Capítulo veinte

113 7 2
                                    

Hunter

Doy otro sorbo a mi bebida bajo el sonrojo de Jamie, mi mano ha chocado con la suya alcanzando la suavidad de su piel en una caricia. Normalmente cuando tengo la atención de las chicas en mí me resulta algo irritante. Porque todas ellas están esperando que las lleve a mi casa ilusionadas con pasar de una charla amena a la comodidad de mi cama.

Sin embargo, ahí está Jamie. La manera en la que ha comenzado a mirarme es diferente. Su mirada me pone nervioso, porque me contempla como si intentase descifrar mis secretos, como si yo fuera la persona más interesante del mundo y eso es algo que realmente me gusta. Y yo no soy un experto en el tema, pero lo que siento por ella es un interés verdadero que me hace sentir un cosquilleo enorme.

—¿Con qué me vas a sorprender? — Pregunta.

Hay una explosión dentro de mi pecho cuando la escucho hablar. Me giro dejando lo que estoy haciendo encontrándome con su mirada, suspiro profundo cuando la veo morder su labio y luego pasar su lengua sobre este.

Es tan ridículo que solo quiera pasar la noche besando sus labios.

—Estaba pensando en hacer tentáculos de pulpo a la brasas.

—Jamás he sido fanática del pulpo, pero sería un placer probar tu comida.

—Espero conseguir un buen veredicto. Te va a encantar— asiente y procedo a empezar con la preparación.

—¿Por qué abogado y no un reconocido gastrónomo? — Me mira concentrada.

—Estudié administración de empresas gastronómicas en París, cocinar siempre ha sido mi pasión. Sin embargo, me di cuenta que no disfrutaba la carrera— me encojo de hombros—. Ese no era el concepto que yo buscaba, así que decidí estudiar leyes.

>> Admito que no fue sencillo, había hecho la elección de cambiar mi futuro. Viajé por el mundo para aprender de los mejores cocineros mientras mantenía mis estudios de leyes en línea.

—¿Te arrepientes de ello? — Pregunta con curiosidad.

—¿De haber dejado la gastronomía a un lado? — Asiente— La verdad es que no. Hubo un momento en el que mi sueño era obtener una estrella Michelin. Durante la universidad pasaba horas confeccionando recetas para obtener la mejor nota de la clase.

>> Me puse a pensar, que mi pasión no valía solo una nota. Realmente fue algo que me abrumó, me hizo darme cuenta que no disfrutaba lo que tanto amaba. Jamie, sino hubiese tomado esa decisión jamás nos habríamos conocido.

—Me gusta la manera en la que hablas de lo que te apasiona.

—Me gusta el hecho de tenerte aquí.

La observo a los ojos siendo sincero. Atrapo su mano y beso el dorso de esta haciéndola estremecer. Descubro que Jamie es sencillamente hermosa cuando sonríe tímida con sus mejillas sonrojadas.

—No apresuremos las cosas. Sinceramente me siento atraída por ti, pero he perdido la confianza en el sexo opuesto.

—Lo sé. Me gustas y creo que ambos queremos que esto funcione. Quiero que entiendas que al declararte mis sentimientos es porque quiero involucrarme en todo lo que tenga que ver contigo.

>>Jamie, quiero que gustes de mí tanto como yo gusto de ti. Quiero que solo pienses en mí y ser lo único en tu mente.

Los ojos de ella brillan. Cuando se acerca y estampa sus labios en mi cuello de la manera más dulce, siento un cosquilleo y mi cara se calienta. Jamie esboza una sonrisa cerrando sus ojos y yo parpadeo rápidamente observando su piel pecosa.

Cabina TelefónicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora