Hay cosas en esta vida que te marcan, que te destruyen y tú solo tratas de continuar, a los 16 años todo mi mundo se vino abajo, se podría decir que mi vida nunca fue prefecta, nunca fui del todo feliz, y solo tenía un lugar en el que me sentía bien, pero ¿Que pasa cuando ese lugar se rompe? Cuando el supuesto lugar seguro se destruye, te sientes a la deriva y duele, duele tanto que es insoportable, solo quieres escapar, perderte, aunque ya te sientas como si lo estuvieras.
Ahora tengo 18 años y así me siento desde que ella nos fallo, sigo con mi vida tratando de aparentar que nada paso, que todo está bien, cuando en realidad nada lo está, no se que hacer con mi futuro, por ahora estoy estudiando en la universidad sin embargo esta carrera no me da la felicidad que busco, de hecho nada me la da.
A veces me siento como muerta en vida, y lo único que me devuelve a la vida aunque sea por unos minutos es la música y los hermosos árboles que estoy mirando en estos momentos mientras camino a mi salón para mi primera clase, estaba tan concentrada que ni siquiera me di cuenta de que alguien venía por la dirección opuesta directo hacia mí, iba corriendo así que aunque intento frenarse chocó conmigo y caímos al suelo.
- ¡Lo siento! - dije apenada - iba distraída.
- Fue mi culpa - dijo mientras recogía sus cosas sin mirarme y se fue.
Yo también acabe de recoger mis cosas y me dispuse a continuar con mi camino, cuando quise seguir escuchando música, fue cuando me di cuenta que el celular en mi mano no era el mío, si no posiblemente de aquel chico con el que choque, entonces útilice su celular para recuperar el mío. Marque mi número, en el tercer timbre contestaron.
- Hola - escuché la voz del extraño.
- Hola, disculpa creo que cuando chocamos y se cayeron nuestras cosas accidentalmente cambiamos nuestros celulares - rei - podrías decirme dónde puedo encontrarte para entregarte tu celular y me devuelvas el mío.
- Ah, si recién me doy cuenta del incidente, pero ahora estoy en clase, te parece si nos vemos a las 11 en el jardín que está detrás de las oficinas de admisión - dijo en un susurro.
- Esta bien.
Entonces aquel chico corto la llamada, ese día yo salía a las 10:30 así que el tiempo me daba para ir a recuperar mi celular. Fui a mi clase, y casi sin darme cuenta del paso del tiempo está termino.
Comencé a caminar hacia el jardín, ese era mi lugar favorito, un lugar donde iba a despejar mi mente, donde me sentía libre. Cuando llegue quede maravillada como todas las veces que venía aquí, me senté en el pasto a esperar a aquel muchacho. Solo pasaron unos minutos hasta que el llego, ahora que lo veía con detenimiento me di cuenta que era guapo.
Muy guapo.
Ahí estaba frente a mi, tenia puesto unos pantalones negros ajustados, un polo blanco que le quedaba suelto, y unos hermosos timberlands color beige, verlo era casi tan maravilloso como ver el cielo desde este jardín.
- Hola - dijo, se veía un poco cansado - disculpa la demora.
- No te preocupes - reí y ví la hora - solo te pasaste un minuto, no es para tanto - sonreí.
- Un minuto es un minuto - se comenzó a acercar - toma aquí tienes - me extendió mi celular.
- Gracias - sonreí y le extendi su celular - aquí está el tuyo.
- Gracias - sonrió
- Bueno - me levanté - creo que eso sería todo, adiós - comencé a caminar.
- Espera - me detuvo.
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Hermosa Coincidencia
Romance"...eres mi mejor historia, la más hermosa coincidencia..."