EPIPHANY + bts

2

I

—¿Por qué caminas tan rápido linda, se te van a salir los pedos?

—¡Jimin, qué asco!—solté indignada—¿Por qué me persigues?

—Yo no te estoy persiguiendo nena, lo estás haciendo tú.

—¿Eh?

Y sí, me di cuenta de que yo lo estaba haciendo. No conocía para nada a la escuela y de manera inconsciente lo más inteligente que pude hacer fue seguir a Park Jimin.

—Eh, sí. Mira, no te ilusiones, sólo no sabía a donde ir—aclaré.

—¿Qué no ves el cartel gigante que hay el mitad de aquella pared?—señaló obvio aquel sector del pasillo.

Quise golpear mi cabeza ante un casillero por haber creado esa excusa tanto torpe.

—¿Ya lo admitirás?

—¿Admitir qué?—pregunté confusa.

—Que le estabas mirando el trasero a Jeongguk...

—¡Jimin!

II

Me dirigí lo más rápido posible a el salón correspondiente, quedaban sólo tres minutos y no recordaba aún dónde queda el salón 4B.
Me arrepiento un montón de haber comido tan lento. ¡Ah, pero esos rollos de huevo estaban como para morirse!

—Namjoon, te he dicho que no utilizaré de esos, por mucho que los necesite—reconocí la aguda voz de Jimin en el pasillo. Lo más lógico que hice fue esconderme en el espacio que había entre los casilleros y el salón 1A.

—Necesitamos ganar esa competencia Jimin, y tú más que yo lo sabes. ¡Hemos estado intentando ganar hace ya tres años!—se exasperó el moreno.

—¿¡Qué acaso no recuerdas lo que le pasó a Hoseo-!?

—Ni lo menciones—susurró enojado—tú, yo y todo el equipo sabemos dónde está él.

—¿Crees que me sigo creyendo la mierda de que se fue en un viaje para un mejor futuro?—utilizó sus índices y corazón para hacer las comillas—¡Hoseok está enterrado tres metros bajo tierra en tu puto patio, Namjoon!

—Baja la voz, Park Jimin—Alzó su cabeza enojado—Si no vas a colaborar  con el equipo y con la responsabilidad que tenemos, te recomiendo que mantengas tu sucia boca cerrada—.
Le entregó la cajita en la mano y luego se retiró.

Jimin enojado miro la caja y las metió en su chaqueta deportiva. Y dirigió su mirada hacía mi.

Él y yo sabíamos que me había visto.

III

Me apresuré a recoger el único cuaderno que había traído y los pocos lápices que tenía. Deje en mi casillero los libros que me dieron hoy y cerré con delicadeza.
No había visto a Jimin después de el almuerzo, hace prácticamente dos horas. Pero no me preocupe, no conocía para nada a Jimin y no había razón entonces por la cual hacerlo.

Me dirigí hacía la salida lo más rápido que pude, en cuatro minutos pasaba el autobús que me dejaba a varias cuadras de mi casa, y tenía muchos trabajos que presentar. Iba concentrada, haciendo una lista mental de lo que debía hacer, hasta que lo vi.
Se veía igual de perfecto que esta mañana, me preguntaba entonces, cómo se veía tan perfecto incluso acomodando su cabello.
Me fijé que llevaba la misma chaqueta que Jimin había tenido en todo el día, entonces comprendí que aquel joven misterioso era parte del club deportivo de la institución.
¿Cómo pude ser tan despistada y no haberme dado cuenta de qué Jimin era de su club, y probablemente su amigo? ¿Y si ya le había dicho lo que dije de su trasero? ¡Ay Dios, no!

Sentí un empujón y volví a la realidad. Me había quedado en la mitad ¡Otra vez!. Acomode mi bolso en el hombro y fijé mi mirada en Jeongguk.

Este volteó y me saludo con su mano derecha y yo sonreí como la tonta que era. Me mostró su linda dentadura y regresó a lo que estaba haciendo.

IV

—¡Llegué!—grité alto mientras dejaba los zapatos en la caja que estaba en el recibidor.

—¿Ya estás en casa?—respondió mi madre de lo que aparentemente era la sala.

—Sí, temprano. Así como me dijiste.

—¡Qué hija tan obediente tengo! Ven acompañame a la sala.

¿Obediente? Yo no quería ser obediente...

—¿Cómo te fue hoy, Hye?—interrogó curiosa.

—Supongo que bien, la escuela es bastante grande.

—¿Y ya hiciste amigos?

Pensé entonces en Jimin, ¿era Jimin mi amigo? ¿me consideraba acaso él a mi como su amiga?

¿Y esa mirada perdida, hija?—continuó—¿Es qué acaso no hiciste?

—N-no... bueno, yo s-sí—tartamudeé.

El teléfono fijo de la casa sonó, interrumpiendo nuestra conversación.

—Hablamos más tarde hija. Baja más tarde para poner la mesa cuando llegue tu papá con tu hermano ¿de acuerdo?

—Sí...

Mientras recogía mi bolso pensé en la conversación que había tenido Jimin con el moreno está tarde. ¿Qué era aquella caja que le estaba entregando a Jimin? ¿Quién era entonces Hoseok?
Decidí no dar más vueltas y me acomode en mi cama mientras desabrochaba el botón de la cintura.
Pero me era inevitable no pensar. Hasta que un click hizo en mi cabeza. Si Jimin y Jeongguk eran del mismo club, al igual que el moreno, entonces el trío tenía que saber de Hoseok. Entonces Jeongguk tenía que saber de Hoseok.
Aparentemente este pueblo no es tan limpio, pensé.

El celular que tenía debajo de mi espalda había vibrado por tercera vez desde que lo prendí, entonces decidí revisarlo.

Un nuevo mensaje
de +82 480163293

+82 480163293
Alejate de Park Jimin.

Sentí entonces que mi vida corría peligro. Y Park Jimin sería el culpable de tal adrenalina.