Un viernes de locos
Leo San Juan y Kubo iban de camino a un hotel de lujo en Acapulco, Guerrero a petición de Leo, sin el consentimiento de Kubo, lo que ocasionó que Kubo se molestara un poco, más no del todo. Leo había planeado eso porque había estado casi un mes sin su japonesito, así que organizó aquello.
Leo había pedido a su hermano Nando que le prestase su camioneta a lo cual Nando accedió. Cuando estaban a un poco más de la mitad del camino para llegar al hotel cinco estrellas hubo un problema, la camioneta no siguió el camino y se detuvo, por más que Leo intento hacer todo lo posible para que arrancará de nuevo, fue en vano. Eso comenzó a irritar a Kubo.
El ya antes nombrado fue el primero en bajar de aquella camioneta, al mismo tiempo en el que azotaban aquella puerta con notoria molestia.
-Pinche Leo... ¡Pinche Leo!, ¡TE LO DIJE!, "rivisi il cichi intis di vinir", ¡Esa ni tú te la creíste!- dijo Kubo cruzando sus brazos junto con una mueca de fastidio.
-Pinches Nando, ¡ME DIJO QUE SERVIA A LA PERFECCIÓN!- dijo Leo pateando aquella "carcacha"- ¡PINCHE NANDO!
-Ha ha, y tú fuiste de "baka" a creerle-dijo Kubo con notorio sarcasmo en su voz-ahora por tu ignorancia estamos aquí, varados en la nada.
-Mira Kubo, te estás pasando de pinche lanza, no me provoques.
-¡Uy, si mira que miedo tengo!- dijo Kubo viendo que tanto lograba irritar a San Juan
-¿Sabes Kubo?, hay varias cosas que me MOLESTAN de ti, pero en especial TRES-comenzó a contar cada palabra que salía de su boca con ayuda de sus dedos-1.Te irritar por cualquier cosa, 2.Te tomas todo en serio y 3. ¡NO SABES DIFERENCIAR LA REALIDAD DE LA FANTASÍA!
Las últimas palabras de San Juan hirieron a Kubo solo un poco, pero ocasionó que Kubo se convirtiese en una "Bomba de tiempo", Leo ya lo había hecho llegar a su límite y no iba a medir lo que dijera. Mala decisión la de San Juan.
-Ha ha ha, ¡Mira quién lo dice!, ¡EL QUE CREE QUE PUEDE HABLAR CON FANTASMAS!
Ese fue un golpe muy bajo para Leo, así que comenzó a caminar para buscar ayuda, una grúa para ser exactos.
En el trayecto de lo que faltaba para llegar a aquel hotel cinco estrellas, ninguno se dirigió mirada alguna, palabra alguna o siquiera un gesto... Todo fue un silencio incómodo.
Al llegar a la recepción del hotel, la encargada vio que aquella pareja estaba ardiendo en furia literalmente, así que optó por solo darles la llave y que fueran a su habitación, tal vez solo necesitaban descansar... tal vez. La encargada recordó cuando Leo había ido a reservar aquella habitación en el hotel, así que como vio que él amaba de verdad a su pareja y lo más probable es que su pareja también, decidió crear una pócima para ver si se amaban de verdad o no, su plan consistía en hacer que cambiarán de cuerpo.
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Aquella chica se encontraba fuera de la habitación de aquella pareja, pensando en si dárselas o no, pero optó por que si les daría la pócima en forma de bebida; sin más toco la puerta y Kubo fue quien abrió la puerta.
-¡Ho-Hola!, soy una de las tantas encargadas y... venía a darles esta bebida como bienvenida y cortesía por parte del hotel- y extendió aquella botella hacia las manos de Kubo para que la tomará entre sus manos.
-¡Oh, gracias!- y recibió aquella botella-
-¡Que disfruten su estancia en el hotel!- y sin más la chica partió de aquel lugar.
Kubo miro por un momento la botella y se le ocurrió una idea, hacerle una cena como disculpa a Leo, ya que este se encontraba nadando en la piscina. Tardo muy poco tiempo en realizar una deliciosa cena con un florero en el centro, velas, aquella bebida, esperaba que realmente eso pudiese compensar todo lo que le dijo a Leo.
El ya antes nombrado llegó con una toalla colgando de su cuello y quedo perplejo con lo que se encontraba en la mesa y prosiguió a ver al chico japonés con una gran sonrisa dirigida a él.
-Kubo... ¿Qué es todo esto?- pregunto asombrado el mexicano.
-Oh, pues.... Una cena para disculparme por mi comportamiento de hace unas horas... siento mucho haberte dicho esas cosas horrendas-bajo su cabeza mirando algún punto inexistente en el piso.
-Kubo...-y el mexicano camino unos pasos hasta quedar frente al asiático levantando su cara-Kubo...perdóname tu a mí, no debí decirte eso- y unió sus labios con los ajenos en un cálido beso que fue correspondido.
-Bueno...siéntate, te serviré de lo que preparé-y Kubo se dirigió hacia la cocina.
Leo vio aquella "bebida" junto a unas copas y decidió verter un poco de ese líquido en cada copa.
Kubo llego y le dio su plato correspondiente a Leo y uno a él. San Juan le dio su copa a Kubo y una se la quedo él.
-Brindemos Kubo, por nosotros-dijo levantando aquella copa
-He, por nosotros- y chocaron ambas copas para posteriormente tomar el contenido de cada copa.
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Después de aquella cena, ambos fueron a dormir juntos. Mientras cada uno dormía, una tormenta iba aproximándose.
Al día siguiente el primero en levantarse fue "Leo", pero... quedo en shock al ver lo que estaba viendo.... ¡SE ESTABA VIENDO A SI MISMO!, froto sus ojos, pero nada cambiaba. Salió corriendo al baño para lavarse la cara para ver si "despertaba" pero al verse en el espejo... vio que era Kubo.
-¡Pero que ching- fue interrumpido por un grito de...¿Kubo?, salió corriendo para ver a su amado pero ambos estaban en shock.
Lo primero que vio fue a "Kubo" entre la sabana de la cama, temblando de pánico.
-L-¿Leo?, ¿Eres tú?- pregunto con su voz temblorosa.
-Si-Leo comenzó a acercarse a Kubo-¿Qué demonios paso?
-Eso es lo que yo me pregunto-
-Bueno y....¿Esta es la parte en la que gritamos?
-Si-empezó a respirar profundamente
-1-
-2-
-¡3!
-¡¡AHHHHHHHHHHH!!-
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Esta es mi aportación al distrito 8 en #Sevenday'skuban,espero que lo disfruten.
El distrito 8 les agradecería bastante si lo leen y votan.
»Se despide el distrito 8; ¡Cambio y Fuera!«
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•Cambio• Un viernes de locos
FanfictionEsta historia sera contada en dos partes. >Los personajes no son de mi autoridad< >En esta historia los personajes son mayores de 18+< >Colaboración para el distrito 8 "Las calaveritas"<