Rojo sangre

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Louis caminaba lento, como sin prisa, como quien tiene tiempo que perder, como a quien en verdad no le importa la noche, una oscura, seca de estrellas que iluminen siquiera algo de lo que él creía ser asfalto bajo sus pies, unos pies duros y temblorosos por que el frío no perdonaba y lo sabía, era una materia aprendida que todo Doncaster debía saber y ya no sentia, no podía darse ese lujo de sentir algo en el cuerpo, aunque quisiera, porque ya no respondía a un cuerpo que crujia, vagamente cerrando la chaqueta que poco tapaba.
Y aún así siguió su andar. Inmune a las tantas charlas que los mas viejos procuraban plantar en su oidos jovenes, ajeno a la preocupacion de una madre que —seguramente— miraba la hora en un reloj de mano, que pregunta y pide por el hijo que parió , rezando a un dios inexistente por la simple razón de que el reloj de pared macarcaba las pasadas doce de la noche. Tiempo, uno que ahora parecía sobrarle. Pero nada temía, a nadie le aria frente aquélla noche por que —inutil—seria la palabra para encarar una pregunta simple "¿Porqué?" . Símplemente no podian. No temia, a nadie mas que a él mismo. Ni siquiera a esos sujetos que lo veían venir, en seco agolpandose en las alcantarillas de una esquina, fumandose la vida entera esperando pacientes a que un idiota, decidiera volver a casa, solo.

El viento soplaba en su contra y sintió sí aquel llamado animal de sentir el peligro, aquel peligro de dos cuerpos acercandose poco a poco entre las pobres farolas que vieron pasar ya su tiempo de oro. Agachó la cabeza esperanzado de no tener que diliar con nadie, pero aquel nadie lo tomó por el brazo, por que aquellas personas no lo conocían y solo aparecían para una cosa y esa era Louis, un simple robo, quizas.
Entonces pidió

—Por favor— su voz era gasa suave y chirriante, pero sin temor. Pidió otra vez, esperanzado entonces en que las dos figuras que ya lo rodeaban no buscaran agrandar la situación. Por que no quería. Pero no parecían ceder a una simple sumplica, en cambio pareció divertiles, verlo débil, expuesto, bonito.  El hombre frente a él lo empujó, dando su espalda contra el otro sujeto.

—¿Ves esto?— el brillante filo de una nabaja recien afilada. Olor, un olor a cerveza y marihuana salian de una boca excasa de dientes sanos de un hombre que impaciente pedía miedo, uno que Louis quería tener. 

El otro sujeto lo rodeó con ambos brazos y susurró muy cerca de su oido;

—Hola pequeño— aspiró el suabe perfume de su cuello— hueles bien—

—Sueltame— un agrio cosquilleo comenzó a tocarle la garganta— tomen mi teléfono, es lo unico que tengo— quería terminar con aquello

La falta de gose los puso molestos

—Dime una cosa—El hombre frente a él se acercó dos pasos, sacudiendo la navaja— ¿Quién te crees que eres para decirnos que hacer? quizás, quizás solo queremos matarte. ¿Lo habías pensado? No, claro que no. Puedo violarte, aquí mismo, o en la oscuridad de un sucio callejon por el simple echo de quererlo. Y tú no podras dictaminar mas nada cuando clave a mi linda amiga dentro de ti— con la punta afilada trazó un camino de su estomago a su cuelo y de vuelta

El que lo sujetaba lo tomó por los cabellos dejando su cuello expueso. Seria simple corte, solo necesitaban un simple movimiento de mano y que acabarían con su vida,pero no paso, quello no podía pasar. Por que cuando el arma blanca se deslizó con placer por su anatomía aquella misma se quebró en dos partes.

El de dientes podridos abrió sus ojos y retrocedió dos pasos, asutado. Entonces Louis  propinó un golpe seco en el estómago de su captor y este lo liberó. Lo vio retorcerse en el suelo, como si el golpe fuese sido dado por un elefante. Respiró ondo, sintiendo una culpa picando su nuca, odio y enojo tambien.

—Yo, yo— Temblaba—¡No se acerquen a mi!— gritó ahora histérico, mirando hacía todas direcciones—

—¡Oigan!— una voz ajena se escuchó en el horizonte. Giró con curiosidad. Lo vio correr hacia ellos— ¡Dejen al niño tranquilo!— su voz sonaba mas ronca a medida que se acercaba.
No lo habia olido, tampoco sentio llegar, pero ahí estaba. Era alto, mas que Louis.

Continuará..

One Shot LSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora