07.

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Observaba como lentamente el sol se ocultaba en el horizonte, mientras con Jeon nos encontrábamos en la rueda de la fortuna, él aún seguía en mi pecho y no se veía con intenciones de apartarse, por lo que lo dejé seguir.

Me sentí culpable de ver dolor en sus ojos, al preguntarle sobre sus padres, sabía que le dolería y estúpidamente se lo pregunté de igual manera para saciar mi propia curiosidad.

Por lo que soltaban esos estúpidos en la preparatoria creí que lo habían dejado en el orfanato, pero, en realidad sus padres murieron, me sentí mal por él, no solía tener empatía, pero al parecer Jeon era la excepción en todos los casos.

Al finalizar el juego, noté que el castaño se encontraba durmiendo en mi pecho, sólo quería contemplarlo, pero debía despertarlo, no era realmente un niño para estarlo cargando.

Luego de despertarlo nos dirigimos a mi auto, donde, antes de que se volviese a dormir, le pregunté la dirección donde vivía para llevarlo.

..

Era lunes por la tarde, ese día lo había notado más aburrido de lo normal, como Jeon estaba suspendido, no tenía a nadie distrayéndome un rato como él acostumbraba a hacerlo.

Luego del trabajo, y de recoger a Jeon me encontraba yendo a casa. De a rato volteaba a verlo en el asiento del copiloto, estaba muy callado.

—¿Tus amigos dijeron algo al respecto? — pregunté recordando cómo aquel de cabellos blancos me había amenazado, ya ni me acuerdo como se llamaba.

—... A NamNam no le agradas nada y más desde que se enteró sobre que fuimos al parque de diversiones—

—¿Se enteró? — pregunté curioso.

—No planeaba decirle a NamNam y Suga, pero como llegué muy tarde, TaeTae les tuvo que contar ya que estaban preocupados—

—¿Te prohibió que vinieras? — pregunté y él asintió —Está exagerando, ni que te fuera a violar— dije con algo de fastidio, aunque noté como el rostro de Jeon quedaba rojo, algo que le hacía ver adorable, pero me hacía preguntar en que podría estar pensando.

El resto del viaje fuimos en silencio hasta llegar a mi casa, vivía solo, en un pequeño suburbio. Luego de aparcar en la acera entramos a mi casa, tenía un tamaño apto para una persona que vivía sola.

Al pasar, Jeon comenzó a observar los alrededores con atención, mientras yo lo guiaba hasta la mesa.

—Tu casa es bonita— me dijo con una sonrisa mientras me seguía.

—Gracias—

De repente noté que Jeon no me estaba siguiendo, por lo que me detuve y volteé hacia él, se encontraba contemplando el retrato mío que había dibujado aquella vez. Realmente me había sorprendido su retrato, él tenía talento, a pesar de recibir muchas cartas y mierdas que terminaba tirando, esa obra no lo podía desechar.

—Sí se la quedó— pronunció cuando me le acerqué, la observaba con sus ojos brillosos.

—Tienes talento, quizás tenga el retrato de un futuro famoso pintor o algo—

—N-no, no lo creo— murmuró con su rostro rojo.

—Ya, vamos— dije volviendo a dirigirme a la mesa.

Después de ofrecerle algo de beber a Jeon me dispuse a enseñarle química.

—¿Sabes algo por donde podríamos empezar? — pregunté, Jeon negó avergonzado, yo suspiré y me senté a su lado para explicarle desde el inicio. Realmente debí pensar en la situación antes de hablar y ofrecerme en enseñarle química, aun no comprendía porque me involucré en esa situación e intenté defenderlo, ¿cuánto cariño le había tomado?

Sweet Innocence [JIKOOK] EDITADO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora