle pasa su amigo en un auto de aquella época, una verdadera
carrosa de lujo, llegan al New Palms Palace, entran y saludan a su
Coronel, se sirven unos tragos y toman unas degustaciones, Smith se
acerca a ver los helicópteros miniatura, sus hélices se agitan rápidamente,
es la gran novedad de los años 40.
Sigue contemplando el lugar, sus hermosos candelabros, cuando vió a su
amada. Se digno a acercarse a ella, con un martini en su mano izquierda
pero antes de llegar al lugar donde ella reposaba su glorioso cuerpo, un
estruendo interrumpe en el ambiente, las alarmas suenan y todo mundo es
evacuado, se ha indicado que los soldados han comenzado a defenderse
de la llegada de intrusos a la ciudad.
El señor Smith, coloca el martini en la mesa, baja al salón subterráneo,
se coloca su vestimenta de Capitán, toma su arma, está listo para combatir.
Sale a la 2da. avenida, por la puerta de atrás del hotel, para sorprender a
sus adversarios, se coloca en una esquina desde donde divisa un enorme tanque
con la cara de un tiburón dibujada en la parte frontal, se dispone a disparar
sin importarle lo grande que pueda ser ese tanque, él sabía que tenía que ser
valiente y defender su territorio.
Coloca el arma al filo de su brazo, en lo que vé una silueta delgada ca-
minando, ocultando poco a poco la vista de aquel enorme tanque, era una bella dama,
con una rosa azul en su boca, sonriendo se acerca poco a poco, los soldados no saben
que hacer, pues su forma de vestir les daba la idea que era una civil y no debían
atacarla. Ella sigue sonriente pasando entre multitudes de soldados, en lo que llega
donde estaba el Capitán, el señor Smith, lo abraza tomando las manos del Capitán hacia
su cintura.
Con una dulce voz ella le asegura estar ahí para apoyar a todo el comando en la invasión
que se acercaba, que estuviese tranquilo. El Capitán, extrañado por esas palabras queda
dudoso pues la única invasión que el había visto era la de aquel ejército que él divisó
desde aquella esquina, y aquel abrazo de la bella dama desconocida.
Seducido por la bella dama, y tomado por ella
de la mano, se dirigen hacia el hotel.
Se comienzan a escuchar
helicópteros, esos mismos que el ejercito reunido en el New Palms Palace se disponía
a comenzar a construir.
Ambos, la chica y el Capitán sorprendidos dan media vuelta,
sus rostros indican la sorpresa que se llevaron, pues una horda de cientos de miles
de soldados, aviones y helicópteros se acercaban, Smith tomó nuevamente su moneda,
la lanzó al aire, la observó y esta vez era cruz, él dijo a su chica: ha llegado el momento...