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Tinkerbell, una hada artesana muy talentosa, amante de lo desconocido y lo nuevo, lo prohibido ... A pesar de lo mucho que puedas tardarte en negarle las cosas, siempre verá la forma de cómo realizarlas, aunque eso conlleve enormes sacrificios. Pero a pesar de eso, todos sabemos que aquella hadita, tiene un enorme corazón, ya sea para todas sus amigas, Terence y ... ¿Quizás alguien más?

- Bien Terence, debo irme o Hada Mary se enfadará - La pequeña hada rubia se despidió dándole un enorme beso en la mejilla.

- Si, no olvides venir más al rato - Añadió con sensualidad el guardián del polvillo - Te tengo una gran sorpresa ¡No querrás perdertela!

- ¡Ayyy! ¡Dime que es! No soportare la curiosidad - Hizo berrinche la artesana moviendo con intensidad sus alas.

- No, tendrás que esperar - El rubio empujó con suavidad a su novia hacia la salida, la ansiosa hada solo pudo seguir haciendo berrinche - Te amo Tink ... - Éste fue interrumpido por la rubia quien plantó un enorme beso en sus labios.

- Yo también Terence ... - Dijo por último para salir volando de ahí en dirección al Rincón del Artesano.

- Hola  Bella- Bell - Saludó en un susurro Bobble siendo regañado por la Artesana superiora, Hada Mary.

- H-Hola - Contestó con cierto temor al ver la furiosa mirada de Mary sobre ella.

- ¡Tinkerbell! ¿Qué horas son estas de llegar? - Le gritó dejando caer su lista.

- Amm ... Lo siento Hada Mary ... yo ... - La pobre se quebró la cabeza en pensar una buena escusa, una muy buena que pudiese encubrila de haber pasado bastante tiempo con su novio - Es que yo ... ¡Hice una carreta muy grande para traer cosas perdidas de inmenso tamaño! - Un sudor frío le recorrió la frente. Hada Mary levantó una ceja no muy convencida.

- ¿A si? ¿Y dónde esta esa dichosa carreta? - A Tinkerbell se le acababan las escusas y solo pudo mirar con temor a su amigo el artesano de gafas.

- Ah ... Bella- digo, Tinkerbell dejó la carreta en la playa para abastecerse de cosas perdidas y traerlas aquí, Hada Mary - Habló ingeniosamente sacando a su amiga de serios problemas.

- Ammm ... Pero yo nunca pedí una carreta - Comentó con burla la hada regordeta

- Esto ... yo ... ¡Si no me crees, Hada Mary, puedo traerla ahora mismo!

- Bien, solo largo de aquí ¡Y hay de ti si no traes suficientes cosas perdidas! ¿Eh, muchachita? - Amenazó con sus manos, Mary.

Atormentada, Tinkerbell salió volando enseguida de ahí para ir directo hacia la playa, la pobre ahora tenia dos problemas, debía construir una carreta enorme, tendría que encontrar bastantes cosas perdidas y tenia que llevarla de nuevo hacia el Rincón del Artesano ... ellas sola ... y todo por mentir y bien merecido se lo tenia.

Tinkerbell arrastró con pereza los pies bajo la blanca arena.

- Ah ... - Se quejó sentándose con desgana en el suelo, saco de su bolsillo un rollo y lápiz para comenzar a trazar el diseño de la carreta, dibujó curvas, patas, lineas, ruedas, todo lo necesario para construirla. - Bien ... terminé el diseño, ahora me queda construirla, tendré que hacer con las mismas cosas perdidas que encuentre por aquí, ¡Que tonta, e olvidado mis herramientas!

Maldijo la rubia dirigiendo sus azules ojos a todo su verduzco alrededor, caminó bajo las hojas y rocas, donde por fin encontró un botón gigante, lo suficiente como para servirle de rueda. Siguió y siguió caminando hasta chocó con una enorme bola rojiza de pelos.

- ¡Ahh! - Grito asustada alejándose volando, se acercó un poco y no creyó lo que veía, se talló los ojos con fuerza para cerciorarse de que no alucinaba, pero no, había un enorme niño dormido sobre la arena - E-Es un niño .... como los que hay en Tierra firme ...

Mientras cerca de la casa de Tinkerbell, se encontraba el guardián del polvillo acomodando una mesa junto a dos pequeñas sillitas.

- Terence - Llamó su atención la Hada del jardín junto con la de los animales. - Abrí los tulipanes más coloridos para vuestra velada ¡Qué romantico!

- Y yo ya tengo preparados a los grillos para que toquen una hermosa melodía - El rubio no pudo sentirse más apoyado.

- Gracias Fawn, igual a ti Rosetta, no se que haría sin ustedes.

- No hay porque agradecer, Terence, queremos que ustedes se las pasen muy bien - Contestó la hada de los animales. - Iridessa está preparando todo para el arco iris lunar y Vidia esta practicando una brisa suave para abrir los tulipanes.

- Genial, gracias chicas - Las abrazó amistosamente -Espero y Tink no se demoré demasiado ...

Lo que el guardián del polvillo no sabia, es que su amada encontró algo en verdad fascinante y difícilmente le dejará, cosa que hará dañar su relación ¿Sera posible?

Amor del polvilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora