Caóticos. [Eldarya]

[01] Almuerzo.

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- ¡HEY, DEJA DE ARROJARME COMIDA, IMBÉCIL! - Gritó el pequeño elfo amenazando al vampiro con un cucharón. Por culpa de su amigo, su vestimenta ahora estaba llena de lo que parecía ser un intento de... bueno, algo indefinido. Parecían pedazos de carne, pasta cruda, galletas... y ¿Esos eran kukumis? Nevra soltó una risa, a lo que Ezarel respondió enseñando su lengua. Por otro lado Valkyon observaba la escena mientras revolvía una extraña masa.

Ese día, Karuto estaba enfermo, por lo cual, se dió permiso a los miembros de la guardia para que preparasen su alimento. Claro que Yonuki Kaze, el actual jefe, había olvidado un pequeño detalle, o mejor dicho, tres. Los pequeños de ocho años habían sido los primeros en entrar a la cocina, y luego de que Valkyon bloqueara la puerta a pedido de sus amigos, se habían dispuesto a crear un platillo mejor al de sus compañeros. Así fue como comenzaron su propia versión de "Los Juegos del Hambre", en donde en lugar de matar al resto  debían opacar la comida del contrario. Con media reserva de las alacenas distribuida en las mesadas, preparaban alternativas de veneno.

- Tranquilo Ez, aún puedes lavar tu ropa. - Dijo el de dientes afilados a la par que regresaba su mirada a la olla. - Ahora no seas quejica y has algo productivo, tengo hambre.

Ezarel bufó e intentó limpiar su ropa, haciendo una mueca de repulsión al sentir aquella extraña sustancia viscosa. Luego colocó su taburete junto al de Nevra para poder ver cómo iba con su "Platillo especial". Olfateó la olla y amagó con vomitar por el terrible hedor de ésta.

- Valkyon, ¿has echado tus calcetines dentro mientras éste inútil no miraba? Porque definitivamente esta cosa apesta. Con completo desagrado reflejado en el rostro, apartó su banquito, desplazándose hasta el otro extremo de la cocina, bajo la fulminante mirada del de tez café. - Te prepararé un lindo funeral cuando te intoxiques, Nev, lo prometo. Ahora si me disculpas, seguiré con mi delicioso alimento.

El nombrado rodó los ojos, divertido, mientras observaba su propia creación.

- No debe oler tan mal. ¿Verdad? - Olfateó cerca de la olla, esperando un aroma exquisito... solo para darse cuenta que estaba creando un monstruo, y no un plato digno de un vampiro tan guapo como él.

- Entonces, ¿Huele rica tu comidita? - Preguntó burlón el elfo, quién recibió una mirada fulminante por parte del oji gris.

- Nevra deberíamos tirar esa cosa. Si alguien llega a probarlo no vivirá lo suficiente como para vomitar. - El mitad faery tomó la creación del susodicho, para luego hablar. - Me desharé de esta abominación, por el bien de Eldarya.

- ¡No! ¡No puedes tirarlo! Puede ser tóxico, ¡Pero lo creé con mi sudor y lágrimas! - Dijo el vampiro de manera dramática, mientras cerraba los ojos y colocaba una de sus manos sobre su cara.