Capítulo I: Soñando Despierto

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Mi nombre es Aiden, soy un adolescente de 17 años y podría decirse que soy un chico bastante energético e intranquilo puesto que me gusta montar mi Skate e ir acompañado de él por toda la ciudad. Bueno, solía hacer eso hasta que la conocí a ella. Os pondré en situación, todo comenzó un 17 de junio; yo hiba sobre mi skate por el parque central de mi ciudad, la brisa del viento acariciando mi pelo y a su vez éste siendo sujetado por los auriculares que rodeaban mi cabeza no hacía nada mas que despejar mi mente, hasta que la ví a ella. Una bella adolescente sentada sobre una mesa de madera, concentrada profundamente en su lectura y nada parecía importarle a su alrededor. Me quedé embobado al pasar frente a ella, sin fijarme por donde me dirijia, tan solo lo sentí.
Si, no miré por donde hiba y acabé tropezando con un arbusto, siendo arrojado contra el frío cesped de cara. Nadie mas alrededor vió mi gran acrobacia, bueno, casi nadie.
—¿Estas bien?—Dijo una voz bastante dulce y aguda.

—¿Eh, Yo? Si, estoy bie--...—Pues no, al parecer la voz que preguntó por mí no era la bella lectora, resultó ser una joven niña acompañada de su madre, la cual no le parecía importar nada mi situación. Me levanté, retome mi postura y para mi sorpresa mi skate había desaparecido. Lo busqué por todo el parque, pero no hubo rastro de él. Para sumarle puntos a éste maravilloso día empezó a llover, por lo qué me quedó claro que mi suerte no podía ser mejor.

[Casa de Aiden]

—Ya estoy en casa~—Se volvió costumbre ésto de saludar al llegar a mi hogar, aunque no hubiera nadie quien me devolviera el saludo. Mi madre falleció hace 3 meses, mientras que mi padre jamás está en casa por viajes de trabajo.
Lo único con lo qué mataba mi tiempo era sentarme en la orilla de mi ventana y mirar caer las gotas de lluvia fuera de mi hogar, me hundía en mis pensamientos al mirar caer las gotas. ¿Quien era la joven lectora del parque? ¿Como se llamará? ¿Que estará haciendo ahora?

—¿Por qué mi vida es tan simple?— Susurraba con mi cabeza apoyada en la ventana.

—¿A qué te refieres con simple?— Dijo una voz calida detrás de mí.

—Pues, todo lo que hago en la semana es una rutina: Despertar, desayunar, salir a dar una vuelta y regresar— Respondí sin dudar sobre la presencia detrás de mí.

—Vaya, ¿Y eso te molesta?

—Pues algo asi... Espera, ¿¡Con quien estoy hablando!?
No me tomó ni medio segundo para voltearme, pero no ví a nadie. Caminé hacia la puerta con tal de asegurarme que estaba solo y todo apuntaba a que era así.

—¡Lo olvidé! Los mortales no pueden verme— Nuevamente escuché aquella voz entre risas, por lo qué volví a voltearme.

—¿"Mortales"? ¿Pretendes que me crea que eres una especie de fantasma o algo así? Porque si ése es tu plan, vas por buen camino.

—¡No soy un fantasma, soy un espíritu! Y necesito de un cuerpo para poder entrar en contacto contigo, Aiden Stone.

—Tal vez deba estar soñando, pero es un sueño interesante. ¿No hay otra forma de poder entrar en contacto contigo?

—Pues claro que la hay, tan solo debes morir.— Nada más finalizar esa oración un escalofrio recorrió toda mi espalda, tal parece que el sueño cada vez se hacia mas interesante

—Bueno, si es que tu lo dices supongo que te haré caso.— Me dirigí a la ventana, la abrí por completo y me dispuse a saltar de ésta sin pensarlo dos veces— Es un sueño, despues de todo...

—¡Espera, tan solo bromeaba!— Finalmente el espíritu se hizo visible, ví la mitad del cuerpo de una chica de pelo largo. Curiosamente parecía un cuerpo humano normal y corriente, algo transparente y haciendole falta la parte inferior desde la cadera. Quedé embobado por lo que estába viendo, sentandome sobre el borde de la ventana abierta y cruzado de brazos.

—Pues a mi me sigues pareciendo un fantasma...

—¡Soy un espíritu!

—Si, lo que digas. Bueno, supongo que éste sueño se tornó algo aburrido así que quisiera que respondas a mis preguntas, ¿Como es que sabes mi nombre?

—Pues, lo dice aquí.— Tan solo puso su brazo detrás de su espalda y de la nada hizó aparecer mi Skate, el mismo que daba por perdido. Aún me pregunto como demonios hace eso, sobre todo porque su cuerpo es casi transparente y yo no ví que tuviera nada sujeto a su espalda.

—¿Como te llamas?

—Eso es clasificado.

—Está bien. Ultima pregunta, ¿Que me impide tirarme desde aquí hacia el suelo de mi patio?

—Pues, nada en realidad. Ni si quiera yo puedo tocarte, aunque no creo que seas tan tonto como para hacer éso, esto en verdad no es un sueñ--...

Sí, lo hice. Me tiré de espaldas hacia el patio de mi casa, confiaba que eso fuera un sueño por lo que me tiré sin pensarlo. Grave error...
Lo único que recuerdo de éso es que dolió bastante, y tú asumiras que sigo vivo ya que te lo estoy narrando ahora mismo, ¿Verdad?

—¡Despierta! ¡Despierta! ¡Despierta!— Una voz angelical me llamaba, sentía como recuperaba la consciencia. Hasta que finalmente la recuperé por completo al sentir como unos dulces labios se apoyaban sobre mi boca, soplaban para ayudarme a recuperar la respiración. Abrí mis ojos y sorpresivamente ví que se trataba de la joven lectora del parque; sentí como sí habia muerto, porque por ese período de tiempo ascendí al cielo.

—Yo... Te lo agradezco bastante, ¿P-Puedo saber como te llamas?— Los nervios me invadían por completo, sentía como a penas podía vocalizar bién...

—¡Te dije que era clasificado, maldito demente!— Y así fué como la joven espíritu que hizo aparición en mi habitación salió del cuerpo de la chica que me gustó de un flechazo, dejándola tirada e inconsciente en el suelo.

—Corrijo, ya no siento que ascendí al cielo, caí directo al infierno...

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