Pecaminosa Tentación (YAOI-R18)

Capítulo 3

—¿Cariño, te sientes bien? —le pregunto Ellen a su esposo quien se encontraba extrañamente silencioso, su comportamiento no era el de siempre, podía notársele inquieto y algo decaído—. ¿Paso algo en el trabajo?

Theo en su mente no podía dejar de darle vueltas a lo ocurrido con su jefe, aun le costaba creerse que hubiera aceptado hacer algo tan bajo como permitir que alguien lo volviera su juguete, sin embargo, al mismo tiempo luchaba por mantener en su mente la afirmación que todo era por poder proteger a la persona que más amaba, por ella estaba dispuesto a hacer cualquier cosa—. No es nada, solo estoy algo cansado.

Al llegar a su zona de trabajo Theo fue recibido por sus compañeros quienes le preguntaron si se encontraba bien, para todos era evidente que algo le ocurría, no se estaba comportando como normalmente lo hacía, aquello era fácil notarlo con solo verlo, el rostro de Theo de siempre mostrarse invadido por la tranquilidad ahora parecía encontrarse sumido en un aura distinta, como preocupada. Theo en cierta forma logro mantener su compostura y convencer a todos que no le ocurría nada, y que su estado se debía al cansancio, dicha respuesta en un principio fue puesta en duda, pero finalmente fue aceptada por una mayoría.

Durante parte del día pese a mantenerse ocupado con su trabajo Theo no podía evitar sentirse inquieto, su mirada en ocasiones se desviaba a la puerta, cada vez que alguien se levantaba de su sitio lo hacían inquietarse y si llegaban a sonar los altavoces le era imposible no asustarse. Aquella situación se prolongo hasta el almuerzo, mientras todos comían a la cafetería ingreso la secretaria de Keith para pedirle a Theo presentarse en la oficina principal de inmediato. Dejando el lugar Theo con pasos temerosos fue dirigiéndose hacia donde le habían pedido, una vez estuvo frente a la puerta espero recibir el permiso para entrar.

—¿M-me llamo?

Keith al escuchar la voz de Theo aparto su vista de los papeles que se encontraba leyendo y contemplo a su empleado quien claramente aun no conseguía recomponerse del shock recibido el día anterior—. Solo estaba preocupado por mi pequeño "conejito" —Theo ante el tono que había usado Keith no pudo evitar tensarse aún más, y sintió como su respiración comenzaba a entre cortarse cuando lo vio caminar hasta quedar frente a él—. Tranquilo, para el tigre aun no es la hora de comer, cuando hayas terminado tu turno deberás venir aquí nuevamente, ¿entendido?

—S-sí, señor...

—Puedes retirarte.

Estando devuelta en su escritorio Theo no tardo en ponerse a rezar por que el tiempo transcurriera lentamente, centrando toda su atención en su trabajo pudo alejar todos sus pensamientos entorno a su junta con Keith, solo cuando ocupaba su mente en algo conseguía alejarse de las preocupaciones. Entrada la noche y una vez todos sus compañeros se fueron Theo se dirigió a la oficina de Keith quien ya se encontraba esperándolo.

—Desnúdate.

—¿P-perdón?

—Ya me escuchaste. Desnúdate. Es una orden.

Theo no pudiendo comprender en lo más mínimo a su jefe acato la orden que le había dado, con vergüenza poco a poco fue despojándose de sus ropas dejando cada rincón de su cuerpo expuesto a la vista que Keith quien se encontraba disfrutando del espectáculo, Theo sabiendo los gustos de su jefe intentaba en lo posible no mirarlo a los ojos al tiempo que cubría su parte baja con sus manos.

—Siéntate en el sofá.

Como si de un perro se tratase Theo continúo acatando las ordenes que Keith le daba, estando sentado en el fino sofá aterciopelado seguía sin mirar a su jefe a los ojos, era como si su cuerpo mismo le dijera que no cruzara su mirada con la de aquel hombre. Un silencio reino en la gigante habitación, Keith contemplando a su empleado pensaba cual seria su siguiente movimiento, no tenia prisas por dictar su próxima orden, disponía de todo el tiempo que deseara para divertirse y tenia grandes intenciones de aprovecharlo.