Capitulo 4

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Al día siguiente me levanté con una buena resaca, me puse el bikini, cogí un libro al azar y baje a tomar el sol en la piscina. Estaban los chicos también por ahí jugando a la pelota, los saludé sin ganas y me sumergí en mi libro. No estaba de humor realmente, en cualquier momento podía estallar.

— Hola guapa, ¿Qué tal estás? – me saludó Melany con una sonrisa delicada.

— He tenido mejores días, tu ¿Qué tal? – le respondí con una sonrisa.

— Bien, oye te gustaría pasar la tarde conmigo, vamos de compras, charlamos y ya volvemos cuando hayan preparado los chicos la cena, ¿Qué te parece?

—  Perfecto, me voy a vestir y vuelvo.

Subí a mi habitación a prepararme, me hice un moño y me metí a la ducha. Me puse unos jeans blancos, un top azul y mis nike. Cogí mi cartera y bajé en busca de Melany. Fuimos andando hasta el centro comercial, estaba a dos manzanas de casa y así me enseñaba también un poco más California, era preciosa.

Lo primero que hicimos fue entrar a una tienda de vestidos, en busca de alguno especial para cuando llegue el día de mi cumpleaños. Miraba y miraba y ninguno me gustaba, hasta que encontré el perfecto, negro básico, con la espalda abierta, era realmente precioso asique me lo lleve. Seguidamente entramos en más tiendas, y de cada una de ellas salimos con dos bolsas llenas de ropa.

Entramos en una joyería, Melany me dijo que quería comprarle algo bonito a mi hermano, que pronto harían un año de novios y no sabía que comprarle. Vimos anillos, collares y pulseras, ninguno nos convencía, hasta que me pare en seco. Un anillo de plata con la cabeza de un león, era precioso y sabía que a mi hermano le iba a encantar así que lo compró. También fuimos al Starbucks, mi cafetería favorita. Me pedí lo de siempre y nos sentamos en la terraza a charlar. Le ofrecí un cigarro encendiéndome yo otro.

— Bueno, y ¿me vas a contar qué es lo que pasó ayer? – me pregunto

— Pues a ver, Luke, Luke es el amor de mi infancia y por el que sigo locamente perdida. Yo claro pensaba que podía llegar a tener algo con él pero el otro día lo vi con esta chica, ayer lo volví a ver con esta chica y también iba pasada de copas y pues paso lo que pasó. - le contesté, suspirando aliviada porque por fin se lo había contado a alguien.

— A ver, no se si sabrás pero tu hermano antes de que vinieras a California, tuvo una charla con Luke y con Adam poniéndoles la regla de que ni se les ocurra intentar nada contigo porque eres su hermana. Luke no se que opinara de ti, pero veo como te mira muchas veces y yo creo que siente algo por ti.

— Me da realmente igual ya lo que sienta o no por mi, llevo toda la vida pillada por el y creo que me merezco algo mejor que un idiota como el sinceramente. Y cambiando de tema, quiero hacer una buena fiesta de mi cumple, queda justo un mes y no tengo nada pensado. ¿Me ayudarías a prepararla?

— ¡Claro! Estaría encantada, pero justo el mismo día tu hermano y yo cumplimos un año de novios y me gustaría que me ayudaras tú también en prepararle algo bonito para la hora de la comida, ya que la noche la reservaremos para ti.

— Perfecto, bueno, deberíamos irnos, los chicos nos estarán esperando para cenar. Y gracias, por hacerme olvidar un poco todo lo que me preocupaba.

La abrace. Me había sentado realmente mal lo de la regla que supuestamente había puesto mi hermano en la casa. Esta noche hablaría con él seriamente. Sabe perfectamente mis sentimientos hacia Luke, y no puede hacerme esto.

— Hola chicos – dijimos las dos al unísono riéndonos.

— Oye hermanito, antes de empezar a cenar... ¿Puedo hablar contigo un momento?

— Si, claro.

Lo aparte un poco de los demás.

— Me gustaría saber porque pusiste esa dichosa regla antes de que llegara yo — me crucé de brazos.

— Pues porque conozco a mis mejores amigos y los dos son muy idiotas con las chicas, hoy juegan con ellas, mañana pasan de ellas y así sucesivamente. Sé lo que sientes por Luke, y sé que todo lo que sucedió anoche también es por él, pero lo hice por eso, no quiero que te haga daño.

— Bueno, me convences pero la próxima vez háblalo conmigo antes de actuar – le pedí.

— Está hecho hermanita, y ahora vamos a cenar que me muero de hambre.

Nos sentamos todos a cenar, habían hecho macarrones a los cuatro quesos y les había salido delicioso. Estuvimos toda la cena charlando y riéndonos, de vez en cuando le echaba una miradita a Luke, y lo pillaba mirándome embobado, pero no le daba mucha importancia. Sabía que volver a caer en su trampa no me iba a hacer nada bien.

Una vida contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora