¡HOLA! parece que no puedes dormir. Entonces aquí un cuento para que puedas dormir tranquilamente.
Todo pasa en la recamara de la pequeña Isabela, como cada noche hacia que su padre o su madre revisara debajo de su cama ya que cada noche algo monstruoso salia de ella y la atormentaba al punto de que terminaba durmiendo con sus padres en las madrugadas.
su padre echo un vistazo debajo de la cama y no vio nada, así que Isabela como siempre pedía dormir con ellos y así no los despertaría en la madrugada, a lo que su padre le contestaba que "NO, ya que estaba lo suficientemente grande como para dormir sola y que los monstruos no existían y que debía dormir" resignada con la respuesta se propuso a dormir.
A las siguientes horas cuando todos ya se encontraban durmiendo, ruidos extraños empezaron a escucharse debajo de la cama de Isabela, haciendo que ella se despertara asustada; escondiéndose bajo sus sabanas, empezó a escuchar que alguien o algo le hablaba con una espeluznante voz que provenía debajo de su cama, pero esta vez podía sentir como golpeaba su cama intentando buscarla, encogiendo sus piernas y pegándose a su cabecera a unos segundo de gritar, sus sabanas fueron levantadas con brusquedad, mostrándola y dejándola desprotegida, siendo la única acción de Isabela tapándose la boca y cerrando los ojos, teniendo un único pensamiento que se la comerían, pasando unos minuto los cuales no paso nada decidió abrir los ojos pero no se podía ver nada, ni nadie en su habitación solo se encontraba sus sabanas en el piso, tenia tanto miedo de bajar a buscarlas que permaneció sin ellas un rato hasta quedar dormida por un breve tiempo. Isabela sintió una pesada respiración cerca de su cuello haciendo que se despertara de golpe, volviendo a ver por todo su habitación y no se veía nada extraño, pensando que todo era su imaginación y que en ese instante ya dejaba de creer en los monstruos.
Tomo un bocado de aire y se dijo a si misma: "soy valiente y los monstruos no existen", al bajar su pierna derecho con nervios, bajo su pierna izquierdo; respiro hondo y camino hacia su sabana. Al levantarla pudo sentir que alguien la veía desde la oscuridad, trago saliva y camino hacia su cama, entre mas se acercaba a ella, mas nervios y miedo tenia, haciendo que de un salto llegara hacia ella, pero no contó con que una esquina de su sabana quedara abajo.
Isabela se estaba ya se estaba acomodando para volver a dormir, cuando de pronto empezó a sentir como de nuevo empezaban a jalarle la sabana, pero esta vez una mano se metía debajo de ella, sin dudar empezó a dar pequeños gritos, haciendo que ella quedara otra vez sin taparse; de nuevo quedo en la cabecera de su cama siendo que por su peso la cama empezó a moverse haciendo que la cama se separara de la pared. la cabecera y la cama tenían una separación de unos 10 cm, pero Isabela no se había dado cuenta de eso, cuando estaba a punto de gritarle a sus padre para que fueran a ayudarla, el monstruo se encontraba detrás de ella tapándole la boca, entre mas intentaba gritar, su sonrisa escalofriante se hacia mas grande dejando ver sus afilados y filosos colmillos.
Isabela no podía moverse ni quisiera gritar, lo único que podía hacer era llorar y pensar en que comento seria devorada. él al ver como lloraba Isabela se carcajeaba por la expresión de su rostro, se acerco al oído la niña y le dijo: "Esta noche casi me convences de que ya no me tenias miedo -carcajada sinica- pero veo que no, tu miedo a hecho que tu aroma se hiciera irresistible y tu carne mas jugosa, esta es mejor noche para ambos , ¿no lo crees? jajajaja esta vez tus padres no vendrán a rescatarte como las otras noches". Eso fue lo único que le dijo antes de ser devorada.
A la mañana la madre de Isabela fue a despertarla y al entrar a la habitación de la niña, lo que vio fue una horrible escena donde se veía todas las paredes llenas de sangre, marcas en el piso que se dirigían hacia la cama y lo que vio hizo que gritara tan fuerte que hizo que su esposo subiera a ver que es lo que había pasado, debajo de la cama se encontraba Isabela ensangrentada de pies a cabeza y con un gran hueco en su pecho, al sacarla de bajo de esta se percataron que había algo escrito en la sabana de Isabela lo que decía era lo siguiente:
"DEBIERON HABERLE CREÍDO A SU HIJA
YO EXISTO"
p.d. Estoy debajo de todas las camas esperando al niñx perfecto para comerme al igual que Isabela, así que si conoces a alguien que dice que me a visto es porque quizás sea el siguiente en comerme y espero a que su miedo se concentre y tenga un sabor mas exquisito igual o mejor que el de Isabela.
Estoy debajo de la tuya ahora mismo, mientras lees esto. Asómate y salúdame no seas mal educado.
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jajajajajajajaja espero y con este pequeño cuento puedas dormir jajajajajaja
