ORIGEN

capítulo 1- EN MARCHA

<<MEEEEEEEEEEP, MEEP MEEEP MEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEP>>

-¡Ya voy, YA VOOOOYYY! –otra vez ese estúpido timbre.

Me dirijo con poca rapidez hacia la puerta, me importa bien poco quien pueda llamar a estas horas de la madrugada. Al mover la tabla de madera que bloquea la entrada me encuentro con una eufórica y despeinada Kaira. En cuanto me ve se pone a hablar tan rápido que no la entiendo, como si fuera Rayo Mcqueen:

-Tío, tío, tío, tío. Lo que he encontrado en el parque. Joder, es una de esas cosas que hacen los artesanos y que venden en mercadillos cutres de barrio. Pero aún con todo es la hostia, y brilla... ¡JODER QUE SI BRILLA!

-Tía, Kaira, relájate y cuéntame más despacio y sin escupirme en la cara qué demonios es eso. Entra anda, que pareces una borracha toda despeinada. ¿Quieres café? –me mira con cara de haber mencionado al que no puede ser nombrado y entonces corrijo mi frase- Cierto, el café es para adultos y madurar para frutas, pero sigues pareciendo una borracha despeinada. ¿Quieres un neskuik? –y entonces sonríe satisfecha.

Entra en mi casa con sus zapatillas de deporte y deja la chaqueta en el perchero de la entrada

-Ya sabes las normas... -inmediatamente se quita las zapatillas marca-blanca que lleva y se pone unos de los 10 pares de zapas "paipor" (pa-i"r"-por casa) que tengo en la entrada. Este método es algo que les copié a los asiáticos, no tenía copyright ni derechos de autor, y básicamente es para que la gente no vaya dejando la mierda de las suelas de sus zapatos en el suelo de mi hermosa casa, modestia aparte. Además tampoco es muy complicado quitarte el calzado que lleves y ponerte uno de los pares de zapatillas robadas de hoteles que hay en la entrada. Incluso compré una silla únicamente con la intención de que te puedas sentar para apoyarte. Si es que soy un amor...

Voy a preparar el neskuik mientras ella se sienta en el sofá. En realidad no le debería llamar neskuik porque no lleva neskuik. Le hecho de una marca llamada Mañocao, que viene a ser lo mismo que el cola-cao pero de patria aragonesa. Me hace gracia porque en los botes de 500g pone que pesa "medio kilico" y en los de 950 pone "casi un kilico". Deberían ascender a la persona que pensó eso a presidenta (mejor que los que tenemos seguro). Acabo de prepararlos (una para mí, hombre, que hay que aprovechar que nos ponemos modo Arguiñano) y me dirijo al salón. Allí está Kaira bien acomodada ya en mi sofá y mirando la cajita.

-Bueno, a ver, desembucha. ¿Qué es esa cosa? ¿Y por qué te motivas tanto con ella? ¡¿Y por qué weas estás despierta a las 6:00?! ¡¿Y en mi casa?!

-A ver flipado, es obvio que un mindundi como tú no iba a saber reconocer la belleza de este objeto. ¡Ah!, y lo de estar despierta es para admirar las vistas de la calle sin pedazos de carne llamados "personas" deambulando por ahí (ella y su amor por la humanidad). Y en tu casa por joderte de madrugada ya. –hace una pequeña mueca de burla amistosa– Bueno, te explico... El caso es que esta es una de las cajas del saber que aparecen en las historias de "Las Siete Esencias". Y creo que ya te sabes el resto, porque imagino que habrás leído los libros, ¿verdad?

-Si, si montooones de veces pero... ¿puedes refrescarme la memoria? No por mí, sino por los lectores... –en realidad ni los he tocado.

-Pfff, mira que eres idiota. A ver, el título de la saga se refiere a las siete esencias que conforman la mente de un ser vivo, del cual no te puedo decir el nombre porque sé que me has mentido y que no los has leído y entonces es spoiler. Bueno, que vamos, que las cajas contienen piezas para resolver un enigma que envuelve la vida del ser vivo. Yyyyyy, ahí entramos nosotros.

A Kaira a veces se le va la olla pero a niveles insospechados. Creo que por eso es mi mejor amiga.

-¿Y qué quieres que hagamos con la caja? ¿La vendemos en una convención de frikis? Ahora que lo pienso, pagarían bastante bien por un accesorio de esa saga tan famosa...