En un país muy lejano, hace ya mucho tiempo claro esta, vivían un rey y una reina apartados por completo de reinos más grandes, los reinos con lo que se relacionaban eran pequeños.
Y hace ya tantos años el Rey Asmodeus junto con su esposa anhelaban gustosos un hijo, o una hija.
Ese deseo se les cumplió, con la llegada de aquel niño..
Auqel niño de ojos bicolor, al cual decidieron llamar Magnus Bane, en honor a un gran hechicero que dio la vida por amor, un hechicero que era simplemente mágico.Y eso querían para el niño, una historia de amor, e incluso su llegada fue tan mágica que no dudaron el nombre.
Era tanto el regocijo de los reyes que no importaba la clase, ellos hicieron una fiesta, llena de comida, regalos y gente.
Todo aquel habitante de Edom merecía conocer al muy joven príncipe.
Justamente ahí es donde comienza nuestro cuento.
Con esa fiesta.
-Estas seguro que no la invitaste ¿cierto? - la reina estaba tan nerviosa que no sabía que hacer.
Esa maldita bruja le había causado tanto daño al reino cuando ellos aún eran jóvenes.
-No estoy loco amor mío... Ella no esta invitada - Dijo el Rey Asmodeus con cierta felicidad, aunque esa felicidad tapaba algo más.
Una duda.
Uno de los soldados dijo que había visto huellas cerca del palacio, huellas de maléfica.
Pero eso no podía ser, no iban a arruinar un día tan felices para ellos, nada como el bautizo de aquella criatura que iban a querer toda la vida.
Entonces...
-¿Pero por que tengo que ir yo? Padre... Isabelle es una chica, ella debería de ir - Aquel pequeño de ojos azules que ahora parecían tan molestos era Alexander Lightwood.
-Isabelle no es mi primogénito, aparte solo sería una alianza, podrían ser como hermanos ¿no crees? - Robert Lightwood llevaría a su hijo a esa fiesta de pueblo vecino aunque fuera lo último que hiciera, ¿era tan difícil entenderlo?
-¿Y si nos tenemos que casar? - el pequeño Alexander de 6 años de edad, pensaba que el matrimonio significaba tener hijos.
-Lo veremos en su momento Alexander.
Puedes subir ahora al carruaje ¿si? - Robert no tenía ni siquiera fuerzas para regañar lo o decirle algo, no era algo que pudiera hacerlo entender a alguien tan pequeño.En palacio...
Le dieron la bienvenida entre cornetas y tambores al amigo del Rey Asmodeus, el amigo de toda una vida... El Rey Robert y a su primogénito.
Ambos venían vestidos de un azul rojizo que hacía que sus teses tan blancas resaltará, como si el hecho de que ese día la luz supiera donde ponerse para resaltar cada pequeño detalle.
-Hermano... - se abrazaron él uno al otro, porque hacía tiempo no se había visto.
Ambos deberían proteger sus reinos de la malvada Camille, aquella reina maldita que quería destruir sus pueblos y solo ambos reyes sabían el porqué.
Eran tan amigo que ellos acordaron sin importar que sus primogénitos estarían juntos, porque así se unirían dos dinastías enormes.
Aunque sus pueblos eran pequeños y llenos de riquezas no interactuaban con el mundo, así que no se les hizo extraño el hecho de que dos reyes estuvieran en sucesión.
Y así fue como el pequeño Alexander dio el primer regalo a su prometido, un collar, que traía sólo una A barnizado de azul, también le regalo una mirada de extrañeza.
Pues... ¿Sus ojos eran de dos colores? Parecían de un gato, sin saberlo eso fue lo que más le había gustado a aquel pequeño.
Continuará...
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Eres tú [ADAPTACIÓN]
FanfictionSi una reina malvada te maldice, lo mejor es irse. ¿Qué pasa si solo eres un bebé? De alguna manera sale bien tu vida, no recuerdas nada d ellos primeros meses de vida. Pero... ¿Unos ojos azules si?