Silencioso se presta el día, rutinario y destrozado,
El sonido de los ciegos se hacen ver en el ocaso,
Ciegos tristes, que mueren por ver la belleza de tus labios.Mi ignorancia se hace escuchar, mi razón se desploma pensando,
El ocaso suele traer aroma a nostalgia, apareciendo en las memorias de los desdichados,
El ocaso es ruido silencioso, pero se hace escuchar a los lejos.El ocaso se despide de la memoria, se marcha triste y apagado,
Para el, no fue un día cualquiera, el aprecia con nostalgia a los días perdidos.Renace candente y se despide apagado,
Se marcha con las historias del ayer, me mira y llora al ver el pesar de mis ojos.El ocaso suele rendirle culto a la melancolía, pues la ama.
Enamorado de un pasado perdido, y esperando lo mismo el día de mañana.Ocaso destinado a ser despedido, ilusionado en volver mañana,
Triste ocaso, vete tranquilo; que el día de mañana yo te seguiré esperando.Las montañas se resignan a olvidarte, y él mañana se hace prometedor,
Adiós ocaso, Te digo adiós.