Un día desperté, y estaba así.
Rota.
No entendía este sentimiento que crecía y crecía dentro de mi cabeza y no me dejaba tranquila.
Cada ves que me miro al espejo me siento tonta, fea, y vulnerable.
Me sentía como si tuviera 5 años y como si escapara de un mounstro, pero la diferencia es que el mounstro son mis pensamientos, y ahora no puedo escapar....
Sentía mis alas rotas, no me sentía capaz de volar y escapar de estos pensamientos.
Cada vez que hablaba siempre salía alguna lágrima, llore tanto que me dolían los ojos, pero ni yo entendía mi llanto.
Me encerré en mis pensamientos y decidí fingir, poner una sonrisa y fingir que todo estaba bien, pero esa sonrisa era vacía y no había nada dentro de ella.